"Hacemos la televisión que todos ven, de la que todo el mundo habla. Donde suceden las cosas. En directo. Siempre diferentes, siempre auténticos. Con nuestra gente, incentivando nuestra creatividad, innovando, desarrollando y produciendo aquí en nuestra casa, que es tu casa. Mediaset España, donde pasa lo que pasa", decía una promo lanzada en los canales del grupo presidido por Paolo Vasile a primeros de septiembre.
Con ella se intentaba reprochar a su rival Atresmedia que durante los últimos meses hubiese empezado a apostar por ficción turca en algunos de los prime time de Antena 3 con series como Mujer, Mi hija, Inocentes o Infiel, y en sus tardes con Tierra Amarga.
"Una ridícula pataleta que se cae por su propio peso", titulamos entonces desde estas páginas en las que recordamos que, por ejemplo, el grupo de comunicación había apostado cuatro días a la semana por Love is in the air o que dio la espalda a los cines españoles durante la pandemia al no estrenar ninguna cinta.
También criticamos, sin por supuesto defender ciertas actitudes recogidas en las series turcas, el injusto clasismo con el que se juzgaba a este tipo de ficción y que no se aplicaba a otras producciones extranjeras, ya fueran estadounidenses, europeas o... latinoamericanas.
Y qué mejor ejemplo que el regreso de Pasión de Gavilanes. Y es que, en su enésima incoherencia, Mediaset España se ha olvidado de esa defensa a ultranza por la producción patria para apostar todas sus cartas a una producción colombo-estadounidense.
De hecho, no se recuerda una promoción igual de una ficción, con todos sus programas volcados en publicitar la llegada de la telenovela este miércoles a partir de las 22:00 horas: presentadores y colaboradores disfrazados y realizando el popular baile, promos a todas horas...
Una estrategia muy lógica teniendo en cuenta que el liderazgo de Telecinco durante los próximos meses depende del éxito o fracaso de Pasión de Gavilanes 2. De hecho, a día de hoy, la principal cadena de Mediaset España está a cuatro décimas de Antena 3 a pesar de haber emitido la Copa del Rey.
¿Es por ello ahora Mediaset menos auténtica, menos diferente, menos creativa? Ni mucho menos. De hecho, con la emisión de Pasión de Gavilanes está enriqueciendo una parrilla saturada de realities y está poniendo en valor a la ficción. Ahora sólo le falta aceptar que no hay que estar siempre atacando al rival porque, en esta televisión tan cambiante, si escupes para arriba te puede terminar cayendo encima.