Esta viernes arranca la novena edición de Tu cara me suena, con un plantel de concursante muy potente. Buena parte de los participantes ya conocían el formato y el clonador. Rasel, Agoney, Jorge Cadaval, David Fernández, Loles León, Eva Soriano y María Peláe ya habían participado como invitados. Y Nía Correia conoce muy bien lo que es actuar cada semana en un plató de televisión, pues viene de ganar la última edición de Operación Triunfo. Por esto mismo resulta muy interesante el perfil de Lydia Bosch, que se convirtió quizá en la mayor sorpresa del casting, pues no es cantante ni tampoco teníamos idea de su habilidad para imitar.
En su puesta de largo el pulsador ha decidido que Lydia imite a Ana Torroja en Mecano, uno de sus grupos favoritos, en un número que ha servido de aperitivo en las redes sociales. Y con Lydia hemos hablado de imitaciones y de Tu cara me suena, de su trayectoria televisiva y de cómo sueña con una nueva temporada de una de sus series más emblemáticas.
Lo primero, ¿cómo te encuentras de salud? En esta primera gala contabas que acababas de pasar el covid.
Recuperándome y pasito a paso, pero mucho mejor. Ahora toca seguir cuidándonos todos. Ya está todo en orden, más vale haberlo pasado y así tener anticuerpos. Y mejor que haya pasado al principio del programa que no a la mitad.
Con Tu cara me suena dices que quieres sacudirte un poco el registro dramático con el que te hemos conocido en los últimos tiempos.
Tiene mucho que ver estos dos años de pandemia y de encierro. Es como que hay ganas de agitar las alas. No hacemos las cosas por miedo, por si nos salen mal, pero estoy en un momento de mi vida que digo ¿si sale mal, qué pasa? Lo importante es divertirte, abrir nuevas puertas y aprender. Y para aprender es necesario perder el miedo y ver el fallo como un fracaso. Un fallo es una experiencia más, para conseguir lo que necesitas, con tesón, esfuerzo y alegría, que es en lo que estoy.
¿Has descubierto una nueva Lydia Bosch, que quizá tenías en un segundo plano?
Está saliendo, y creo que tiene que salir todavía más. Esa Lydia quizá menos controladora. Estás en un terreno cómo es la música, que no es el mío, y tienes que aprender. Estoy cantando canciones en inglés, que no sé inglés y me ha forzado a hacer algo que llevaba años queriendo que es aprender inglés. También estoy dando canto para poner una base más sólida y a medida que pasen los programas poder soltarme la melena del todo y disfrutar. Que ya estoy disfrutando mucho, pero por esto que ha sucedido que un viernes salía del covid y el martes estábamos grabando fue difícil.
Tu primera imitación es de Ana Torroja y admites que te da rabia el resultado porque sabes que podrías haber dado más.
Ese tema podía haberlo hecho mejor, pero no pudo ser por la incapacidad física que tuve. Las cosas salen como tienen que salir y hay que disfrutar lo que salga y reírse de uno mismo.
Uno de las claves de Tu cara me suena es tomarse las cosas en serio sin olvidarse de disfrutar.
Es difícil, ¿eh? Es muy complicado estar allí. El aparatito que te ponen en los oídos creo que todavía no lo controlo, escuchas la música, tu voz. Te dicen ¿cómo te escuchas, bien, mal? Y dices: ¡Es que no sé cómo me tengo que oír! Esta edición es espectacular no solo a nivel estético, que el plató es una belleza, las luces, los números son espectáculos puro.
¿Y con tus compañeros, qué tal?
¡Cómo cantan! Y lo que van a hacer es un espectáculo, es una pasada. Es gente con mucho sentido del humor y cero ego; el ego excesivo o mal colocado hace que se cree una competitividad, aquí no hay competitividad, simplemente con uno mismo, por querer superarte de buen rollo, no con sufrimiento. El ambiente de camaradería y familiaridad lo tuvimos desde la primera gala, desde que nos encontramos en el hotel. Y creo que es porque todos somos muy buena gente y hemos venido a disfrutar y eso traspasa la pantalla.
David Fernández tiene un humor absolutamente maravilloso, muy rápido. Su forma de tomarse la vida es una maravilla y es muy contagiosa. A los Morancos ya los conocía y cuando me dijeron que iban a estar fue una alegría, porque son seres muy especiales. A Loles León la conocía, pero Tu cara me suena me ha permitido conocer esa Loles más humana, la parte más personal, su sensibilidad y su generosidad. Agoney, que es otro descubrimiento, que es mi niño. Y Eva Soriano, que habrá gente que no la conozca, pero se va a enamorar de ella, no sabes programa tras programa cómo evoluciona, cómo canta, qué sentido del humor tiene. No sabéis el juego que va a dar Rasel, cómo canta Nía, y María Peláe, que tiene una voz preciosa, pero también tiene un sentido del humor estratosférico. Lo que ves es lo que son.
Durante años fuiste presentadora. ¿Renunciaste a esta faceta por ser actriz?
Una parte importante de renuncia sí que hubo. Parecía que si presentabas no te tomaban en cuenta como actriz, como actriz seria que se suele decir. Yo me fui apartando un poquito más de esa faceta, cosa que no haría con la experiencia de ahora, porque perfectamente uno puede hacer muchísimas cosas y no pasa nada. Pero era la época esa en la que los actores de televisión y los de cine chocaban, parecía que los actores de televisión éramos los hermanos pequeños de los del cine, y mira ahora cómo la cosa ha cambiado. Un actor es bueno en cualquier medio, y no te desvalorizas por hacer cine, o televisión o teatro. Quizá el teatro sí es un medio en el que el actor se asienta más y te consolida de otra manera, y ahora hacer cine y televisión está igual de bien visto. Y en esa época si eras actor de televisión y presentador estabas en tierra de nadie, y es verdad lo fui a lo mejor desechando y me fui hacia el camino de la interpretación. Pero recuerdo mi etapa de presentadora como una divertidísima, y es lo que quiero volver a sentir en mis venas, como cuando presentaba El gran juego de la oca.
Al venir de El juego de la Oca o el Un, dos, tres, donde las grabaciones se alargaban 20 horas, el reto de TCMS debe ser hasta ligero....
Si quieres que te diga la verdad, cuando trabajo a gusto y disfrutando para mí las horas pasan volando, no sé si son 20, 16, estoy concentrada en lo que estoy haciendo. Si un día estás mala sí se hace menos llevadero, pero nunca me quejo de las horas porque siempre estamos jugando, estamos siempre con nuestro niño interior. TCMS es recuperar al 100% esa niña interior que todo el mundo interior tenemos y aunarlo con la música, que anímicamente carga la pilas, caracterizándote, disfrazándote, que hacen unas caracterizaciones brutales. El día de la caracterización empiezan muy pronto y estás caracterizado muchas horas antes de empezar la grabación y se te olvida cómo estás, y vas al baño te miras al espejo y te pegas un susto de muerte, porque en tu cabeza no tienes esa imagen incorporada. Y nos reímos mucho porque nos damos sustos los unos a los otros.
Ahora que se lleva tanto el revival, ¿crees que al público le interesaría saber más qué fue de Alicia Soller de Médico de familia o saber dónde está Natalia Nadal de Motivos personales?
La gente le tiene mucho cariño a Alicia Soller, pero creo que por lo que percibo por las redes sociales interesaría mucho más saber dónde está Natalia Nadal. Todos los actores de Motivos personales decimos que estamos abiertos y que ojalá se hiciese una tercera temporada, o algunos capítulos de continuación porque creo que quedó muy en alto y las historias que faltaban por contar son espectaculares y nunca cerramos la puerta de que se pueda abrir en forma de regalo.
Ahora que estás en Antena 3, podías pedir que suban a ATRESPlayer la serie ¿Quién da la vez?...
Es verdad, esa serie hace siglos que no se ve. Yo lo diré.
¿Qué recuerdo guardas de La verdad? La serie fue muy maltratada en su programación.
La forma de programación fue mareante y creo que la gente se perdió, pero guardo un recuerdo estupendo. Fue una serie muy dura, pero estoy muy orgullosa de Lidia McMahón, creo que todos los actores estaban espléndidos, los guiones eran súperpotentes y recibo muchos mensajes de felicitación. Creo que fue muy buen trabajo.