Sálvame está atravesando la mayor crisis de sus 12 años de emisión en Telecinco. El programa estrella de las tardes de la cadena no ha sido capaz de frenar su sangría de audiencia, especialmente en su versión Naranja y Tomate, frente al imparable crecimiento de Antena 3 en esta franja.
A esta pérdida de interés de los espectadores se ha sumado en las últimas semanas una serie de bajas entre sus colaboradores que tampoco ha contribuido a la mejoría de las cifras del espacio.
Pese a que los tertulianos siempre repiten frente a las cámaras que "nadie es imprescindible" en el programa, lo cierto es que hay unos colaboradores que tienen más tirón entre la audiencia que otros, y precisamente cuatro de las grandes estrellas de Sálvame han estado ausentes en los últimos días por diferentes motivos.
La primera en desaparecer era Belén Esteban, que el pasado martes 16 de febrero protagonizaba una tensa bronca en directo con Jorge Javier Vázquez. Tras aquel enfrentamiento, la de Paracuellos desapareció sin explicaciones durante 15 días, despertando los rumores sobre su marcha definitiva del programa.
Sin embargo, este lunes 1 de marzo Belén reaparecía sonriente en plató, asegurando que se había tomado unos días libres porque tenía "muchas cosas que hacer en casa" y desmintiendo su fichaje por Viva la vida: "Yo tengo contrato en esta productora y no tengo por qué irme a Viva la vida cada vez que me pasa algo".
Quien sí ha puesto en duda varias veces su continuidad en el programa ha sido Anabel Pantoja. En los últimos meses, la sobrina de Isabel Pantoja se ha mostrado superada por los acontecimientos en torno a su familia, anunciando en directo su marcha de Sálvame, aunque después nunca llegaba a producirse.
Pero el jueves 25 de febrero algo cambiaba. Anabel Pantoja se plantaba tras el atril del programa para leer una carta en la que se presagiaba un desenlace definitivo: "En esta hoja he resumido lo que siento, en lo que me he podido llegar a convertir y lo que no quiero ser", anunciaba.
Tras leer en voz alta las primeras líneas, el director David Valldeperas se la arrebataba de las manos y la invitaba a leerla, si lo deseaba, tras unos días de reflexión en Gran Canaria. Finalmente, la 'sobrinísima' se despedía del programa con estas palabras: "Yo quería leer esta carta, la voy a leer más tarde, cuando pasen unos días, pero que sepáis que he sido muy feliz. No sé si lo seguiré siendo, voy a estar en pause y me voy a marchar un tiempo", concluía.
Otra de las notables ausencias de las últimas semanas en Sálvame ha sido la de Mila Ximénez, por motivos que nada tienen que ver con los conflictos habituales del programa. La colaboradora, que desde hace más de ocho meses está en tratamiento por un cáncer de pulmón, se ha retirado del plató para continuar con su recuperación y lleva sin aparecer en el espacio más de un mes. "Está muy floja", aclaraba su entorno a JALEOS para explicar el motivo de su ausencia.
Y es que, pese a que Mila intentó compaginar su tratamiento con su trabajo para mantenerse distraída, finalmente su salud le ha obligado a apartarse. A pesar de ello, la colaboradora reaparecía en redes sociales el pasado 27 de enero, tras casi un mes de silencio, con un enigmático texto: "La misma de siempre, aunque ya no la de antes".
Los motivos médicos también han apartado durante unos días a otra de las colaboradoras más cotizadas del programa. Lydia Lozano anunciaba el pasado 16 de febrero que tendría que ausentarse para someterse a una operación de urgencia: "Me tengo que operar de las cervicales. Me da mucho miedo. Me operan de urgencia porque desde hace un mes tengo las manos dormidas, tengo hormigueo... Pensaba que era una postura en la cama pero, al leer, noté que no sentía el libro. Me fui de urgencia y me tendrían que haber operado la semana pasada", explicaba.
La periodista ya se ha sometido a esa intervención en las vértebras 4, 5, 6 y 7 y se encuentra recuperándose en casa. A pesar de que se preveía que regresara al trabajo el 27 de febrero en Sábado Deluxe, Lozano ha tenido que alargar su baja debido a los fuertes dolores que le produce el posoperatorio, tal y como ha desvelado Jorge Javier Vázquez este lunes.
Afectado por estas bajas, el programa trata de remontar su caída de audiencias mientras Antena 3 sigue cosechando éxitos con Pasapalabra. El concurso familiar presentado por Roberto Leal sigue sin tocar techo y el pasado jueves 25 de febrero anotaba su récord histórico con un espectacular 31,8% de audiencia y 4.844.000 espectadores, unas cifras que han supuesto una amenaza para la supervivencia de Sálvame, que durante más de una década ha revolucionado la franja de tarde y jamás hasta la fecha había encontrado una competencia capaz de hacerle frente.