Las chicas de Drag Race España llegan a su tercera semana. Y lo hacen dando las gracias a Arancha Castilla-La Mancha por haber eliminado a Drag Vulcano la semana anterior. Al parecer, todas consideraban a la canaria una rival muy fuerte, y se alegran de su marcha.
El mini reto de esta semana consistió en hacer un drag rápido con una equipación de fútbol, y crear una pequeña historia alrededor del mismo. Una prueba que ya hemos visto otras veces en la versión de Estados Unidos, por ejemplo, con juezas en la temporada 8. Ahí la mejor parada fue Killer Queen, que se alegró mucho de haber ganado algo, al fin, en el concurso.
Fue bastante interesante el desafío, pues sirvió a algunas para contar lo poco que se sentían identificadas con el deporte en su infancia. La propia Killer explicó que, en el colegio, lo pasó muy mal, y que sufrió acoso en los vestuarios. Su historia sirvió para conmover a Carmen Farala, quien ha arrebatado a Dovima el papel de shady.
El maxi reto consistía en sacar el lado mocatriz de las participantes, esto es, su faceta de modelo, cantante y actriz, tal como reza la canción de Ojete Calor. Por parejas, debían presentar una revista, hacer un playback sobre una cinta de correr y hacer un pequeño desafío de improvisación con una historia que les daba la presentadora, Supremme de Luxe.
Hay que reconocer que, en general, la prueba fue un desacierto. La presentación de la entrevista no estaba bien explicada, no se vio a las participantes hacer sincronización de labios sobre la cinta, y la improvisación fue un desastre. Tampoco la historia que les habían presentado como argumento daban mucho de sí, la verdad.
Es difícil decir quiénes fueron las mejores y las peores de la prueba. Fue todo muy extraño, y con bastante poca gracia, y cualquiera podría haber acabado en la cuerda floja. Quizá hubiese sido mejor darles un guion en el que apoyarse, o haberles dejado tiempo para prepararse un texto. De lo más gracioso para destacar es el guiño que se hizo a Chelo García-Cortés y a Bárbara Rey en una historia lésbica
En la pasarela, la categoría era “mis raíces”. Las reinas debían mostrar sus orígenes a través del vestuario. El tema dio mucho juego y estuvo muy bien tratado por todas, con perspectivas muy diversas. Dovima Nurmi contó la historia de San Jorge, el dragón y la rosa de forma muy interesante. Pupi Poison estaba maravillosa como chulapa madrileña con un tocado con un madroño y un osito de peluche. Sagittaria llevó un traje inspirado en la crema catalana que era todo un acierto y le quedaba como un guante.
Killer Queen llevó la tradición de Madrid por delante y por detrás una bandera LGTB que, como le dijo Ana Locking, no terminaban de casar. Carmen Farala reivindicó al lince ibérico de Doñana, y Hugáceo nos dio una falla a medio montar.
Arancha Castilla La-Mancha salió como un queso manchego primero, y luego mostró que en realidad es extremeña. Llevaba un traje que pecaba de sencillo, y que una vez se había quitado el queso, parecía una prenda más propia de un mini desafío que de una pasarela. Y luego estaba Inti, que homenajeó al carnaval de Bolivia.
Cuando se juzgó a Inti, Ana Locking le dijo que había cosas en su traje que podría haber mejorado, y esto no sentó nada bien a la participante. Javier Ambrossi vio que le estaba sentando mal la valoración, y le dijo que eran opiniones, que tome las que considere que le ayudarán y que olvide el resto. La participante no entendía la crítica, y parecía segura que, de haber llevado el traje más lejos, también habría sido señalada por excesiva.
Inti tenía claro que iba a estar en la parte baja de la clasificación y se hundió. Tanto, que hizo algo que no había sucedido nunca en el programa: antes de escuchar la valoración definitiva de los jueces se quitó su drag y se vistió de calle, dispuesta a abandonar.
El programa se paralizó, dejó de ser tal y como lo conocíamos. Supremme de Luxe tuvo que entrar para hablar con Inti, intentando que reflexionase. La concursante estaba triste porque cree que el jurado no entiende su arte y está cansada, a pesar de que solo llevamos tres programas. Ni la presentadora ni sus compañeras le hicieron entrar en razón.
De vuelta a la pasarela, se confirmó que Inti había decidido abandonar de forma voluntaria. La tensión y el malestar cortaban el aire. Esta salida rompía la dinámica del capítulo, que se finalizó como pudo. Pupi Poison y Sagittaria fueron las mejor valoradas, y se eligió a Sagittaria como la mejor de la semana.
Desde mi punto de vista, Pupi fue robadísima. Dentro de las improvisaciones fue la concursante más graciosa, la que ofreció más espectáculo, y la que permitió a su compañera (Hugáceo en este caso, que estuvo salvada) brillar con más fuerza. Supongo que el traje de crema catalana habría servido para decantar la balanza por Sagittaria, quien al menos no estuvo mal en el reto.
Llegaba el momento de anunciar el playback a vida o muerte, y se propuso a Dovima Nurmi hacerlo a solas, entendiendo que de todas formas estaría salvada. Entendemos que, en circunstancias normales, habría peleado junto a Inti, a quien ya se consideraba oficialmente la expulsada de la semana.
Así, nuestra Inti ha escrito, de forma voluntaria, su nombre en la historia más oscura del programa. Ha tirado la toalla como Adore Delano en el All Stars 2. Ha salido por la puerta de atrás, pero sin el impacto de BenDeLaCreme al escribir su nombre en el pintalabios. Sin la osadía de Ginny Lemon en la edición británica, que cuando debía empezar la sincronización de labios dijo adiós y se metió para dentro.
Para la próxima semana ya se ha anunciado el Snatch Game, el juego de las imitaciones. Y por lo que hemos podido ver, habrá un choque entre Dovima Nurmi y Killer Queen, pues ambas están dispuestas a imitar a la duquesa de Alba. Sabemos que este tipo de conflictos siempre da mucho juego, sobre todo, si la que finalmente se queda el personaje no lo clava. A ver con qué nos sorprenden el próximo domingo.