Nueva noche de MasterChef Celebrity. Y tengo que decir que no me ha decepcionado. Reflexionaba, vía WhatsApp, un colega de máster: "Vaya, cómo ha cambiado TVE cuando eran otras cadenas las potentes, y ahora es la única que mantiene el share como una diosa". Piénsenlo, lleva mi amigo toda la razón del mundo con MasterChef. ¡Qué buque insignia tiene TVE! Mi madre, al teléfono: "Pero este programa, ¿funciona en audiencia? Nunca lo veo". Cuando le cuento la audiencia, se queda blanca: "Ay, pues me lo pondré esta noche". ¿Qué es lo que tiene MasterChef Celebrity?
Qué será, será. No lo sé, pero la fórmula del éxito, seguro. Y yo que me alegro. Eduardo Navarrete, qué tío más guay y estupendo. Qué sentido del show y el espectáculo. Qué, qué todo. Intuyo nuevos retos. Esta semana, los concursantes han tenido que flambear platos dulces y salados, cocinar para 100 comensales en Comillas y preparar un caldo de atún siguiendo los pasos del chef Ángel León.
En la primera prueba, el jurado ha propuesto a los aspirantes jugar con fuego para demostrar su destreza flambeando. Con 75 minutos para elaborar tantos platos como puedan, el jurado, y la finalista de MasterChef Celebrity 3 Antonia Dell’Atte (61 años), han visionado lo elaborado en el restaurante del plató, conforme los aspirantes los vayan terminando.
Con Antonia, todo puede ocurrir en plató. A mí nunca me cayó bien ni lo hará, pero comprendo que a un programa le da juego. Y ella lo hace en su inconsciencia -insolencia, impertinencia y grosería- habitual. Nunca, jamás, olvidaré cómo, en mi opinión, puso a los pies de los caballos a Ana García Obregón. Recuperen aquellos momentos: sí, cuando no cabía la vacuidad.
"Volver a MasterChef es bonito, y también de peleas estúpidas que tuvimos, no por mi parte. Después de un año desaparecida, estoy viva y luchadora, pero desde la sabiduría y el amor", suelta, chapurreando el castellano patéticamente, y añade, para quien le interese, si existe: "Mi proyecto es saberse retirar a tiempo, retirarme significa estar apartada de algunos focos y vivir el amor de mi vida".
De esta primera prueba me quedo con la insolencia de Antonia Dell'Atte. Ni cae bien ni caerá en mi opinión. Llama "Terelo" a Terelu con ese chapurreo español que no entiendo, por su parte, llevando 200 años en España. ¡Impertinencia que le permiten! ¡Más cosas! Terelu ha tenido su peor primera prueba: "Tengo ganas de llorar, es lo de que tengo ganas". Tampoco Carmina Barrios ha acertado. No entiendo el perfil de Vanesa Romero: ni canta, ni baila ni se la espera. ¿Qué se espera de esta mujer? "Trabajas muy irregular, te has enterado cuando todo estaba muy avanzado", le han hecho ver. Forqué, en su línea: "Voy lenta, no estoy acostumbrada a estas prisas". Ella es muy grande, puede que demasiado.
Especial mención se merece la guerra entre Bustamante y Verónica Forqué. Juro que durante minutos se ha palpado la tensión. Él, tan suyo; ella, tan estrella. Al uno que no le gusta cómo le habla el otro, y viceversa. Menos mal que luego todo se ha relajado. Menos mal, sí. "No ha habido buena química entre ellos, en general", se explica. Durante el cocinado, el jurado ha pedido que destapen una serie de mini cajas misteriosas que esconden unos ingredientes secretos a incorporar en sus recetas. En la prueba de exteriores, las cocinas de MasterChef Celebrity se han trasladado a Comillas (Cantabria), una elegante villa que el virtuoso Gaudí convirtió en un capricho modernista. Es uno de los pueblos más bonitos de España y sus calles están repletas de joyas arquitectónicas.
Además, esta tierra tiene una de las gastronomías más ricas y con mayor personalidad del país. Divididos en dos equipos, han cocinado menú de cuatro platos con algunos de los mejores productos de esta tierra, avalados por el sello de calidad Alimentos de Cantabria. A la mesa se han sentado 100 comensales, habitantes de Comillas y Miguel Ángel Revilla, presidente de Cantabria. El chef Jesús Sánchez (tres estrellas Michelin y tres soles Repsol) han echado una mano en los fogones para que todo salga a pedir de boca.
Los aspirantes del equipo perdedor se han jugado la permanencia con un reto extremadamente delicado. Han tenido que demostrar que tienen los nervios de acero y la precisión de un cirujano al extraer la médula ósea de la columna vertebral de un atún, para preparar un caldo con ella. El chef Ángel León (tres estrellas Michelin) les han enseñado cómo hacerlo para después integrar ese caldo en un plato de pescado.
Expulsada: Vanesa Romero
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