Si hay una serie que realmente significó un punto de inflexión en nuestra industria esa es El tiempo entre costuras. El salto de calidad fue más que evidente gracias a su empaque cinematográfico y una factura técnica y de producción hasta entonces desconocida.
Tanto es así que tuvo un coste "un poquito por encima de las series de 'prime time", según confesó entonces el director general de Boomerang TV, Goyo Quintana, y que los medios estimaron en un millón de euros para cada uno de sus 11 capítulos.
De ahí que Antena 3 decidiera tenerla guardada en un cajón durante casi dos años debido a que, la crisis que vivía entonces el sector, hacía difícil conseguir una rentabilización. Finalmente, la serie llegó en octubre de 2013 superando los 5 millones de espectadores.
Un éxito de audiencia y crítica que hizo que la serie viajara por más de 46 países, ayudara a consolidar la marca Series Atresmedia en el mercado internacional y pusiera los cimientos para la globalización de nuestra ficción.
Sin El tiempo entre costuras no se entendería el triunfo posterior de otras series como Gran Hotel, Velvet y, por supuesto, La casa de papel. "El tiempo entre costuras ha sido una serie muy importante en este país. Fue un paso adelante en la producción, en la forma de contar historias. Fue una aventura que se vendió en muchos territorios", explica la directora editorial de Buendía Estudios y entonces directora de Ficción de Atresmedia, Sonia Martínez.
Tras aquello, Martínez tuvo claro que el romance entre María Dueñas y la televisión no debía cesar. De ahí que poco tiempo después se interesara en adaptar La Templanza, que se había lanzado en marzo de 2015 con una tirada de 500.000 ejemplares.
Un gran diseño de producción
"Era una historia muy interesante de abordar. María (Dueñas) había dado un paso más en su escritura y el hecho audiovisial era un factor determinante en la obra. Empecé pronto a intentar levantar el proyecto. Me acuerdo en un Mipcom en Cannes contándosela a quién me quisiera escuchar. Iba con un flyer en 2015, yendo de arriba para abajo, intentando que alguien me escuchara. Necesitábamos un gran compañero de viaje y aquí está", cuenta Martínez.
Se refiere a Amazon Prime Video, que se hizo cargo del proyecto cuatro años después debido a que Atresmedia no había encontrado hasta entonces los compañeros de viaje necesarios para abordar un proyecto de tal envergadura. Se estima que cada capítulo ha costado en torno a dos millones de euros.
"Tener un referente de un trabajo que ha funcionado como El tiempo entre costuras y un equipo que lo ha hecho de maravilla, siempre es un valor añadido. Pero, sobre todo, lo importante es el proyecto en sí, la historia de La Templanza", cuenta a BLUPER María José Rodríguez Pérez, directora de Series Originales de la plataforma.
Un proyecto que requería un gran diseño de producción ya que la novela recorre escenarios coom Ciudad de México, La Habana o el Jerez bodeguero del siglo XIX. "Fue un diseño que nos llevó ocho meses, que nos sirvieron para ir localizando y viendo la viabilidad de las localizaciones. Para cualquier proyecto, lo importante son las localizaciones, que son las que te marcan la producción", explica Teddy Villalba, productor ejecutivo de Boomerang TV.
Para ello contaron con la ayuda de la Jerez Film Comission, que se volcó con el proyecto. "Se abrieron y pusieron Jerez a nuestra disposición. Durante mes y medio se paralizó la ciudad. Por cualquier lugar por el que intentaban transitar, les iban parando, desviando. La ciudad se puso a nuestro servicio", añade.
"En La Templanza, La Habana puede ser Tenerife, Madrid y Jerez en una misma secuencia. Eso se hace con un diseño de producción a la altura de las expectativas del cliente. Cuesta mucho diseñarlo", comenta por su parte Martínez.
El apoyo de María Dueñas
También contaron con María Dueñas trabajando codo con codo con el equipo de guión formado por Susana López, guionista de El tiempo entre costuras, y Javier Holgado (Los misterios de Laura, Motivos personales, Acusados). "Dije que sí desde el principio. Tenía idea de que era una novela muy adaptable por los personajes, por los escenarios... Pero, además, es que repetir con los mismos equipos de El tiempo entre costuras: Buendía Estudios, Boomerang TV y Susana López era una garantía de confianza. No era empezar de cero, la complicidad estaba garantizada", se sincera con BLUPER la autora de la novela.
"La dinámica ya la teníamos. Sempre digo que El tiempo entre costuras fue un regalo y ahora La templaza es otro regalo. Javier Holgado y yo estábamos muy conectados con María: íbamos a su casa, teníamos un grupo de whatsapp... Todo fueron facilidades. Para mí es la manera de adaptar: contar con ella y tenerla cerca. Luego hay decisiones de cambiar el lenguaje literario al audiovisual, pero siempre con ella de la mano", comenta por su parte López.
Una adaptación que además permitía a Dueñas a ampliar el universo de la novela pero, sobre todo, para conseguir nuevos lectores para futuras novelas. "Es una oportunidad magnífica, no tanto porque haya más elementos necesarios por temas de guion, sino porque reinvierte positivamente en las dos partes: aporto un número de espectadores que leyeron la novela y las series ofrecen segunda vida a los libros".