A pesar de haberse hecho esperar dos años, la 65ª edición de Eurovisión ha mantenido una tradición que no puede faltar en cada entrega: la de las polémicas tras la gran final. Después de que el grupo Måneskin haya tenido que someterse a un test de drogas para zanjar la controversia que amenazaba con empañar su triunfo, ahora son las votaciones del jurado de varios países las que toman protagonismo.
Las sospechas de fraude son una constante en los votos de Eurovisión y este año se vuelven a encontrar casos bastante llamativos, aunque por el momento la UER parece hacer oídos sordos a las voces que alertan del aparente intercambio de favores entre candidaturas.
El país que más suspicacias está levantando ha sido Moldavia, por quien muchos seguidores del Festival no apostaban para pasar a la final y, sin embargo, fue la séptima clasificada en su eliminatoria y acabó en el puesto 13 en la gran final con 115 puntos.
Analizando al detalle las votaciones dadas y recibidas por Moldavia tanto el jueves como el sábado, se encuentran patrones evidentes. En la segunda semifinal en la que Natalia Gordienko trataba de ganarse su pase con el tema Sugar, el jurado moldavo otorgó sus tres máximas puntuaciones a Bulgaria (12 puntos), San Marino (10) y Grecia (8). Curiosamente, esos mismos países también dieron a Moldavia buenas valoraciones, 12 puntos por parte de Bulgaria y Grecia, y 10 por parte de San Marino.
El mismo esquema se repetía en la final. El voto profesional de Moldavia premiaba a Bulgaria, Rusia y Grecia, mientras que los jurados de esas tres naciones puntuaban a Sugar con buena nota, 10 puntos en el caso de Grecia y 12 en el de Bulgaria y Rusia.
La candidatura moldava ya estuvo en el punto de mira el año pasado, cuando Gordienko ganaba la preselección con Prison. Ya entonces los espectadores criticaron el supuesto fraude en las votaciones y centraron sus sospechas en Filipp Kirkorov, exrepresentante ruso en el Festival en 1995, quien ha estado al frente de las dos propuestas de Natalia.
El caso de San Marino y Polonia no es menos llamativo. Los miembros del jurado de la Serenísima República dieron a Polonia 12 de los 18 puntos que recibió en la segunda semifinal por parte de los jurados, mientras que los votos profesionales de Polonia otorgaron 10 puntos a la candidatura de Senhit y prefirieron dar su máxima puntuación a Grecia. Sin embargo, parece que el jurado polaco cambió de opinión en la final, pues dio sus 12 puntos a San Marino y no le dio ni un solo punto a Grecia.
Por si esto fuera poco, cabe recordar que Sehit estuvo en Varsovia antes de viajar a Róterdam y colaboró con el candidato polaco, Rafal, con quien llegó a interpretar una versión de Waterloo de Abba en el programa televisivo Jaka to melodia?.
Acusaciones constantes
Las sospechas sobre votos fraudulentos en Eurovisión no son nuevas y no han afectado únicamente a los jurados. En el año 2013, Azerbaiyán fue acusado de comprar votos de forma masiva en los países con menos población para tratar de ganar el Festival, unas dudas que también habían sobrevolado la victoria de este país en 2011. La estrategia consistía en repartir tarjetas sim en dichos países para que votaran por su candidatura.
Otra forma de 'doparse' para conseguir un buen puesto en Eurovisión es la de manipular las apuestas, una artimaña legal que permite dar visibilidad a la candidatura. Este mismo año, Ludwig Galea, representante del archipiélago en 2004, desvelaba en una entrevista el truco que la delegación maltesa lleva usando varios años: "Usan una cantidad considerable de dinero para apostar constantemente por su propia canción hasta el último minuto", explica el artista, que añade que también se invierte muchísimo en publicidad en redes y en "pagar a los blogueros para generar expectación".
Esta estrategia, a priori, favorece que el jurado profesional se decante por su candidatura por encima del resto, una teoría que parece concordar con los resultados de Destiny en la final de esta edición, pues recibió 208 puntos por parte del jurado frente a los 47 que le dio el televoto, quedando finalmente en séptima posición pese a haber sido durante meses una de las grandes favoritas para la victoria.