Cuando a principios de julio, Ana Rosa Quintana decidía despedir al periodista Javier Ruiz de su programa en Telecinco, el nuevo presidente de RTVE, José Manuel Pérez Tornero, vio la ocasión perfecta para hacerse con los servicios de un periodista que ha demostrado no arrugarse ante las presiones: Javier Ruiz.
Fue así como surgió Las Claves del Siglo XXI, la nueva apuesta por la información de La 1 de TVE en prime time que se estrena esta noche, a partir de las 22:15 horas, y donde se hará un análisis en profundidad de los temas que marcan la actualidad a través de expertos, para que la audiencia tenga todos los elementos necesarios para formarse una opinión.
"Te cuento las intimidades y espero que a él no le moleste que te lo cuente", cuenta a BLUPER el periodista cuando le preguntamos cómo fue esa llamada que todo periodista sueña con recibir algún día, la de TVE, la de la "catedral de la información".
"A mí me llamó el presidente de RTVE, José Manuel Pérez Tornero, y me dijo que me quería conocer. Esto fue poco después de que me despidiera Ana Rosa, justo cuando uno no encaja bien algo así y piensa que es una decisión injusta. Intento siempre ser una persona educada, pero es verdad que me sorprendió. Nos tomamos el café y me planteó un tipo de formato. Y entre los dos, el director de los Contenidos Informativos de RTVE, Esteve Crespo, y el director de Informativos de TVE, Pau Fons, le hemos ido dando forma a esto", se sincera Ruiz.
"Yo en esto soy más transgresor y atrevido, pero es una cadena que tiene que cuidar ciertos aspectos. No obstante, lo hemos ido pactando. Tornero me ha parecido un tipo extraordinario, con las ideas claras. Y ha dado la casualidad que tiene unas ideas parecidas a las mías: la información es importante, no vamos a dar pábulo a determinados personajos, vamos a intentar poner orden y nivel en el periodismo porque lo estamos tirando por el suelo", afirma.
¿Son ahora las televisiones públicas el mejor lugar para hacer periodismo ya que las privadas tienen demasiados intereses?
No. La honestidad no te la da el capital. Se puede hacer gran periodismo en las teles privadas y también en la tele pública. Y se puede hacer televisión de mierda en las privadas y en la pública, que se ha hecho. No es cuestión de capital, sino de personal. Me da la sensación de que ahora hay cierta gente en cierto sitio, pero sí que veo que hay sitios donde se hacen cosas que no quiero hacer. Esto sí me apetece, es un reto y puede ser bueno.
¿Cómo se torean las presiones? ¿Cómo lo hacías cuando estabas en la privada y cómo lo harás ahora? Y no hablo sólo de presiones políticas sino también por parte de medios y redes...
Hay escuchar y es bueno escuchar, pero es un signo de inteligencia saber a quién no hay que escuchar. No todas las presiones valen igual, no todas las opiniones valen igual. Hay gente a la que no escucho porque sé lo que van a decir antes de que lo digan. Por lo tanto hay presiones que ya van descontadas. Sé que hay gente que antes de que hayamos salido en antena ya tiene su veredicto sobre mí, con lo cual me resbala. Las otras presiones, las políticas, son consustanciales al periodismo. Y no pasa nada porque lo importante no es lo que te dicen sino lo que tú hagas. Mi trayectoria de despidos avala que a mí no me gusta arrugarme y que no me arrugo. Pretendo hacer esto, un periodismo honesto, valiente. El día que lleve mal las presiones, yo soy de la filosofía que dice que 'la libertad de expresión no se inaugura cuando te nombran y la censura no empieza cuando te largan'. Así que, de la manera que he llegado, me iré y no pasará nada.
Yo soy de la filosofía que dice que 'la libertad de expresión no se inaugura cuando te nombran y la censura no empieza cuando te largan'
En 'Las Claves del Siglo XXI' sólo tendréis a directores de periódicos. En muchas tertulias de televisión se sientan a determinados medios porque interesa que no hablen mal de uno mismo. Aquí entiendo que no te moverás por esa cuota...
Te digo lo que yo entiendo de ciertas tertulias. Hay gente que tiene un bufé ahí: se coge un poco de Público, un poco de InfoLibre, dos gramos de Voz Pópuli, un trozo de tal... Y con eso se compone. Eso es el periodismo de bufé. Hay otros que se llevan al tontito de tal y a los tres dinosaurios que se lo van a comer. Y esas son las tertulias del desequilibrio. Este no es ese formato. No vamos a tener ningún favor de nadie. Queremos traer a todas las cabeceras, pero tardarán en volver semanas. No hay afán en que nos cuiden. No buscamos cuotas ni comprar la opinión de nadie. Las hostias están garantizadas.
Cuando te ha tocado ser tertuliano y debatir con esa gente que ponen para aumentar una décima de share, ¿cómo has hecho? Porque al participar le estás convalidando de alguna manera al poner tu opinión a su altura...
Te reconozco mis ejercicios de frustración. Hay gente con la que he pedido no sentarme porque no estoy cómodo, porque no hacemos lo mismo. A mí no me preocupan los contertulios ni las tertulias, sino las tertulias de cemento y los tertulianos con cara de cemento. Me preocupan las tertulias en las que ya sabes el resultado antes de que empiece el partido. Y luego me preocupan los tertulianos que nunca admiten un gol. No es general el problema, pero hay muchos problemas particulares.
A mí no me preocupan los contertulios ni las tertulias, sino las tertulias de cemento y los tertulianos con cara de cemento.
¿Cuál crees que es la salud actual de los medios de comunciación españoles?
Tenemos un problema de credibilidad, pero esto no es un meteorito que viene contra la Tierra y va a acabar con los medios de comunicación. Los medios son lo que hagamos de ellos. Si uno, dos, o veinte periodistas nos levantamos contra esto de que todos somos iguales, probablemente no todos seamos iguales. Hay quién se dedica a publicar noticias pagadas por un partido o por un empresario y quiénes decimos que hoy hay que dar un aplauso y mañana una mano de bofetada. Si ejercemos, probablemente ese problema de credibilidad lo curamos. Yo soy un optimista. Tenemos un problema grave, hacemos muchos méritos porque desconfíen de nosotros, pero creo que tenemos solución y esa es currar con honestidad sabiendo que te pueden romper la cara.