La serie documental Rocío, contar la verdad para seguir viva ya forma parte de la historia de la televisión, no sólo por sus espectaculares cifras de audiencia, sino por el desgarrador testimonio de Rocío Carrasco y el debate televisivo, mediático y social que se ha generado a raíz de este formato.
Como ya analizamos en BLUPER, las más de 60 horas de grabación que conforman los 12 episodios de la serie han sido editados en base a una liturgia escénica que convierte la entrevista de Rocío en un viaje emocional por su biografía, compartiendo por primera vez ante millones de espectadores algunos de los episodios más duros de su vida.
El resultado es un producto audiovisual brillante que ha permitido a Mediaset retroalimentarse de él y generar contenidos en otros programas, además de tener a Rocío Carrasco sentada en dos ocasiones en su plató para responder preguntas y aclarar los aspectos más conflictivos de su relato.
Telecinco lleva dos meses explotando este producto y, de momento, parece que no está dispuesta a dejar de estirar el chicle, pues ya se ha anunciado una segunda entrega que llevará el nombre de En el nombre de Rocío. Sin embargo, el ritmo en televisión es vertiginoso y tarde o temprano la cadena tendrá que buscar nuevos formatos que vuelvan a reventar audímetros.
Teniendo en cuenta la excelente acogida que ha tenido Rocío, contar la verdad para seguir viva, resultaría lógico que la cadena tratase de seguir apostando por un formato similar con otros personajes igual de atractivos para los espectadores, que puedan abrirse ante las cámaras sin prisa, sin escaletas y sin interrupciones, para contar su verdad en varias entregas.
Mucho se ha hablado en estos meses de la intención de Isabel Pantoja de crear su propia docuserie para relatar su vida y, sobre todo, abordar el conflicto que tiene con su hijo por la herencia de Paquirri. Sin embargo, no se ha hecho ninguna comunicación oficial y la propia tonadillera confesó que no ve la serie de Rocío Carrasco. A pesar de ello, Cantora, la herencia envenenada fue un precedente del éxito de esta docuserie, pues el testimonio en primera persona de Kiko Rivera cargando contra su madre obtuvo audiencias estratosféricas con un formato que rompió la dinámica habitual de programas como el Deluxe.
Con estos ejemplos se aprecia el interés de la audiencia por ver nuevos formatos del corazón que huyan de las tertulias o de las fugaces entrevistas en plató. Además, estas producciones permitirían a Mediaset contar con personajes que no tienen por qué estar necesariamente de actualidad, bastaría con que tengan una vida interesante para la audiencia. ¿Cuántos espectadores no querrían ver a un cotizado personaje de la farándula sentado frente a las cámaras, hablando durante horas sobre sus vivencias y revelando aspectos hasta ahora desconocidos?
El éxito de otros programas de la cadena, como Hormigas Blancas; o de otras, como Huellas de elefante en Telemadrid o Lazos de sangre en TVE, da buena cuenta de que la audiencia sigue interesada por los rostros míticos del corazón y su pasado. Poder conocer esas vivencias de la mano de los propios protagonistas suma valor a esos testimonios.
Las intenciones más inmediatas de la cadena pasan por seguir conociendo la historia de Rocío Carrasco. No obstante, ya se está negociando la que podría ser la próxima docuserie de Mediaset, pues Rocío Flores está negociando con la productora de El programa de Ana Rosa para responder a su madre con un formato similar. De llegar a buen puerto esas conversaciones, la audiencia podría ser testigo de un nuevo testimonio del clan Jurado, aunque habría que esperar para comprobar si finalmente Telecinco se entrega a la fiebre de las docuseries.