Siete años después de su final en Cuatro, Movistar rescataba uno de los formatos de más éxito de la antigua cadena de Sogecable: Fama, ¡a bailar! Sin embargo, a pesar de que sus más fieles seguidores pedían la vuelta de algunos de sus profesores, lo hacía con un equipo completamente renovado.
Uno de los nombres que más sonaron entonces fue el de Rafa Méndez, quién tras haber trabajado como primer bailarín, presentador y coreógrafo en la televisión italiana, saltó a la fama en España gracias a este formato.
Sin embargo, según revelaba este martes el canario durante una visita a la grabación de The Dancer, el nuevo talent de baile de La 1 donde será uno de los capitanes junto a Lola Índigo y Miguel Ángel Muñoz, si no regresó a aquel formato fue por decisión de Movistar.
"Desde Zeppelin me llamaron. Pero, quién no estaba tan interesado era Fernando Jerez (Director de #0). Cosa que es absolutamente respetable, que quisiera hacer algo nuevo. Pero, no era Fama. Para mí ese Fama no fue Fama", confiesa el bailarín.
"No me gustó nada cómo volvió porque no era Fama. Pero, ojo, los bailarines, los profesores y el resto eran brutal. De una gran calidad. Podían haber hecho So You Think You Can Dance, que es un formato sólo y exclusivamente de baile, que a mí me volvería loco. Pero España es un país de emoción. Fama fue muy frío, demasiado profesional. Y creo que la gente no conecta con eso", se sincera.
"Pero, repito, Fama fue de una calidad brutal", insiste. Yo volvería al Fama de antes, refrescando, aunque siendo el director. Le debo mucho a Zeppelin, desde Marta Moure (directora de casting) a Pilar Blasco (actual CEO de Banijay Iberia)", añade.
"The Dancer tiene mucho que ver con ese Fama que yo hice porque hay gente de todos los niveles, donde vas a ver una evolución y donde el público va a votar", comenta Méndez, que dice estar "cansado de programas de cantantes" y que ya era hora "de que tuviéramos un programa de bailarines, sobre todo por el nivel que tenemos en este país".
El reencuentro con Lola Índigo
En el programa coincidirá con Lola Índigo, a quién tuvo precisamente como alumna en las primeras ediciones de Fama, ¡a bailar! "El reencuentro ha sido maravilloso. Es la artista del momento. Nos hemos reencontrado muchas veces, pero en el programa nuestra relación se aclara más. Estar con ella aquí es mágico".
A ella precisamente la pone como ejemplo sobre la injusticia de valorar a alguien sólo por unos segundos. "Ella es la imagen de que aunque le vaya mal en un talent, pero luego se convierte en lo que es. A mí me han dicho muchos noes e incluso no me han mirado a la cara. Esto no es televisión, es la puta realidad. Si no nos dicen que no a muchas cosas, no resurgimos. Y mola mucho más lo que viene después".
Por todo ello, aunque Méndez defienda que estos programas deben emocionar "y donde las historias son importantes, el talento es lo que prima. Yo conecto con la historia, pero al final del día tiene que ganar el mejor bailarín y sea de lo que sea".