Aplausos desacompasados, murmullos, algún que otro grito histérico, algarabía. Bullicio, vida en definitiva. Señores, ¡qué noche más especial la de este miércoles viendo Supervivientes! ¡Ha vuelto el público a las gradas! Sí, casi se me derrama alguna lágrima tonta. Y sí, al rato también casi querría volver atrás: el público es crucial en algunos momentos, pero molesto en otros. Tenía que decirlo. No sé, será que este tiempo pandémico me ha vuelto más sensible de lo normal.
Jorge Javier sale al plató, entre humos, y como siempre: partiéndose la caja. Siempre que lo veo en ese contexto, pienso: ¿qué le estarán diciendo por el pinganillo? Porque, oye, no falla: siempre se troncha. Total, que Vázquez ha dado la bienvenida a los espectadores de las gradas: "Bienvenidos. Os tenemos que decir una cosa, empezamos bien porque nos acabamos de ver, pero luego nos cabrearemos". Y acto seguido se ha acordado de los cámaras que durante meses han hecho de público con sus aplausos: "Tengo que reconocer el esfuerzo ímprobo que han hecho las siete personas que hay detrás de las cámaras porque esto era un puto garaje vacío".
Dicho esto, venga, algo de información. Nominados de la noche: Omar, Melyssa y Carlos. Uno de los momentos que quisiera destacar ha llegado con el juego de recompensa. No por el juego en sí -la prueba de recompensa consistía en que los concursantes consiguieran unas bolas que estaban colgadas en unas estructuras que se encuentran dentro del mar-, sino porque Jorge Javier ha desvelado algo que, estoy seguro, le ha hecho maldita la gracia a Lara Álvarez. Vázquez ha reflexionado desde plató: "Cuando explica Lara los juegos no los entiendo. Ya los entiendo cuando los veo jugar". Pelín feo, sí, pero si no lo digo, reviento: a mí me pasa exactamente lo mismo.
Lara es mona y un encanto hecho carne, amén de una estupenda presentadora y profesional, pero nada, oye... que no la comprendo cuando describe los escenarios. Yo no sé cómo los concursantes la siguen. Para cerrar lo del juego: ¡lo han superado! Han conseguido patatas, huevos y un kit de belleza. Uno de los momentos más divertidos de la noche: la visita a Honduras de Nela, la madre de Melyssa. Hacía tiempo que no me reía tanto. Resulta que antes de reencontrarse con su hija se ha visto las caras con Olga Moreno y con su exyerno Tom Brusse.
Ustedes se preguntarán que Olga y Nela por qué. Sí, yo también. Más allá de que Moreno ha tenido una relación más o menos estrecha o intensa con Melyssa, poco más que añadir. Pues bien, no saben cómo han reaccionado las redes al ver a Olga llorar como una descosía frente a Nela. ¡Casi le parte la mano a la señora, no se la ha soltado en ningún momento! Yo hasta creo que se la he visto un poco morada al final. Que sí, que allí las emociones se magnifican, pero... ¿tanto? Dramón máximo, exagerado e impostado. Me da cierto bochorno verla: cada día pienso más que quien está allí en Honduras es Antonio David Flores con el cuerpo de su mujer. ¿No se merece esta mujer vivir su vida... y en su cuerpo?
Ahora sí, la escena más tierna y emotiva ha llegado cuando se han visto las caras Nela y Tom. España entera creía que iban a acabar como el rosario de la aurora, pero no: han protagonizado una de las escenas más bonitas de esta edición. Se han abrazado, se han emocionado y han hecho aquello de pelitos a la mar. "A mí no me gusta hacer daño a la gente, soy buen chico y sé que he hecho sufrir mucho a Melyssa y a su familia. Sé que es muy duro, pero siempre les he tenido en mi corazón. A mi exsuegra la quiero mucho, siempre me han cuidado bien en esa casa", ha dicho Brusse. Todos nos hemos enamorado de ese chuleta engreído: hasta he visto algo de corazón.
Llegó el tema de entre los temas. El que me tiene bastante calentito, para qué nos vamos a engañar. ¿El tramposo Omar Sánchez o una caza de brujas contra su persona? Les cuento a quienes anden perdidos. Resulta que el menda denunció trampas entre sus compañeros con unos amuletos durante un juego, porque Melyssa decidió quedarse con el premio de una hamaca y merienda durante tres días, que había ganado Omar. Al novio de Anabel Pantoja se conoce que no le hizo gracia, y traicionó a lo grande: "Todos estos amuletos todos sabíamos todos de todos, yo sabía lo que tenía ella y lo que tenía otra gente. Todo se sabía. Yo sabía que se habían cogido seis".
El quid es que se suponía que ninguno debía saber la identidad de los amuletos, ni propios ni ajenos, y todo habría quedado entre compañeros, pero Omar, por hambre, se lo cargó todo. Todos se le echaron encima, y con razón, en ese momento. "Qué poca dignidad", le soltó Olga, y añade: "Ni por los 200.000 euros vendo yo a nadie". Bueno, bueno... bueno, Olga. "No te puede ir la vida en ello, no puedes vender a los demás por comida", le aconseja Lara Sajen. Vaaaale, una cosita: que el chico no ha matado a nadie. Omar, destrozado porque sabía lo que había hecho, y un poco enajenado, reflexionó: "Me da igual, me voy a ir este jueves".
Este miércoles, en directo, ha entonado el mea culpa como solo lo sabe hacer él, a medio gas y sin un ápice de sinceridad, sí, pero lo ha hecho: "En ese momento a mí se me cruzó el cable rojo con el negro y no pensé a quién le iba a afectar. Le pedí perdón, tampoco es para ponerme una pistola en la cabeza. Es una traición y me quiero ir ya". Vale, una vez dicho esto, digo otra cosa: en un concurso de supervivencia yo vendo a todo dios con tal de comer, ¿tú no? Es lo que hay. Es más, pienso lo que un espectador en Twitter: ¿acaso nadie va a afear que se hagan trampas? ¿Por qué se ceban con Omar y no con quien infringe las normas? Ahí lo dejó, yo no veo (solo) a un Omar traidor, sino más bien una caza de brujas.
Termino con Carlos Alba, que el pobre ha sido expulsado por una lesión en un dedo. "La verdad es que irme de esta manera... Me sentía con ganas de luchar. Llevo cinco días que no levanto cabeza, estoy mal física y psicológicamente. Estoy aquí para decirles a mis compañeros que son los número uno. Me llevo buenas cosas. Me ha tocado a mí y punto". Oye, que me ha dado una pena terrible. Carlos, querido, bonito y lindo viaje de vuelta: aquí te esperan grandes cosas. Y Alexia. ¿Cocinaréis juntos esta vez?
Salvada: Melyssa
Salvado: Omar Sánchez
Expulsado: Carlos Alba
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