Sálvame está afrontando una etapa de profundos cambios para encarar la peor crisis de audiencia de sus 13 años de historia. El programa de Telecinco ha recuperado su versión Limón durante la primera hora de emisión, pero reconvertida en un magacín bastante más guionizado, con el tono gamberro de Cazamariposas y con un curioso tándem de presentadores: Jorge Javier Vázquez y Adela González.
La productora decidía optar así por combinar el bagaje del catalán con el aire fresco y novedoso de la vasca, que fichaba por el espacio a principios de febrero para contextualizar las noticias que ofrecían Terelu Campos y María Patiño en el Lemon Tea.
Pese a que en un principio el perfil de Adela parecía demasiado formal para un formato tan desenfadado y dinámico como Sálvame, lo cierto es que poco a poco la periodista, con la ayuda del resto del equipo, ha sabido encontrar su lugar en el espacio, convirtiéndose en una de las grandes revelaciones de esta nueva etapa en la que el programa de La Fábrica de la Tele no termina de encontrar su camino a seguir.
La presentadora ha sabido integrarse en tiempo récord en un equipo más que formado, demostrando una química creciente con sus compañeros que le ha hecho estar más cómoda en su labor frente a las cámaras. "Aunque la parte de los pantallones es algo que ya había hecho en otros programas, aquí necesitaba un rodaje. El tiempo hace el roce y el cariño. Al final he tenido esa complicidad con Jorge Javier, Terelu, María... He empezado a sentirme a gusto y parte del equipo de Sálvame", confiesa en una entrevista a NIUS.
Llevar las riendas de un formato como Sálvame junto a una figura televisiva de la talla de Jorge Javier Vázquez no es tarea fácil, pero Adela afirma que el de Badalona le ha facilitado mucho su labor. "Él es muy generoso y muy abierto, yo también soy muy abierta, espontánea, muy plástica. Compartimos sentido del humor y hemos encajado muy bien. Hay veces que la química surge y en este caso ha surgido. Eso se nota y traspasa la pantalla", relata en la citada entrevista.
Y es que, pese a que algunos les haya podido sorprender la versatilidad de la presentadora, lo cierto es que solo hay que echar un vistazo a su trayectoria para entender que pocos son los desafíos que se le resistan. Así lo reivindica ella misma en el citado medio: "Llevo 20 años haciendo televisión, en todo tipo de formatos. Es cierto que en los últimos tiempos he estado más centrada en un programa de corte más informativo, pero también muy social y divertido. Hasta hace bien poquito, estaba presentando 'La Redacción', que era un programa muy fresco, entretenido y diverso".
En cuanto al tema de la audiencia, que pese a los cambios sigue sin acompañar al programa, la vasca no se muestra excesivamente preocupada: "Lo vivo con relatividad, que es como hay que vivir las cosas. La intensidad es siempre mala compañera y te puede distorsionar la realidad. En lo que hay que centrarse es en hacer un buen programa, y en eso estamos".
El perfil de Adela, unido a los cambios en la dirección, contribuye también a que Sálvame se aleje de las últimas polémicas que le rodean y se acerque a un corazón más familiar y 'blanco', sin perder el tono espontáneo y gamberro que ha sido una de las señas de identidad del programa en todos estos años. En medio de la investigación de la 'Operación Deluxe', y en un momento en que la audiencia ha dejado claro que ya no le interesa lo mismo que antes, es muy necesario contar con una cara amable, más vinculada al contenido informativo y analítico.
Fichar por un formato tan importante como Sálvame, en un momento delicado para el programa y viniendo de espacios mucho más informativos, es un desafío del que no todo el mundo puede salir airoso, pero Adela González ya es una más en el universo Sálvame y, si ha habido algún acierto en esta nueva etapa del formato, ese ha sido contar con ella.
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