Cuatro meses después de su estreno en exclusiva en ATRESplayer PREMIUM, Toy Boy regresa este viernes 11 de febrero con su segunda temporada a Netflix a nivel mundial con el gran reto de alcanzar el mismo éxito que con su primera temporada a principios de marzo de 2020.
Lo hace sin apenas promoción y publicidad por parte de la empresa norteamericana, que parece que ha dejado sus posibilidades de triunfo en manos del boca a oreja, como sucedió en su primera temporada, y del propio impulso de aparecer en las novedades de la plataforma.
Pero, ¿a qué se debe la actitud de Netflix con una de sus series españolas que más han triunfado en la plataforma fuera y dentro de nuestras fronteras? La explicación la encontramos en su concepción. Y es que Toy Boy 2 no es un original de Netflix, sino de ATRESplayer PREMIUM.
Como ya publicamos en su día, tras el éxito mundial de su primera temporada, Atresmedia llegó a un acuerdo con Netflix en julio de 2010 para producir una segunda entrega de la serie que emitiría en exclusiva en su plataforma ATRESplayer PREMIUM, para después dar su salto internacional a través de la empresa de Reed Hastings. De esta forma, ambas empresas salían ganando al compartir gastos y poder aumentar sus respectivos catálogos.
Sin embargo, a la hora de la promoción, al igual que sucede con aquellas series que no son originales aunque las haga aparecer como tal, la plataforma decidió bajarse del carro y que toda su publicidad cayera de manos de Atresmedia, que se volcó con su promoción a finales de septiembre.
De esta manera, durante los últimos días sólo hemos encontrado alguna publicación por parte de Netflix en Twitter, anunciando su fecha de estreno, y de algunos de sus actores, como Jesús Mosquera. También de la productora Plano a Plano en Instagram, que ha subido distintos vídeos de sus protagonistas.
Lo más sorprendente de todo es que, tras sólo ocho episodios, la segunda temporada de Toy Boy tiene un final muy abierto, con la muerte de un personaje protagonista sin aclarar, sin saber muy bien qué ocurre con otros dos, o con Maxi Iglesias empezando a cobrar un gran protagonismo de cara a una hipotética tercera temporada.
De momento, la plataforma no se ha pronunciando sobre esta continuación, pero ya en la presentación sus responsables dejaron la puerta abierta a esa renovación. Sea como fuera, el equipo de guionistas ya trabaja en esos capítulos que sí serían los finales.
En este sentido resultaría llamativo que Netflix no renovara una ficción tras haber realizado una gran inversión en su continuación, haber dejado un final abierto y, sobre todo, cuando su estrategia es la de la percepción del éxito.
Como ya analizamos, la plataforma suele cancelar sus series tras tres temporadas ya que, por término medio, no generan significativas nuevas suscripciones. Para Netflix, tener entre unos 24 y 30 episodios de una serie se considera suficiente para satisfacer a los espectadores.
De ahí que, a la hora de realizar renovaciones, un momento clave para la plataforma es a partir de la segunda temporada: si la ficción en cuestión no ha tenido el impacto requerido y Netflix no ve un potencial de crecimiento significativo más allá de la tercera temporada, se decide darle un final.
En este caso, la plataforma prefiere apostar por una nueva ficción para así ayudar a la percepción de que está sumando nuevas series constantemente.
De qué va la segunda temporada
Hugo Beltrán ha conseguido demostrar su inocencia por el asesinato de Philip Norman, pero los enemigos que se ha ganado en el proceso han querido cobrarse su deuda. Una bomba en el Inferno ha destrozado los sueños de los Toy Boys y dejado a Triana al borde de la muerte. Y Hugo no puede permitir que el responsable salga impune.
Pero ¿quién ha podido ser? Aunque las heridas entre los Rojas y los Medina siguen abiertas, parece que por el momento han enterrado el hacha de guerra. Macarena ha desaparecido de la ciudad para desintoxicarse en una clínica de su adicción al sexo, el comisario Zapata se ha jubilado y Benigna está demasiado ocupada intentando mantener el control de Medina-Rojas.
Todo apunta a que el asesino de Triana está en el One Per Cent, el nuevo club de Striptease de lujo de Marbella. Así que los Toy Boys comienzan a bailar allí, dispuestos a descubrir la verdad. Pero El Turco y Rania, los hermanos italianos que lo regentan, no están dispuestos a dejar que nadie destape los secretos de su local. Al fin y al cabo, es imposible construir un imperio en la Costa del Sol sin mancharse las manos de sangre.