Alejandro Roemmers, exsocio de José Luis Moreno, ha declarado este miércoles ante el juez de la Audiencia Nacional como testigo del 'caso Titella'. El empresario argentino ha ratificado que el productor de televisión le estafó, según su declaración, 35 millones de euros por Glow & Darkness, una serie "muy mediocre" sobre la vida de San Francisco de Asís que pretendía contar con Leonardo DiCaprio entre su reparto.
Roemmers ha afirmado ante el titular del Juzgado Central de Instrucción Número 2, Ismael Moreno, que se siente engañado por el ventrílocuo, tal y como desvela Europa Press. La supuesta estafa se remonta a 2016, cuando el magnate argentino triunfó con el musical Franciscus, el cual trajo a España dos años después de la mano de Moreno. Para llevar a cabo esa tarea, ambos empresarios fundaron una empresa conjunta, Dreamlight International Productions, que Roemmers asegura que estaba "financiada íntegramente" por él a través de otra sociedad suya, Franciscus Productions.
La presunta víctima de la estafa de Moreno ha desmentido lo que el productor declaró ante el juez hace dos semanas y ha dejado claro que la serie no estaba hecha, que los capítulos eran defectuosos y que el guion de Glow & Darkness no se ajustaba a su visión de lo que sería una producción centrada en la figura de un santo al no tener la suficiente profundidad espiritual.
El empresario argentino llegó incluso a corregir parte de la historia ideada por Moreno después de enterarse de que el productor no creía en Dios. Según habría apuntado ante el juez, él mismo se encargó de "modificar la parte espiritual de la serie" porque, a su juicio, no tenía un gran nivel.
También ha aportado detalles sobre sus funciones al frente de la producción y sobre el contrato que ambos suscribieron. Roemmers, según ha defendido, no solo era el socio capitalista que financiaba la serie: también se encargaba de la dirección, producción e incluso de los escenarios.
En esa labor, habría viajado incluso a Malta para examinar los estudios encargados de los efectos especiales. El propio Moreno aseguró en su declaración como investigado ante el magistrado que la serie sobre Francisco de Asís podía competir a nivel visual con El último samurai.
Plataformas interesadas
Roemmers ha confirmado que viajó a Marruecos, una de las localizaciones elegidas para el rodaje, donde se cercioró de los avances de la producción. Eso sí, en contra de lo que manifestó Moreno, nunca habría señalado que los 35 millones aportados a la sociedad Dreamlight podían no ser suficiente para hacer frente a una producción tan ambiciosa.
Sin embargo, en su viaje al norte de África Roemmers sí que constató que había un gran despliegue y le agradó encontrarse con el director de fotografía José Luis Alcaine, con quien habría coincidido en destacar las bondades de algunas de las escenas que se filmaron.
El productor ha explicado que si suscribió un contrato con Moreno para llevar a cabo este proyecto fue porque pensó que la serie se vendería a Amazon a razón de cinco millones de euros por capítulo. Y todo ello, porque Moreno ya había vendido a la compañía estadounidense otra producción: 'Reinas'.
En un momento dado Movistar también intentó hacerse con la serie, pero la cantidad ofertada (3 millones y un plus basado en el éxito de la misma) se alejaría de lo planteado inicialmente. Roemmers ha apuntado que si finalmente una de las dos empresas hubiese aportado esas cantidades no se habría sentido engañado.
Cartel de Hollywood
En un inicio, y antes de visionar algún capítulo, Roemmers estaba convencido de que Glow & Darkness contaría con un gran plantel de protagonistas. En el casting se habrían planteado incluso contar con alguna cara conocida de Hollywood como Leonardo DiCaprio. Finalmente, la serie contó con Denise Richards, Jane Seymour y Joan Collins en su reparto.
Sin embargo, ha sostenido que desconoce los costes de personal y que, aunque trató de estar al tanto de más detalles logísticos, nunca consiguió que le dieran acceso a los mismos, a pesar de que envió a su ahijada -que había estudiado cine- para que les facilitasen parte del material. Sin embargo, el posterior visionado de parte de los tres primeros episodios le sirvió para cerciorarse de que la serie era "muy mediocre".
El rodaje de la serie también tuvo momentos de zozobra, según el empresario argentino. El futuro de la misma llegó a peligrar cuando Moreno amenazó con retirarse y dejarla a medias alegando que tenía otras producciones.
En ese punto Moreno habría ofrecido a Roemmers regalarle la serie, pero el argentino tenía especial interés en que terminase la producción, por lo que decidió aportar dos millones más y fijar un salario para Moreno por concluir al menos la primera temporada.
A preguntas de la defensa del propio Moreno, Roemmers ha explicado que designó a tres personas para que verificaran los gastos efectuados por Dreamlight. Uno de ellos, el exjugador de rugby argentino Agustín Pichot, le advirtió de que había observado irregularidades.
En concreto, Pichot le reveló que Moreno "estaba regalando el dinero" y que la serie pecaba de "una falta de control y disciplina absoluta". Sin embargo, Luis María Ansón, la persona que se encargó de presentar a Moreno y Roemmers, le dijo al empresario argentino que el ventrílocuo era una persona respetable.
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