Se cumple la segunda semana de concurso en La casa de los secretos ya con quince concursantes en la casa de Guadalix después de que Chimo Bayo fuera el primer expulsado el pasado jueves. El cantante del ¡HU-HÁ! ha pasado sin pena ni gloria por el concurso. Y es que, para ¿hacer? este concurso, mejor que no hubiera entrado en un concurso de estas características. Y lo digo con todos los respetos que se merece una persona de su trayectoria.
Sin embargo, habría que discutir con expertos en el género si se podría decir que Chimo ha hecho un concurso como tal. Yo considero que no se hace ningún concurso por el mero hecho de entrar en un reality y pasar revista a las estancias del mismo. Aunque también es cierto que quizá el pobre Chimo no haya tenido tiempo de mentalizarse de que entraba a Secret Story, pues como ya averiguamos fue el último en cerrar su contrato días antes del estreno, tras el fallido fichaje de Amador Mohedano, baja de última hora por motivos médicos.
En esa misma primera nominación se salvó Cristina Porta. La periodista deportiva volvía a la casa contra todo pronóstico, advirtiendo de que se venía jarana si seguía en la casa. Hasta un efusivo Miguel Frigenti la recibió, prácticamente, en volandas. Ambos han formado un cuestionado y previsible tándem. Los compañeros los acusan de auto aislarse del grupo aduciendo que saben que eso vende fuera. Ya saben, lo de siempre: grupo minoritario y discriminado por la casa que va expulsando a los miembros del grupo mayor. Los concursantes acusan a los periodistas de querer vender la imagen de que se les está aislando para que fuera digan: "¡Ay, pobrecitos, que malos son los otros!" ¡Venga va! ¡Eso es de primero de reality!
Cristina y Miguel se consideran expertos en el género y forofos de la telerrealidad, por lo que creen conocer todas las estrategias de un concurso de tales características. Y puede ser que sean expertos del género, pero están aplicando tan sumamente mal sus conocimientos, por no decir también que carecen de experiencia en el terreno. Esto les hace torpes, débiles y previsibles para el resto de concursantes y para el público. Ese mismo público soberano e inteligente, curtido en mil batallas, al que no puedes tomar por tonto. Frigenti y Porta están forzando demasiado su estrategia así como las discusiones. Auguro que de esta estrategia saldrá más beneficiada Cristina que Miguel.
El otro día, por ejemplo, Frigenti se jactó de que gracias a él y los contenidos que protagonizaba, se podía sacar adelante el reality. ¡Sé un poco más humilde, Miguel! Siendo el mismo Frigenti el que se vanagloriaba de ser un experto en el reality original, no entiendo tanta torpeza por su parte. Pese a todo ello, creo que deben seguir en la casa Miguel y Cristina. Contenidos dan, eso es innegable. Y son preferibles antes que Bigote, por ejemplo. No hay concursante que me despierte más apatía, por favor. Veremos en que evoluciona lo de Miguel y Cristina.
Miguel Frigenti rompe el armisticio con las Carrillo
Llevamos días preparados para ello, sabíamos que podría suceder en cualquier momento, y este martes fue el día. Sucedió, y para qué engañarnos, lo deseábamos. Conozco a las Carrillo casi a la perfección. No hay intervenciones televisivas suyas que no me hayan dejado pegado a la pantalla.
Aún recuerdo aquel primer día de Alba Carrillo. Corría una calurosa noche de verano del año 2016, y una tibia Carillo debutaba en Hable con ellas. Me dejó muy indiferente su fichaje. Sin embargo, con el paso de las semanas, la modelo sacaba su fuerte carácter y ya allí me dejó embelesado como personaje televisivo. El culmen fue Supervivientes 2017. Madre e hija fueron un auténtico torbellino en Honduras. Para mí se asentaron definitivamente en el universo Mediaset como uno de sus pesos pesados.
Como decía, las conozca ya tanto, que cuando empezó el concurso y ambas se mostraron receptivas y poco beligerantes con Frigenti, me resultó realmente extraño. Después de todas las batallas televisivas, me dejó un poco confundido esa actitud.
Nada más lejos de la realidad. Estaba en lo cierto. Las Carrillo y Frigenti estaban en una especie de guerra fría. No habría respuesta sin una ofensa anterior. Y se produjo. Este martes fue el detonante: Miguel acusó a Lucía de ser irrespetuosa y mala compañera basándose en su polémica expulsión de Supervivientes hace cinco años ya. Una beligerante Alba Carrillo desde plató recriminaba a Frigenti que se saltara el pacto de no agresión, mientras una confundida Lucía Pariente desde la casa se reprochaba a sí misma haberse creído a Miguel cuando decía que venía de buen rollo.
Para qué engañarnos, voy a ser un poco malévolo: me gustan mucho las Carrillo, pero, más aún, cuando están enfadadas. Resultan tan imprevisibles, astutas y pícaras que prometen momentos memorables. Otra cosa, el afán de Miguel por protagonizar todas las tramas de la casa, le desgastará mucho y provocará una expulsión histórica. ¿Quién sabe si Nagore Robles perderá su récord?
La baza que prepara el programa para mejorar sus datos
Secret Story no está funcionando nada bien en audiencias. Prácticamente es un fracaso. Con lo costoso que está siendo el programa, los datos de audiencia no están siendo los esperados por cadena y productora. Podríamos coger de ejemplo el último concurso de telerrealidad de características similares: GH VIP 7. Emitido en otoño de 2019, la séptima edición de la variante de famosos de Gran Hermano rompió récords de audiencia, superando en algunos puntos hasta el VIP de la mismísima Belén Esteban.
Mila Ximénez, Alba Carrillo, Adara o el malogrado Antonio David Flores encabezaban el casting de aquella edición que batió récords en sus tres noches de emisión. Por ejemplo, no era nada extraño que los Límites 48 horas de los martes superaran el 30% de share sin problemas. Este martes, Secret Story: Cuenta Atrás apenas superó el 12% de share. Lejos quedan ya aquellos tiempos en los que la gala estrella de los jueves superaba holgadamente el 30%, llegado a encadenar consecutivamente durante semanas cifras superiores al 35% de cuota de pantalla.
Es público y notorio que Secret Story no está funcionando. Hay algo por lo que la audiencia no termina de conectar. En primer lugar, por supuesto, el casting. No digo que sea un mal casting, al contrario, me parece interesante. Sin embargo, no hay una cabeza de cartel. Lo más bombazo que puede considerarse es el fichaje de Edmundo Arrocet. De esta manera, apaga y vámonos. ¿Cómo pretenden que conectemos con el programa si centran el programa en Edmundo y sus idas y venidas con Teresa Campos? El público fuerte y potencial debería ser el joven, y no sé yo si siguiendo esta lógica, conseguirán metérselo en el bolsillo.
Otro de los problemas es que la temática parece ser que no importa, que es irrelevante y secundaria. Creo que no se da importancia a los secretos ni se potencian. Si se hiciera, se podrían crear tramas, podríamos ver traiciones, estrategias, pactos... No está pasando.
Tampoco hay definida una trama en particular. Es tan difuso el mapa de tramas que no logro conectar con ninguna. Cuando parece que está a punto de estallar una trama, se interrumpe. Como la de la guerra de los Fresh con una Isabel Rábago que vive en un letargo desde entonces y pasando completamente desapercibida.
Por lo que nos han deslizado, el programa está preparando novedades para remontar el vuelo. Cuando creíamos que el casting estaba cerrado, parece que no. Y es que el programa estaría valorando la posibilidad de introducir un nuevo concursante que sirviera como revulsivo de audiencias y que active de una vez las tramas. Por soñar que no falte, pero me vendrían de lujo una Carmen Borrego o una Bárbara Rey.