Este martes First Dates recibía como comensal a David, un chico con la perilla teñida de azul y rojo que tenía una forma de hablar muy particular. “Es una patología poco frecuente en los hombres, se llama puberfonía o falsete mutacional y a mí me tocó la lotería, porque es uno de cada 300.000 hombres, me podía haber tocado la bonoloto”, explicaba con buen humor el comensal.
Carlos Sobera le preguntaba si su voz le afectaba a la hora de conocer gente y él decía que “encuentra uno sus recursos para estar con personas y no tener problemas de sociabilidad”. Aunque no se considera bisexual, David reconocía que si se enamora puede estar con un chico o una chica.
El presentador entonces le acercaba una tablet y le enseñaba un vídeo, en el que se veía a dos hombres entrando al programa de cita: Jesús y Abilio, cada uno con un aspecto diferente. “Soy yo, estaba esperando este momento”, comentaba el comensal. Así, descubríamos que esas dos personas y una tercera llamada Pedro eran el mismo comensal de esa noche, adoptando varias personalidades y estilos de vestir. El participante había engañado a la organización, que pensaba que de verdad eran diferentes personas intentando buscar el amor delante de las cámaras.
“Has venido aquí cuatro veces, y el problema no es que nos engañes a nosotros, el problema es que la gente que viene a citarse contigo viene a buscar el amor de verdad. Los has engañado a todos”, le recriminaba entonces Carlos Sobera, visiblemente enfadado y sin entender qué sucedía. “Lo único que has hecho es echarnos mierda encima con tu actitud. No tienes ninguna credibilidad”.
El comensal no sabía reconocer por qué lo hacía, y de sus cuatro nombres aseguraba ser de verdad Jesús, aunque ya con otra voz diferente a la que usó al principio. “Has jugado con el prestigio del programa y lo más importante, has jugado con el trabajo de toda la gente de aquí”, le decía Sobera, antes de invitarle a irse del programa.
Para este comensal ir a First Dates era una forma de probarse a sí mismo y jugar. “Soy un artista, lo he hecho para mí. No lo he compartido con nadie, aunque entiendo que os moleste y os pido disculpas”, expresaba antes de abandonar el famoso restaurante.