Sálvame está pasando por el taller de chapa y pintura. El programa de Telecinco, que ha sido su mejor baza durante años, sufre un importante desgaste de audiencias, y para que el barco no se hunda, se están llevando a cabo todo tipo de cambios. Tal como adelantó BLUPER en exclusiva, sus directores David Valldeperas y Alberto Díaz causarán baja. En el caso de David, se reinventará como colaborador, y en el de Alberto, como director del Deluxe.
Luego se sumó una nueva sección, en la línea de El Diario de Patricia, que estará capitaneada por Belén Esteban, en el tramo final del programa. Y más tarde descubrimos que Carlota Corredera, antaño directora y desde 2014 presentadora del formato, se irá esta misma semana para emprender nuevos formatos.
Como ha sucedido en otros programas de éxito que luego perdieron fuelle, Telecinco está intentando reinventar lo que ya existe para que el espectador vuelva a conectar con Jorge Javier Vázquez, Lydia Lozano, María Patiño y compañía. El público que en el pasado le era fiel, ahora prefiere otros contenidos, como la serie turca Tierra Amarga, de Antena 3, que cada día saca una buena ventaja a Sálvame; algo que nos lo dicen hace un par de años y no nos lo hubiésemos creído.
Resulta llamativo que Sálvame se intente convertir en un magacín casi de la antigua escuela; eso de incluir un talk show recuerda a Sabor a ti y a A tu lado, donde Ana Rosa Quintana y Emma García, respectivamente, hablaban con personas anónimas de lo divino y de lo humano, con temas que iban cambiando en cada jornada.
Telecinco tuvo una mina de oro, pero ha excavado demasiado en ella y durante mucho tiempo. Y ahora llegan los síntomas de agotamiento, no se puede sacar de donde ya casi no hay. Sálvame comenzó sus andanzas en el año 2009 como un espacio desenfadado y gamberro en el que se hablaba de corazón y de programas de la cadena como Operación Triunfo y Supervivientes; de hecho, su versión diaria fue una adaptación de Sálvame Golfo, un late night que giraba alrededor exclusivamente del reality ambientado en una isla de Honduras. En su primera emisión diaria, el lunes 27 de abril de 2009, Sálvame duraba escasos 60 minutos, y era la antesala del concurso Guerra de sesos de Jesús Vázquez y de la serie Yo soy Bea, que fue en su momento un auténtico éxito en audiencias.
Poco a poco el programa fue ampliando su duración; en otoño de ese mismo año 2009 ya terminaba a las 19 horas. Luego se alargó hasta las ocho de la tarde, y cuando Telecinco tuvo que dejar de emitir Pasapalabra por orden judicial, Sálvame se estiró hasta las nueve. Cinco horas de programa diario en los que había peleas, disfraces, entrevistas, reportajes, incluso pequeños talent shows en los que se ponía a Lydia Lozano o a María Jesús Ruiz a cantar. Sálvame se convirtió en toda una marca para Mediaset, como para tener una versión nocturna, Sálvame Deluxe (luego Sábado Deluxe, y luego también Viernes y Domingo Deluxe). Y no nos olvidemos de aquel invento llamado Las bodas de Sálvame, con Kiko Hernández.
En definitiva, se llenó la programación con un único formato, que resultaba barato de llevar a cabo, pero que ha terminado por agotar al respetable. En el año 2016 este portal de televisión hizo un análisis de cuántas horas se emitía Sálvame y derivados, y sumaban 31. Muchos minutos de directo casi siempre con los mismos personajes, las mismas tramas, de antiguos colaboradores, de famosos de todo tipo, incluso se han sacado trapos sucios de muertos. Hay gente a la que nunca se ha dejado descansar en paz como Encarna Sánchez, que cada año se volvía a convertir en protagonista del programa por las cosas que hizo en vida dos décadas atrás.
La dirección también ha jugado con fuego con sus ‘bombas’. Tal como ya hemos expuesto en estas mismas páginas en muchas ocasiones, Sálvame aseguraba tener grandes exclusivas que luego no lo eran tanto. O prometían informaciones que, finalmente, ni llegaban a ofrecer.
No creo que el final de Sálvame esté a la vuelta de la esquina, tal como muchos atinan a vaticinar. Pero esta nueva fórmula sin Carlota Corredera, con nuevo director y con Belén haciendo su Diario de la Esteban no termina de ilusionarme. Además, la experiencia nos dice que si algo se cambia de forma demasiado radical el público le puede dar de lado; la gente que ve Sálvame reclama eso, Sálvame, y no un talk show.
Quizá la clave para mantener el programa sería meter la tijera y recortar un poco su duración, y que no tengan que estirar sus contenidos durante cuatro horas. Es posible recuperar su esencia inicial, emitiendo tan solo una hora de programa; como dice aquel viejo refrán (y que también cantaba Fangoria), lo poquito agrada y lo mucho solo enfada. El programa todavía se puede salvar, simplemente hay que impedir que se convierta en un náufrago.
[Más información: Carlota Corredera abandona 'Sálvame' después de 13 años para emprender un nuevo proyecto]