El sistema lleva casi dos décadas hablando de los inviernos. Ya se ha convertido en una marca registrada. Los Inviernos. El concepto abarca un espacio temporal más amplio de lo que se conoce como invierno en la calle: va desde la última corrida de toros hasta la primera del siguiente año. Es una fantasmagoría paralela a la realidad, muy solemne. Si Podemos tiene la marca registrada La Gente –hallazgo de Hughes- los Matillas -las ramificaciones del empresario salmantino en la industria ¡el famoso sistema! aún no tienen nombre oficial- utilizan Los Inviernos. “Mi patria es la gente” es exactamente igual que “eso ya en invierno”. Igual que Pablo Iglesias descarga gran parte de su discurso en La Gente, los Matillas lo hacen en Los Inviernos. Delegan cosas en esa nebulosa; es la nube, un trastero, la estantería de arriba del armario empotrado, el cajón que no se abre bien. Siempre he imaginado a los Matillas cargadísimos de papeles buscando inviernos donde dejarlos.
En este periodo los empresarios ensayan ferias de salón, organizan corridas de toros en las que mantienen los precios, se abren cuentas en Twitter con el prefijo info y preparan carteles aburridos, alguno hace ejercicios específicos de suspensiones, para llegar fuertes a primavera.
Las elecciones celebradas el jueves en Cataluña han dejado el rastro de la decepción en los Matillas, tan peperos, confiados en que Rajoy les iba a abrir la Monumental. La aplicación del 155 se celebró en las sedes del sistema como la posible vuelta de los toros con la legalidad, empeñados en que el primer paso del procés se dio con la prohibición sin entender que la tauromaquia ha desaparecido de allí como el Estado, al menos en apariencia. La desconexión está en la calle. Además, la Fundación Toro de Lidia, el proyecto de la industria para la industria, ha nombrado a Victorino Martín presidente. Dos decepciones muy seguidas: el hundimiento del Partido Popular, el sistema se lo ha jugado todo a esa carta, emborrona el futuro del toreo en aquella región, Matilla ya no tendrá su reapertura, al menos en un plazo medio, y la elección del ganadero, tan poco habitual en este tipo de terrenos, más cercano siempre a la afición, impulsa a la entidad de cara a 2018. Ya no son los de siempre. Matilla debe estar muy triste por haber perdido capacidad de influencia. El tercer contratiempo es el estreno de una película de animación y que lo sea se explica solo.