Estupefactos. Así se quedaron los colaboradores de Sálvame diario el pasado 25 de febrero ante la desproporcionada reacción de una de sus invitadas. Magdalena Clavero, tía de Isabel Pantoja y por consiguiente también de su hermano Bernardo, acudió al programa para hablar del estado de salud del padre de Anabel Pantoja -que se encuentra hospitalizado- y manifestar su disconformidad con la colaboradora por no permitirle dejarla entrar a ver a su sobrino.
Además, la sevillana se sometió a tres preguntas del polígrafo para esclarecer si es, o no, oportunista en lo que respecta a su relación personal y familiar con Bernardo. Una suposición que ella misma niega tajantemente y que, sin embargo, la máquina de Conchita no.
Durante toda la tarde se dijo que existían unas fotografías que habían sido tomadas a Bernardo Pantoja en el hospital donde permanece, y que estas habían intentado venderse. Varios fueron los colaboradores que apuntaron a que Magdalena y su entorno más cercano habían sido los ejecutores de dichas instantáneas, que se hicieron con el fin de lucrarse económicamente con su venta. Ante tales acusaciones, la tía de Isabel Pantoja no dudó en someterse a la prueba de fuego y poner a merced de los cables de Conchita. Una prueba que, parece, no le salió tal y como ella esperaba.
Ante la pregunta de "¿Habéis hecho tú, o tu marido, la foto que se ha filtrado de Bernardo Pantoja en el interior del hospital?", la invitada respondió con un contundente "No". Negativa que el polígrafo determinó que era falsa. Las reacciones de Magdalena no tardaron en llegar, y es que la tía de la tonadillera rompió en llanto y gritos tratándose de defender.
"No, por favor. Lo juro por mis hijos de mi alma, que yo me caiga al suelo redonda, que yo no he hecho fotos. No, no, no, Conchita vuélveme a hacer la pregunta por Dios", exclamaba Magdalena en medio de lo que parecía ser un ataque de ansiedad. Mientras tanto, Conchita Pérez, la poligrafista, mantenía su gesto serio contemplando la escena. Una situación complicada que se iba caldeando por segundos. "Hemos realizado la pregunta hasta seis veces", decía la zaragozana a micro abierto. Palabras con las que dejaba claro que su trabajo había sido realizado con pulcritud.
"A Conchita la dejamos al margen, ella ha hecho su trabajo", decía Carlota Corredera a la invitada, que estaba fuera de sí. La mujer trataba de explicarse y justificar su coartada ante esta acusación, instantes cargados de tensión en los que Carmen Borrego y Kiko Matamoros trataban de tranquilizarla.
"No hay fotografías de un día, si no de dos", reafirmaba Carlota Corredera, que no parecía confiar mucho en la palabra de la tía de Bernardo Pantoja. "Que no, que no. ¡Lo juro! Que se mueran mis hijos, mis nietos..." esbozaba con aspavientos Magdalena ante la sorpresa de los allí presentes. Una situación del todo insostenible que terminó con la salida de la mujer del plató antes de desvelar las otras dos respuestas de su polígrafo. Una tarde para el recuerdo que, tal y cómo reconoció a posteriori la presentadora, había sido la reacción más desmedida de todos los años que el polígrafo se utiliza en el programa.