Decía Lola Flores que "cuando yo digo las mentiras, las convierto en verdad". Y algo así han debido pensar en Telecinco y, más concretamente Carlota Corredera, convertida ahora en el baluarte del feminismo (selectivo) de Mediaset España.
Y es que rompiendo su silencio sobre el paso de la mujer de Antonio David Flores, Olga Moreno, por Supervivientes, la presentadora gallega dijo este jueves en Sálvame que la superviviente "ha sido colaboradora necesaria en parte del dolor de Rocío Carrasco y que si "está en la final es porque el público lo ha decidido".
No, Carlota. Olga Moreno no está en la final porque el publico así lo haya decidido. Si la mujer que tanto dolor ha provocado a Rocío Carrasco está en la final de Supervivientes es porque así lo ha querido y lo ha buscado Telecinco. Desde las torticeras maniobras para asegurar su fichaje hasta permitir sus continuas trampas. ¡Con lo sencillo que hubiera sido para una cadena que cambia las reglas de sus realities cada dos por tres descalificarla o nominarla de forma disciplinaria! Pero, no, no interesaba.
A nadie se le olvida que Mediaset ató su fichaje a finales del pasado marzo sólo unas horas antes de anunciar el estreno de Rocío, contar la verdad para seguir viva. Tanto es así que el día que se anunció la docuserie, Ya es mediodía tenía previsto dar el nombre de su colaboradora Marta López como superviviente, pero a última hora se cambió la estrategia.
Esa decisión vino motivada por la firma, horas antes, del contrato de vinculación entre Olga Moreno y la productora de Supervivientes, una rúbrica que garantizaba su participación en el reality y daba vía libre a la cadena para activar la maquinaria de Rocío, contar la verdad para seguir viva.
A partir de ahí y del fichaje de Rocío Flores por El Programa de Ana Rosa y los debates de Supervivientes, el circo estaba asegurado, como hemos venido comprobando a lo largo de las semanas. Y así, los programas de la cadena han ido rellenando horas y horas con las palabras de esa "colaboradora necesaria en parte del dolor de Rocío Carrasco" que negaba que en su casa se haya hablado mal de la hija de Rocío Jurado.
"Si la docuserie de Rocío la llega a emitir Netflix todo el mundo de pie, dando palmas, qué maravilla, qué sensibilidad, qué lección de violencia de género", denunciaba en junio Corredera, olvidando cómo su cadena seguía contribuyendo a esa violencia mediática de la que tanto han hablado. "Por la noche feminismo, por la mañana amarillismo", decía de forma muy acertada Álvaro Onieva en Fuera de Series.
También habrá violencia mediática esta noche cuando Telecinco permita una imagen que ahondará más en el dolor de Rocío Carrasco: la del reencuentro de Olga Moreno con Rocío Flores, que se repetirá hasta la saciedad en los programas de la casa y que se la pondrán a Carrasco la próxima semana en su sección Hable con ella.
¿No es mercantilizar el sufrimiento de una víctima el cambiar de día una final porque se sabe que el contenido más potente va a ser esa imagen? Porque seamos sinceros, si Mediaset trasladó la final de Supervivientes al viernes contra La Voz Kids, lo hizo porque ya sabía que contaría con ese contenido. ¿O de qué no fue Rocío Flores a recibir a OA el pasado miércoles?
Aunque para violencia mediática la del próximo martes. Y es que, de ser cierto lo que publica este viernes La Razón, un medio que se ha mostrado muy afín a la familia de Antonio David Flores, ¿cómo debemos tomarnos que Telecinco prepare un especial en el que Olga Moreno conteste a Rocío Carrasco? ¿Se imaginan a Netflix haciendo una docuserie sólo con el testimonio de Ismael Álvarez, el alcalde condenado por acoso sexual a Nevenka? ¿Qué pensará Carlota Corredera?
Al final, el cinismo por bandera. El mismo que emplearon hace unos meses cuando despidieron a Antonio David Flores, pero ataron los fichajes de Olga y Rocío para que la familia del impío siguiera llenándose los bolsillos a costa de Rocío Carrasco. Ahora, además, sin la necesidad de que éste tenga que hacer triquiñuelas para seguir facturando y a la vez declararse insolvente en determinados momentos judiciales.
Porque, no nos engañemos, el desenlace de esta historia es claro: Antonio David Flores habrá ganado más dinero este año que el pasado año gracias a las colaboraciones de su hija y la estudiada llegada a la final de Supervivientes de Olga, que semana a semana ha sumado más ceros a su cuenta. Y lo que queda...
La docuserie de Rocío Carrasco puso sobre la mesa el problema de muchas mujeres, que encontraron en la hija de la Jurado un referente. Ahora, el simple hecho de dar testimonio a otra mujer que fue cómplice de ese dolor, con un discurso completamente opuesto, equipara a víctimas y verdugos; ayuda a crear dos bandos en una historia en la que sólo debería haber uno. Pero, no sé qué de Netflix.