Sálvame vivió el pasado lunes 2 de mayo una de las tardes más intensas de los últimos meses. La supuesta llamada de Rocío Carrasco a Marta Riesco hizo estallar a Jorge Javier Vázquez, que dedicó un extenso y explosivo discurso a la novia de Antonio David y hasta se ausentó del plató durante varios minutos después de que la reportera le tachara de acosador.
Con este episodio, el espacio de Telecinco dio un repentino vuelco para volver al contenido más controvertido y a los conflictos internos tanto en el programa como en la cadena. Así, el 'pequeño dictador' regresó con fuerza para cargar contra un personaje desde el plató de Sálvame, tal y como ha hecho en ocasiones anteriores con Rocío Flores o Isabel Pantoja, por ejemplo.
Más allá de las críticas que puede generar la actitud del catalán, lo cierto es que su guerra pública con Marta Riesco ha tenido efectos inmediatos en la audiencia del formato, que registró ese lunes su mejor dato del año con una media del 14,3% de share en sus dos versiones.
La situación se repetía el martes con la intervención de Rocío Carrasco en el programa para desmentir a la novia del padre de sus hijos. Sálvame Naranja volvía a sus cifras de antaño con un 17.5% share, su segunda mejor cuota del 2022, y 1.636.000 espectadores.
Además, por primera vez en muchos días el programa de Telecinco ha logrado superar a Tierra Amarga. En franja de estricta competencia, entre las 17:59 y las 18:56 horas, la ficción turca de Antena 3 firmó un 15,4% de cuota frente al 15,9% de Sálvame Naranja en ese mismo período.
El programa ha conseguido mantener esta situación incluso cuando han desterrado a Marta Riesco de su escaleta. Este mismo lunes 9 de mayo Sálvame Limón ha obtenido su segunda mayor cuota del año, con un 13,3%, 1,2 puntos más que el lunes anterior. El Naranja, por su parte, se mantiene estable y este registra un 15,7% de cuota y 1.290.000 espectadores.
Estos datos ponen de manifiesto que el futuro del programa pasa inequívocamente por ser fiel a su esencia. Así lo analizó hace unas semanas Jorge Javier Vázquez, que aseguró que "en esta televisión o se provoca y es polémica o cerramos la persiana. No hay otra. ¡No seamos hipócritas a estas alturas!".
No le faltaba razón al presentador, pues las cifras de Sálvame estas semanas están demostrando que los espectadores responden favorablemente a aquellas emisiones con más movimiento y conflicto. Sin embargo, esto choca con el espíritu renovador que ha tratado de imponerse en el espacio en las últimas semanas, en un intento por alejarse de la controversia y ofrecer una imagen más blanca y familiar, tal y como ya publicó BLUPER.
El pasado martes 3 de mayo, con la intervención de Rocío Carrasco en Sálvame, Jorge Javier aprovechó para lanzar un órdago a Telecinco asegurando que entre todos deben decidir "qué tipo de cadena" quieren ser. Esa misma tarde, el presentador aseguró que el programa está "más vivo que nunca", una afirmación exagerada por el optimismo, pero que viene a confirmar lo que se atisba en las cifras de audiencia: que Sálvame sólo podrá volver a ser fuerte si encuentra nuevas tramas atractivas y consigue mantener su esencia a la vez que renueva su imagen para no parecer un producto agotado.
El conflicto es, en definitiva, parte de la magia de Sálvame. Como ocurrió en su momento con Aquí hay tomate, el programa ha construido su reinado cimentándolo en la polémica, creando un lenguaje propio que es, precisamente, el que el espectador busca cuando sintoniza Telecinco entre las 16 y las 20 horas. Por este motivo, el programa tiene que pemanecer fiel a su esencia para sobrevivir, pues cualquier intento por escapar de ella lo convertirá en otro formato o, peor aún, en un sucedáneo que difícilmente conseguirá paliar los efectos de la crisis de audiencia que vive la cadena.
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