Cuando en el mes de enero arrancó la actual edición de Secret Story: La casa de los secretos, Telecinco tenía la esperanza de revivir el espíritu (y el éxito) de Gran Hermano en su versión más pura: la protagonizada por concursantes anónimos. Inicialmente, el reality ofrecía un casting muy potente, pero la audiencia no ha acompañado especialmente, y Mediaset ha tenido que tirar de todo tipo de armas no ya para captar nuevos espectadores, sino para mantener los que ya estaban. Que tampoco han sido muy numerosos en ningún momento, hasta el punto de que ni han olido la barrera de los dos millones de espectadores.
En ese sentido, se ha tirado (y se ha abusado) de invitados famosos. Celebridades que han entrado en La casa de los secretos durante varios días para convivir con los concursantes y ver si así se agitaba un poco el avispero. Y de paso, se captaba la atención de los medios, que quizá no se interesarían mucho por la pelea entre dos concursantes, pero sí de la llegada de este o de aquel famoso a Guadalix de la Sierra.
El primero de ellos iba a ser Kiko Rivera, pero tras dar una exclusiva en la que cargaba contra su hermana, la cadena decidió cancelar su participación. Su lugar lo acabó ocupando Nagore Robles, quien dio una valiosa lección a todos los presentes: concursar en un formato así puede suponer un gran peaje emocional para el que ninguno está preparado. Y explicó que, en la actualidad, no se habla con ninguno de los que fueron sus compañeros en Gran Hermano, a pesar de que durante un tiempo compartió piso con dos de ellos, Tatiana y Arturo.
Luego vendría Isa Pantoja, que se tomó su entrada en la casa casi como una venganza contra Kiko Rivera. Y más tarde, Carmen Lomana, quien fue de graciosa con ciertos comentarios del peso de Álvaro que no sentaron bien ni al joven ni a la audiencia. La pasada semana entró Belén Esteban intentando rememorar su victoria en Gran Hermano VIP, para lo cual desempolvó su famoso pijama de color morado con estampado de leopardo.
Y a falta de saber cuándo terminará la edición, la productora se llevó a vivir ya hasta el final de la competición a los famosos Víctor Sandoval, Tom Brusse y Miriam Saavedra; el nombre de la última se habían guardado como una sorpresa, para despertar la curiosidad de los espectadores.
Al igual que Belén, la princesa inca fue ganadora de GH VIP, y resulta llamativo cómo a pesar de que Secret Story pretende desvincularse por completo de la marca Gran Hermano se recurre a ella una y otra vez. “Estoy muy contenta, esta es mi casa”, dijo Miriam Saavedra, dejando claro que desde su percepción La casa de los secretos es el mismo programa en el que ella convivió con Isa Pantoja, Aurah Ruiz o Darek.
Con todas estas celebridades invitadas, en la edición de Secret Story de anónimos al final nos hemos encontrado un ramillete de famoso muy amplio, que solo viene a demostrar que el formado no ha funcionado tal y como se habría esperado y necesitan un impulso externo.
Porque una cosa es hacer una pequeña visita (como la que hizo Belén Esteban a GH 16, cuando escondió el tupper de croquetas) y otra tener que convivir con los chicos tres días, como hicieron Lomana, Nagore o la propia Belén. Ahora se ha ido un paso más allá, y Víctor, Miriam y Tom se quedarán hasta que se cierre la casa, y eso ya le roba todo el foco a los anónimos, porque sabemos que cada uno de ellos sabe cómo conseguir que los focos vayan a su persona. Tom es un experto en realities, Víctor logró ganar Sálvame Okupa y Miriam logró ganar su edición de GH VIP.
A ver cómo resuelven la papeleta los concursantes que quedan aún en la competición, pues ahora tienen un resto más grande que el de mantener ocultos sus secretos, y ese es el conseguir brillar por encima de los famosos. Y eso no es tarea fácil.
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