La segunda semana de competición de MasterChef suele ser una prueba de fuego para los aspirantes, según dijo en la entrega de anoche Jordi Cruz. El chef explicó durante la primera prueba (en la que hubo varias bajas por covid-19) que es habitual que a los jueces se les “cae en picado el casting a la segunda semana”, aunque añadía estar muy contento con los participantes de esta temporada, pues parecen “muy resolutivos”.
A pesar de ello, en el cocinado inicial, los aspirantes tenían que elaborar platos dulces o salados, según les hubiese tocado, incluyendo como ingrediente la panceta, y ahí Luismi patinó mucho. Tanto como para presentar un plato sin sentido, que tenía hasta patatas fritas, y que fue catalogado como un trabajo “primero hermano del León come gamba”. También lo hicieron mal Jokin y Giraldo.
Jokin y Luismi se convirtieron en capitanes en la prueba de exteriores, y eso cayó como un jarro de agua fría al segundo. Reconocía que no le gusta mandar ni dirigir; la primera persona que quiso para su equipo fue a Teresa, y ella le ayudó a reclutar al resto, según sus virtudes. En mitad del cocinado, Luismi fue destituido como capitán, demostrando que es uno de los concursantes más débiles de la edición.
Esta prueba de exteriores, en la que se trasladaron al Algarve portugués para cocinar, Giraldo encadenó varios encontronazos con sus compañeros. Realizaba muchas preguntas, algo que no sentaba bien a quienes estaban a su lado, y también fue bastante lento, aunque él no lo veía así. Acabó yendo a la eliminación.
Teresa, que fue la mejor de la prueba de exteriores, asignó los platos que cocinaba cada participante en la prueba en la que se juegan la permanencia, y a Giraldo le asignó un poste diseñado por Vicky Pulgarín, ganadora de la segunda edición. El deportista de origen cubano aseguraba que no se iría, pero su predicción estaba equivocada.
Terminó siendo el segundo expulsado de la temporada, tras tener además un choque con Jordi Cruz. El chef y juez del jurado no se tomó bien que Giraldo se riese de su valoración, y adelantó que era “digno de expulsión”. Cruz aseguró que la crema del postre la sabría hacer hasta un niño pequeño, y Giraldo entonces se rio, lo que no gustó al juez. Otros compañeros también se sumaron a las críticas, apuntando que tiene falta de humildad.
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