Benidorm

Reina de España, chica de moda, kween host. Inés Hernand ha llegado para quedarse. La joven humorista ha entrado por la puerta grande en el mundo eurofán, pero sobre todo en la televisión generalista, metiéndose en el bolsillo a la audiencia gracias a su espontaneidad y gracejo durante las dos semifinales del Benidorm Fest.

Un perfil necesario en la televisión pública que da voz a las nuevas generaciones y que señala el camino a La 1 de TVE para renovarse y atrapar al público más joven apostando por estas nuevas voces talentosas y transgresoras, que hasta ahora parece que sólo tienen cabida en lo digital.

Presentadora del programa Gen Playz en Playz, la plataforma digital de RTVE, Hernand se ha ganado estar donde está. Licenciada en derecho, esta madrileña de casi 30 años ha pasado por más de 20 empleos hasta convertirse en una de las cómicas más aplaudidas en nuestro país.

¿Cómo se produjo esa llamada para presentar el Benidorm Fest?

Estaba en un taxi de camino a locutar una cosa para Movistar y me llamó la directora de Entretenimiento de RTVE, Ana María Bordas, y según me lo dijo, dije sí pero dejé de escuchar. Empecé a perder el conocimiento, solté como un retahila corporativa de agradecimientos y colgué y me dije: '¿qué me ha dicho'. Esto me suele pasar con las cosas importantes. Tuve que buscar en internet 'Eurovisión enero' y ya saltó lo del Benidorm Fest. Descubrí a través de internet lo que me habían propuesto. Y ahí dije que esto iba a ser una cosa muy fuerte porque el bloque de fandom que hay de eurofanes es muy heavy, de los más de Europa. Lo vi como una oportunidad o mi tumba. 

En la rueda de prensa además fuiste muy agradecida dando las gracias a gente que está en un segundo plano y que no acapara tanto el foco...

Irene Mahía (periodista de Playz) es lo mejor. Y Eva Mora (jefa de delegación de Eurovisión), también. María Eizaguirre (directora de Comunicación de RTVE) está poniendo la cara, pero ellas dos están también detrás de todo esto. Es importante que se le dé el reconocimiento y en las dos galas también he reconocido el trabajo de la productoras y todos los trabajadores. 

¡Un prime time en la cadena pública! Una gran oportunidad, pero también algo a lo que enfrentarse con mucho respeto, ¿no crees?

100% respeto. Me dije: 'Inés, si tú te has visto todas las temporadas de RuPaul, si tú no te has tatuado Arantxa Castilla La Mancha en un costado de milagro y, aunque no seas parte del colectivo pero eres simpatizante y activista, y has crecido con ellos, tienes un código que vas a estar cómoda. No es un territorio hostil. 

¿Cómo vives que toda la atención se centre en ti durante estos días?

Estoy abrumada porque llevo tres baterías del móvil al día. Pero, sobre todo, porque estoy siendo yo. Estoy intentando trasladar verdad, decir verdad y estar en un código en el que esté cómoda. Y si me equivoco, tenemos derecho a equivocarnos. No pasa nada, esto es un directo. No estoy dejando de ser yo. Me desborda porque te da subidón que la peña te reconozca. 

¿Eres de las que se buscan en Google?

No, no. Me muero. Yo sólo las notificaciones y menciones expresas. Dentro de todo esto también existe mucho hate. 

¿Y cómo llevas esas críticas?

Yo vengo también de hacer contenido sociopolítico y eso es otro campo de batalla. Ahí en un fin de semana te amenazan de muerte. Que aquí me digan 'cállate sapa', me da lo mismo. Es mucho más agradable dentro del entretenimiento dedicarse a algo amable, que a algo que te van a apedrear. A nivel personal me gustan las dos cosas e, incluso si aquí puedo meter alguna cuñita, pues se está haciendo. 

Lo que se ha visto en el Benidorm Fest me parece España, una nueva España interseccional. 

De hecho, en una de las semifinales celebrabas que en el Benidorm Fest hubiera diversidad, inclusión, fomento de nuestras lenguas... 

Sí, una nueva España interseccional. Lo que se ha visto en el Benidorm Fest me parece España. Tienes a un cantautor, una vibra latina, un grupo de tías con una lengua tan poco representada antes nunca... Y encima están haciendo todos una inversión que es brutal. Y todo por el entretenimiento. 

El jueves arrasaste con tu tributo a Thierry Mugler. ¿Qué nos espera este sábado?

Tenemos varios cambios. No es que vayamos improvisando, es que esto de pronto se ha generado una expectación en la que literalmente me siento como Cristina Pedroche en las Campanadas 2021 poniéndome una prótesis en la cabeza y diciendo que soy una luciérnaga. Ya no sé qué hacer. Lo más sensato creo que será decir eso. Los armarios tienen sus limitaciones, si hay un Benidorm 2023 y estoy ahí, prometeré cosas. Tenemos toda la cama llenas de extensiones, pelucas... Está siendo todo muy loco. Estoy muy contenta de haber entrado en la espiral eurovisiva perfectamente, como en un tobogán. 

Con tu presencia en el prime time de La 1, ¿crees que se abre una puerta a que entren nuevos rostros en la televisión generalista?

Espero que sí. No solamente por mí, sino por todas mis compañeras. Espero que se abra la oportunidad de que haya personas talentosísimas que están como más relegadas al mundo digital, como si eso fuera la purria, que no lo es, y se integren dentro de un foco distinto. Muchas veces no se entiende que otras generaciones no quieran escuchar a la gente joven. ¿Por qué no queréis escuchar cuando hay tanto valor que dar? Una sociedad transversal e interdependiente es lo que te va a dar la clave del éxito a medio plazo. Si solamente hacemos medidas para un rango senior, la peña joven se va a descolgar. Y al final en vez de ir de la mano, se confrontarán. 

¿Ha sido difícil llegar hasta aquí? Leo que has tenido más de veinte empleos... 

No creo en el sistema de la meritocracia. No todos partimos de la misma base. Y evidentemente un Ibai Llano vas a tener uno de cada diez mil. Lo mío ha sido progresivo. Yo llevo haciendo contenido para redes desde hace cuatro o cinco años. Ha habido una progresión. 

¿Has acabado con ese hambre en el que se habla en tu biografía? ¿O sigues teniéndola?

Siempre. Tengo que decir que tengo hambre en un sentido literal y figurado. Estoy comiendo genial. Es un periodo muy dulce. Estoy muy investigadora, no de alternativas sino de estímulos a nivel comunicación. A lo mejor estoy un poco empachada porque estoy haciendo muchas cosas a la vez para ver qué registros me gustan más. Pero todo lo que estoy haciendo me encanta porque es hablar. Y a mí lo que me mola es rajar.

No puedes poner a una tía con peña que no tiene nada que ver, e intentando hacer un espacio de sororidad, porque eso no es síntoma de que salga bien.

¿Crees que España está preparada para un late night presentado por una mujer?

Claro que lo está. Lo que necesitamos es que las grandes productoras y las cadenas les apetezca darles un espacio y que también remen a favor y escuchen un poco las sugerencias. Ya se ha visto en anteriores propuestas que no puedes poner a una tía con peña que no tiene nada que ver, e intentando hacer un espacio de sororidad, porque eso no es síntoma de que salga bien. Yo soy colega de Victoria Martin, de Carolina Iglesias, de Henar Álvarez, de Lalachus, de Andrea Compton y con ellas puedo hacer un tranchete. Pero si me pones con personas que no conozco, que no conecto, que no he intimado, que generacionalmetne no hay química, pues la peña no lo consume porque no hay verdad. La gente que enciende la tele quiere ver cosas con las que se sienta identificada. Si es algo impostado, estás perdido. 

Ahí tenemos el ejemplo de Estirando el chicle agotando entradas en el WiZink Center de Madrid... 

Callando boquitas. Y en cuatro horas. Estamos viiendo en un momento en el que la gente quiere dar formatos, pero no que se den por modas. Que pongas en el Benidorm Fest a una figura como la mía es de puta madre. Y que siga así. 

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