‘Pasión de Gavilanes’, el jarrón chino de Telecinco: muy bonito, pero no sabe dónde ponerlo

Un miércoles más Telecinco emitirá Pasión de Gavilanes, la segunda etapa de la mítica serie protagonizada por Mario Cimarro, Danna García y Juan Alfonso Baptista entre otros. La cadena ofrecerá un maratón de hasta cuatro capítulos, que se podrán disfrutar desde las 22:00 hasta las 01:30 de la madrugada, según la programación adelantada a través de su página web. Un capítulo menos de los que se pudieron ver la semana anterior, pues Telecinco va jugando con el número de entregas que emite según se le antoja.

En cualquier caso, se trata de una estrategia extraña y difusa, esa de dar muchos capítulos capítulos de una sola estacada, y que varían según la semana. Con estos cambios maratonianos solo proyecta la sensación de que para Telecinco esta serie es como un jarrón chino. Algo muy bonito y exótico, que puede causar cierta ilusión cuando lo compras, pero que llegada la hora de la verdad no hay un solo rincón de tu casa en el que pueda quedar resultón.

Recordemos que originalmente Pasión de Gavilanes se emitió hace ya más de una década en las tardes de Antena 3, pero que esta cadena no quiso pujar por los derechos de su segunda temporada, pues tenían un alto importe. Telecinco aprovechó entonces la ocasión para llevarse la tele a su saca y empezó a promocionarla por la puerta grande. Los platós de Viva la vida y Sálvame se convirtieron en pajares, los colaboradores llevaban gorro de vaquero, las cortinillas sobre su estreno fueron una constante.

'Pasión de Gavilanes'.

Resultaba muy llamativo que Telecinco tirase la casa por la ventana para anunciar la llegada de los Gavilanes, cuando en su catálogo ha tenido series muy buenas como Señoras del (h)AMPA que nos vendieron sin pena ni gloria, sobre todo, con su segunda temporada. ¿Tenía que llegar un producto de fuera para recibir auténticos mimos, para tener un hueco estable en la parrilla? Porque series como Madres o Señoras del (h)AMPA terminaron en Cuatro cuando la cosa no fue como se esperaba en un primer momento.

La pregunta que surgió de cara a su estreno era si Mediaset emitiría la serie de forma diaria, tal y como se emite en el canal original, Telemundo, o si la reservaría para el prime time, como si fuese algo más selecto. Finalmente se decantaron por esta opción, y los miércoles ha terminado siendo, para los resto, la noche de Pasión de Gavilanes; el problema es que las audiencias no acompañaron. Ni siquiera repitiendo algún capítulo durante Sálvame, para ver si su público se enganchaba.

La pasada semana, sin ir más lejos, se quitaron cinco capítulos de encima, pero con unas audiencias bastante pobres; su media fue de un 7,8% de share y 708.000 espectadores de media. Y la cuota fue mejor porque los últimos capítulos (terminó a las 02:17 horas) levantaron la media, ya que el último alcanzó un 13,9%.

Antena 3 fue la gran vencedora de la noche; las hormigas de Pablo Motos se comieron de lleno todos los gavilanes. En coincidencia, El Hormiguero lograba una ventaja de 15 puntos y más de 2,2 millones de espectadores, y la serie Alba, emitida a continuación, duplicó los datos de la de Telecinco.

Por su propia naturaleza, lo más normal es que Pasión de Gavilanes hubiese aterizado de primera hora en Divinity, un canal donde los culebrones forman parte de su ADN; en Telecinco no hay lugar para una serie como esta, que es para verla en pequeñas dosis, dedicando una hora al día, en lugar de toda una noche y parte de la madrugada. Pero ahí Mediaset tampoco supo hacer las cosas bien: se llevo los Gavilanes a Divinity, sí, pero no encontraron una buena franja de emisión, han jugado con los horarios y han mareado al espectador.

Como consecuencia, Pasión de Gavilanes se ha convertido en una enorme losa para Mediaset, que daña su media diaria, su franja del prime time y hasta su cadena secundaria Divinity. No se sabe dónde ponerla para que luzca, y es importante que brille porque ha costado mucho, como si fuese un auténtico jarrón de porcelana traído de la China; solo que en este caso la serie nos ha venido de las Américas.

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