Confieso que hoy me he sentado en el sofá lleno de ilusión y jacarandoso. Expectante, hasta ceremonioso. ¡Un nuevo reality se estrena en Telecinco! ¡Secret Story! O lo que es lo mismo, La casa de los secretos. Al frente del cotarro, Jorge Javier Vázquez (51 años). ¿Qué puede salir mal? Nada en principio. Llega este desembarco -al que le han puesto un lazo, creo, demasiado novedoso para lo que es el contenido en sí: casa, famosos, ¿Gran Hermano VIP?- en un día convulso para Telecinco tras anunciar el señor Vasile que a partir de la semana que viene su Prime Time arranca a las 20 horas de la tarde.
Dejar morir en Cuatro al pobre Gálvez. 9 de septiembre: anuncio bomba y estreno. Eso es agitar el avispero, tener olfato y lo demás son tonterías. Hasta para esto hilan fino. ¡Bueno, venga, vamos al barro! Tengo que decir que esto ha empezado a las 22, y cuarenta minutos más tarde un servidor se hallaba bostezando. Aburrido como una ostra. Telecinco, querido mío, ¿esto qué es? ¿Esta es una de tus grandes apuestas? Ni los personajes, ni los secretos: bostezo, de momento. Ni el propio Jorge Javier siquiera. Como dice mi jefe de esto, Juanma, cuánto se echa en falta la solemnidad de Mercedes Milá (70).
Ese rostro que lo llenaba y justificaba todo, que no necesitaba de secretos ni de nada más. Ella, y sus circunstancias. Jorge Javier ha vuelto como siempre: como una gala más de Supervivientes. Sin desmerecer, pero sin plus. Riéndose a destiempo -animoso él y disfrutón- y con sus bromas a tiempo y fuera de eje. Que sí: que lo compro, pero no sé... algo me faltaba más también en él. Comienza el percal incidiendo en lo conocido, con alguna pista arrojada cual cóctel molotov que, puede, se quede en un petardo de barrio. Pistas: "Robo la ropa interior de mis amantes", "Soy amante de un presentador", "Heredaré un marquesado", "Tuve una relación con un jugador del Real Madrid", "Mi familia no sabe que los estafé", "Perdí la virginidad con una persona trans", "Viví en un centro de menores porque mi madre me abandonó", "Soy hermano o hermana de mi padre", "Quería ser monja y me han propuesto ser scort".
Este reality, que ha triunfado mucho en el mundo, lo han convertido en Telecinco en un cutre Viernes o Sábado Deluxe. Más de lo mismo. ¿De verdad nos merecemos esto? ¿Cómo se puede modificar todo tanto hasta el aburrimiento más supino? ¿Llevar como estrella principal de un reality a alguien como Edmundo Bigote Arrocet es una gran apuesta? Han empezado con él, con su testimonio de mentira, a las diez de la noche. ¿Cuándo se ha visto este señor en otra? Con permiso y respeto, que esto lo haga Antena 3 o TVE, que viven en otro limbo, guay, pero me indica inequívocamente que Vasile va a la deriva, al abismo.
Ay, más: la casa. Cutre, nada nuevo bajo el sol. ¿Acaso Telecinco no se quiere? Septiembre, nuevo curso. ¿Qué carne fresca tenemos? Bigote y Canales Rivera, con su supuesta amante Cynthia. ¿Qué me dicen de Lucía Pariente o Luis Rollán? Más sueño. Esperen, esperen: que llegan Sandra Pica y Julen para mejorar, se supone, todo esto. De verdad: no puede más. Ojo, ojo, OJO: los hermanos Gemeliers, ¡gran apuesta de la cadena! No han traído a Leonardo Dantés o Yurena de puro milagro. ¿Esto cuánto ha costado? Me dicen que es un reality de agosto y me lo creo a pies juntillas. ¿Os creéis si os digo que lo único que me interesa de esta cosa infecta es Miguel Frigenti y la chica que solo conocen en su casa, una alemana llamada Emmy Russ?.
Ah, no, error: mi interés solo cae de momento en Sofía Cristo y su tonteo, conexión, roneo, llámalo equis, con Fiama. No sé, chicos, ando muy perdido en estos mundos que nos ha tocado vivir. Sale en directo el faraón Edmundo Bigote Arrocet de una pirámide y, en el acto, comienza a hacer el tonto y el ridículo como solo sabe saber él. El cómico que se quedó en los 70 y que va camino de ser una copia de Paco Arévalo, guardando, de momento, las distancias. Dice el tipo, en Prime Time insisto, que la vida es happy, que todo se lo han inventado sobre él y que es un caballero de los que pocos quedan. Los tiene cuadraos, y encima con una gracia trasnochada, antiquísima, de otro siglo.
Que huele a viejo y a naftalina. Nadie se cree a Edmundo, porque, perdónenme los que solo se aferran al ayer más gris, hoy nadie lo conoce. Corrijo, sí: por ser el exnovio de María Teresa Campos. "Estaba desaparecido, así somos los faraones. Estoy muy bien. Encantado de estar con ustedes. Mientras que no me llames desgraciado por llegar tarde a casa...". Sobre la ruptura, suelta: "Ah, sí, sí. Para mi cumpleaños, el 29, se cumplen los dos años". ¿Cree que Teresa lo está viendo? "No sé, la verdad es que no sé... no tengo idea. Sí, me gustaría que me viera. Así como la veo yo a ella. Le tengo cariño".
Y desvela que ha seguido los pasos de Teresa: "Cuando estaba en Chile, salían un montón de programas donde la entrevistaban, de televisión nacional. Se ve allí en Chile. Cuando uno ha vivido con una persona tantos años y con tanto cariño, sientes esa sensación bonita. Son casi 6 años. Me unen cosas muy bonitas. Ella es simpática y más alegre que yo. Tiene ese carácter tan andaluz... Me fui porque yo creo que cuando las cosas se acaban y punto..." El menda remacha: "Sí, ella sabía que aquello había acabado. Esa noche me entregaron un premio, se celebró en casa y ella no bajó... ya había hablado la tarde esa con ella de que me iba... No tiene que ver con la realidad lo que cuenta ella".
Y se lamenta mientras España se ríe de él: "Se han hablado dos años de mí... diciendo cosas que duelen. Mis hijos hablan con ella... Pero nunca fue así. Yo no lo voy a decir, lo tiene que decir ella... Las cosas íntimas no se saben. Ella sabe las tres cosas mías, lo tiene muy claro. También sabe perfectamente Terelu cómo fue todo, me duele que se haya hablado tan mal de mí. Ya es hora de que se me ponga en mi lugar, el que me corresponde". Se queda tan ancho el tío. Juro que casi me vomito encima de la indignación.
Mensaje a mi móvil de alguien cuya identidad no puedo desvelar, pero como si fuera Teresa: "El dinero es muy malo. No tiene corazón, este es el auténtico Bigote". ¡Ni un minuto más a esta persona! Más cosas. A Canales Rivera le han llevado una sorpresa, la de su amante televisiva, Cynthia Martínez. Vamos a resumir porque es insultante: el uno y el otro sabían que entraban. Aquí la dignidad se juega en otra liga. Me gusta Frigenti, creo que es aire fresco, dado, insisto, el percal. Es un tipo majo, simpático, fresco y desconocido. Ah, y conoce muy bien los entresijos de la telerrealidad. Dará juego.
Los que ni yo -ni alguien con un medio olfato televisivo- entienden ahí en la renovada casa Guadalix son los hermanos cantantes Gemeliers. ¿Ustedes seguían la pista de ellos? Yo me he quedado muy loco porque por segundos pensaba que estábamos ante Terelu y Carmen Borrego, por aquello de seguir innovando en rostros conocidos. Ahora -y salvo que una chica anónima aquí, alemana, llamada Emmy Russ, obre el milagro-, hubiera preferido al dúo malagueño Campos.
"Me gusta ser una barbie, pero soy lista y mejor no te metas conmigo. Una cosa buena que tengo es que no me conocen, así enseño mi mejor lado, al principio al menos", dice de ella. Todo dicho. Por último, antes de despedirme, quiero hablar de Alba Carrillo y Lucía Pariente. También de Miguel Frigenti, del que manejo datos curiosos que, puede, cuente algunos si me place. Entiendo una desvergüenza, cuando no sacrilegio, que Alba Carrillo ande animando a su madre para que le ponga los cuernos a su padre en el reality. Y, cómo no, en esa locura aparece Frigenti, del que habrá mucho que rascar. De él, de su pasado... y de su nuevo amor, que salió en televisión. Tiempo al tiempo.
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