Otro jueves de Supervivientes 2021. Cómo me gusta este reality y qué mal lo he pasado esta noche. Sí, no he disfrutado y no me gusta lo que he visto en redes sociales, ese acoso y derribo sin piedad contra Olga Moreno (45 años), la mujer de Antonio David Flores (45). No me gusta, porque no lo veo justo. Nunca estaré al lado de las campañas feroces y sistemáticas porque sí; sin peso o cargamento de razones previas: solo por ser vos quien sois. Esa mujer, seamos francos -vaya por delante que soy pro Rocío Carrasco (43) a muerte, que soy el primero que la juzgué duro y que no me gusta nada Antonio David-, entró en desventaja. Con añadido, pero también con carga. Viajó forzada en el peor momento de su vida: no quedaba otra.
En mi opinión, se le hizo una encerrona como un castillo: la maquinaria se orquestó al milímetro para que no cupiera un no por su parte. Y la mujer hizo las maletas y se fue. Soy de los que piensa que una vez allá, entre cayos e islas, concursa Olga a secas. Así se la debería juzgar. No como la mujer de Antonio David o la mala del cuento, que puede que lo sea, ojo. Sí, ya sé que hasta la fecha solo ha hablado de su familia, de su marido y de esos hijos que siente como suyos, pero que no lo son. También sé que se le ha pillado en mentira. Que es verdad que ha hecho portadas y platós, que no ha estado en silencio. Vale, ya, ok. Y yo me pregunto, más allá de esto, ¿cuál es el problema de que hable de su vida? Mejor: ¿qué se pide de ella en realidad? No me vengan ahora con que aquello es un concurso para pescar y hacer fuego y cabañas. No, no es (solo) un reality para eso.
¿Alguien se ha parado a pensar en cuál es su papel? La semana pasada, también en estas líneas, la juzgué de mala manera por sus declaraciones sobre los hijos de Flores. No, aquello no me gustó, pero es su vida y ese señor, su marido. Ella responde a lo que se le pregunta. Sabemos todos dónde estamos. ¿Significa eso que no hace nada y que no pesca o no ayuda? No lo sabemos, sobre todo porque hasta ahora el programa ha puesto las imágenes que ha considerado oportunas y las que, no nos engañemos, todos queremos ver. Este jueves no la he visto pescar diez peces, pero sí ser empática con sus compañeros, ayudar anímicamente y, diré más, la he notado, incluso, extrañamente apartada del mundo, como sin querer interactuar. ¿Qué tal si la ayudamos?
En la palapa, Jorge le ha llegado a preguntar por la guerra que han librado Tom Brusse (29) y Alejandro Albalá (26), por su opinión, y tan solo le ha dado tiempo a decir lo que sigue, antes de que otras voces la sepultaran: "Yo pienso que tiene toda la razón Alejandro, con perdón de Tom". Bueno, a eso de la una y pico Jorge le ha preguntado que cómo estaba, y ella ha asegurado: "La verdad es que creía que estaba más débil y estoy muy fuerte. Con hambre, pero con ganas". Y, un poco más tarde, Olga ha dicho en nominaciones, en referencia a la trama Carrasco: "Hay tantas cosas que se dicen que no son verdad..." No me he metido en Twitter, pero seguro que han pedido su expulsión ¡por osar hablar de su marido!
No sé, estaré sensiblero esta noche, pero veo injusto que desde antes de las diez de la noche ya estuviera por ahí el hashtag Lluviafueraolga. Y, cuando se ha salvado de la expulsión, ¡tongo, tongo! No, no lo veo bien y lo censuro. Bueno, y el summum de la maldad para mí llega cuando hay quien piensa -no, más aún: quien asevera sin duda- que la frase que entona, mientras descuartiza un tronco de bambú, "¿En quién estaré pensando?", iba dirigida a Rocío Carrasco.
Por favor, se nos está yendo la pinza. Reflexionemos un poco todos y, sobre todo, coloquemos cada cosa en su sitio. Después de desahogarme, vamos a informar un poco. Esta noche, el expulsado -que ha sido Lola- no ha viajado a España, como nunca en realidad pasa: se ha ido a Playa Destierro, un lugar inhóspito, selvático y sombrío, en el que vivirá entre insectos y alimañas. Tengo que decir que me encanta la concursante Valeria, creo que hacen falta personas así en concursos como estos, donde todos van tan bien entrenados para el follón. ¿Qué sería de esos Encallados en el barco si todos fueran como Lara y Sylvia Pantoja, que minutan el tiempo que salen en pantalla? Una locura. Juro que me he esforzado, pero no entiendo el inicia de la pelea de ambas. Creo que tampoco lo saben ellas.
¡Más personas como Agustín Bravo (60)! A Carlos Alba aún tengo que cogerle el punto y él tiene que explotar. Lo veo muy diplomático aún. Se retrae cuando le pide Jorge que diga si ve "flojos" a los demás, ni ahí es capaz de ser sincero. Bueno, a ver, pelea entre Tom y Alejandro. Entraron siendo amiguísimos del alma y han acabado, dicen, muy muy mal. ¿Por qué no me los creo? ¿Por qué creo que están actuando todo el rato cuando se gritan y escupen insultos?
Tom le dice al otro que no hace nada, que es un vago, que solo sabe hablar de su ex, Isa Pantoja, y de su suegra, que está harto de sus consejos. Que entiende de todo y nada hace. Obvio, Albalá tiene otra visión de las cosas: "He ido a pescar todos los días, he hecho una cabaña, ¡deja de quejarte! Me molesta que haga comentarios por detrás, veo que es un poco cobarde, que no es un hombre como él predica. Con esta gente no quiero hacer nada. Lleva diciendo que sabe hacer de todo, y no ha hecho nada".
Vamos, que se acusan de lo mismo y no salen de esa rueda. Se le pide opinión a Antonio Canales (59), que me he dado perfecta cuenta de que en él habita un nido de folclóricas en rebeldía. A ver, lo veía intensito de antes, pero esto es demasiado. Él empatiza hasta con quien no se lo pide. A su lado, Pantoja madre es la alegría de la huerta. Me ha encantado cuando se le ha derrumbado Melyssa, literalmente a sus pies, diciéndole que no podía más, que quería abandonar, que soñaba con comerse un sándwich y un zumo. Que era muy duro aquello. "Se me parte el alma verte así", le dice él mientras clama mirando el cielo. Cuánto dolor puede aguantar un cuerpo, parece estar diciendo el hombre. Y yo me pregunto, llevan una semana más o menos, ¿dónde creía que iba Melyssa? ¡A un resort!
"Me vengo abajo, me siento débil y no me siento feliz, me puede todo. Llevo dos días tumbada. Llevo ocho días sin ir al baño", dice la mujer. Y yo tengo que controlarme la risa. Menos mal que al menos ha sacado en claro de su concurso que Tom es un nefasto novio, pero un buen colega. La está cuidando mucho. Por cierto, me enternece la relación que existe entre Tom y Marta López (47). ¡No sean mal pensados aquellos que ven tensión sexual!
Esperen, que llega la pobre Lola a Playa Destierro y se pone a llorar como una descosía, ¡otra que se veía en un hotel de lujo!: "Vais a acabar conmigo. Ay, qué selva. Aquí hay muchos bichos malos. Las tarántulas me dan asco. ¿Hay una cerilla para que haga fuego?". No, no pienso hacer comentario alguno. Sí: qué bien me cae Lola y qué rápido ha pillado esto de la tele. Por cierto, ¿saben identificar quién es Palito Dominguín y quién Alexia Rivas?
Expulsada a Playa Destierro: Lola
Collar de líder de grupo: Omar Sánchez
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