Rocío Carrasco abrió la veda. Las docuseries son el formato de televisión que más de moda está esta temporada. Una simbiosis que navega entre la entrevista y el documental que ha alcanzado el éxito en nuestro país gracias al testimonio de la hija de Rocío Jurado, personaje polémico y rodeado de misterio a consecuencia de su silencio público durante años. Un distanciamiento de los medios dedicados al 'colorín' que no le sirvió para que se dejara de hablar de ella en los platós y revistas, construyéndose así una imagen pública que ha logrado fulminar mirando a cámara y desvelando sus vivencias en primera persona.
Parece que los famosos ya no quieren ser entrevistados en un plató de televisión por un grupo de periodistas o, por el contrario, narrar sus memorias en un libro. Ahora son las docuseries el arma más poderosa mediáticamente para hacer conocer sus propias historias. Un formato de televisión con pros y contras que algunos de los rostros más populares de nuestro país se postulan a protagonizar. Georgina Rodríguez en Netflix, Sergio Ramos en Amazon Prime Vídeo o, cambiando de tercio, Julián Muñoz en Telecinco, son algunos de los nombres que expondrán sus 'milagros y obras' frente a una cámara. Un género que traspasa cadenas y que parece haber llegado para quedarse.
Un escenario controlado sin ataques desagradables de periodistas y colaboradores, manejo total de los tiempos de grabación, aportación de documentación con todo lujo de detalles y la seguridad de ser bien cuidados en edición, son algunos de los ingredientes que los personajes valoran positivamente a la hora de decantarse por este tipo de formato. Un marco que para muchos resulta ideal para contar sus vidas, pero que sin embargo también merma algunos matices que solo se consiguen en la entrevista tradicional.
Con la docuserie se acaba con la frescura de la respuesta espontánea, de la reacción del instante y de la contrarreplica del entrevistado. Gestos, sensaciones y percepciones no verbales quedan sujetas a un ambiente mucho más artificioso o que, al menos, puede ser teatralizado con mayor facilidad por su protagonista. En el otro lado de la balanza, lo positivo de este género es que el personaje de explique desde la tranquilidad de no ser interrumpido, algo casi imposible en los programas de corazón, y que además se pueda ver al instante documentación de archivo que revalide o contradiga las palabras del sujeto. Bondades de una forma de plasmar un testimonio que cuenta con defensores y detractores a partes iguales.
Cierto es que esta nueva tendencia abre las puertas para que ciertos personajes que son reacios a sentarse en un plató de televisión barajen la posibilidad de abrirse a una docuserie. El perfil perfecto para este tipo de formato es el de una persona popular que tenga algo que contar y que no suela airear los entresijos de su vida muy a la ligera. Muchos son los candidatos que podrían plantearse, pero... ¿Quiénes serían los ideales para ello? A continuación, analizaremos cuatro nombres que merecen tener su propia docuserie. Famosos de relevancia pública y con muchos secretos que desvelar que resultan necesarios para entender su historia al completo.
Isabel Pantoja, la más deseada
Es una de las mujeres más famosas de España. Última representante de un tipo de artista que dominaba los escenarios durante el s.XX, Isabel Pantoja combina su divismo artístico con una vida fascinante que resulta inabarcable de narrar en tan solo un programa de televisión. Sus éxitos sobre las tablas se equiparan a los tormentos donde se ha visto inmersa. Muerte, gloria, ambición, fama, dinero y dolor se dan cita en una historia que, por el momento, su protagonista no ha querido desvelar. Se trata seguramente de la persona que más horas y páginas en el papel couché haya generado a lo largo de su vida en nuestro país, una figura polémica cuyos secretos podrían dar explicación a algunos de los sucesos más criticados por la prensa. Pantoja merece una docuserie de altura, nadie puede dudar de ello, un ambiente cálido y a la vez recio donde salga a relucir la mujer alejada del personaje. Un diálogo sin artificios folclóricos, cuestión casi imposible en ella, que acerquen su persona al público que lleva años escuchando sus devenires.
Jesulín de Ubrique y su lidia más complicada
Su persona está presente en la prensa rosa desde que comenzó su carrera profesional, pero los ruedos no han sido el terreno más difícil para el torero. Su relación sentimental con Belén Esteban y posterior ruptura, con paternidad incluida, le propulsó a que su nombre quedara ligado por siempre al escándalo. La que en un principio parecía una tímida chica de barrio a la que le quedaba grande el mundo del 'famoseo', pronto se convirtió en toda una fiera televisiva que rugía en contra de su expareja. Una ira dirigida que le colocó en el disparadero y que provocó que su vida quedara expuesta ante los medios, quisiera él o no. Si bien es cierto que Jesulín ha participado activamente en el mundo de la prensa rosa previo pago a lo largo de las últimas dos décadas, sus opiniones respecto a sus mayores polémicas siempre quedan enmudecidas por un silencio perpetuo. Un mutismo por el que se ha desvinculado totalmente de la imagen de chaval simpático y espontáneo con la que se dio a conocer en los 90 para dar paso al 'villano' de la historia de 'la princesa del pueblo'. Actitudes incomprensibles y unas relaciones familiares escabrosas podrían ser explicadas por el que es uno de los matadores de toros más populares del país, palabras que serían dinamita pura para una Belén Esteban que ha hecho de los platós de televisión su hábitat natural.
Bárbara Rey y su historia 'real'
Silenciada durante años, aunque jamás del todo. Bárbara Rey ha sido, y es, uno de los testimonios que cualquier peridista quisiera tener delante a pecho descubierto. Si bien es cierto que su carrera profesional como diva del destape y su matrimonio con Ángel Cristo bien merecería unos buenos capítulos, su relación con el rey emérito Juan Carlos I es el plato fuerte al que todos queremos hincarle el diente. Son muchas las preguntas que se tejen alrededor de la verdadera naturaleza que unió a la vedette con el monarca y de cómo fue su vínculo. Una amistad muy especial que hace correr ríos de tinta con cada escándalo que se revela, movimientos sísmicos informativos en toda regla de los que la actriz nunca ha hablado claro. Bárbara Rey, personaje que incluso será protagonista de una serie de televisión próximamente, merece contar su historia sin tabúes. Vivencias que se alejan de la aburrida normalidad en la que divagan el común de los mortales y que corresponden más a una película de Hollywood. ¿Será este el momento de contar toda la verdad sin cortapisas? Ánimate Bárbara.
María Teresa Campos, la despedida que merece
Las Campos ya tuvieron su docureality, pero esto sería otra cosa. Nadie puede negarle a María Teresa Campos que ella creó escuela. Una mujer que se atrevió a dar un paso de gigante en un mundo mayormente dominado por hombres, logrando así llegar al olimpo de la televisión. La carrera de la periodista es por todos conocida y, parece, que su vida personal ha sido aireada sin ningún tipo de reparo en los últimos años. ¿Qué hay detrás de la mujer que allanó el camino para las siguientes generaciones de periodistas? La vida de María Teresa Campos esconde esfuerzo, tesón, talento y ambición por conseguir lo que siempre deseó: ser una estrella de los medios. Un matrimonio que acabó de manera dolorosa y repentina, vivencias desagradables debidas a la idiosincracia de una sociedad en la que las mujeres carecían de autoridad, aciertos y errores de una profesional que en los últimos tiempos no ha salido bien parada mediáticamente. La malagueña más televisiva merece tener un final digno que, porque no, podría tener lugar en una docuserie donde se deje ver más allá del personaje. El testimonio de una mujer que en muchas cuestiones se adelantó a su tiempo y cuyo legado parece haber quedado oculto tras absurdos escándalos familiares.