El arrollador éxito de Chanel Terrero en Eurovisión 2022, donde España ha obtenido su mejor posición en 27 años, ha hecho que muchos eurofans echen la vista atrás y recuerden la polémica victoria de la artista en el Benidorm Fest. Por aquel entonces, el jurado de la preselección española recibió un aluvión de críticas por aupar como vencedora a una candidata que cosechó menos del 4% del apoyo del público. Sin embargo, con el tercer puesto en Turín esas críticas se han dado la vuelta y ahora es el televoto el que está en el punto de mira, por lo que muchos seguidores del certamen piden que en la nueva edición del Benidorm Fest se elimine el televoto y se confíe exclusivamente en el jurado para elegir al próximo representante de España en Eurovisión.
En la otra cara de la moneda se encuentran los detractores del jurado profesional, que han reabierto el debate sobre el sistema de votaciones tras la polémica por los votos fraudulentos de los jurados profesionales de seis países en Eurovisión 2022. Este enésimo intento de amaño del resultado ha generado un gran rechazo a los jurados en el Festival.
Ambos planteamientos, el de eliminar el jurado y el de acabar con el televoto, cuentan con sobrados ejemplos que demuestran que ninguna de las dos opciones es la idónea para un festival como Eurovisión o para sus preselecciones.
Los peligros del televoto
El sistema del televoto es bastante susceptible a las emociones que cada candidato despierte en la audiencia. Así, el apoyo masivo a una candidatura podría invalidar las opciones del resto de participantes, con el riesgo que ello conlleva. Basta recordar el 'troleo' por el que Rodolfo Chikilicuatre acabó siendo elegido como representante de Eurovisión en el año 2008.
En el caso del Benidorm Fest 2022, el público se decantó claramente por Tanxugueiras, con más del 70% del apoyo, mientras que la ahora aplaudida Chanel tuvo que conformarse con menos del 4% del respaldo popular. Se entiende, por tanto, que de no haber sido por el jurado profesional las gallegas habrían sido las representantes de España en Turín con una propuesta que difícilmente podría haber destacado como para ocupar el tercer puesto en la clasificación final de Eurovisión.
Por otra parte, el televoto también es muy influenciable por circunstancias sociopolíticas que puedan atraer el voto masivo. Es, sin duda, el caso de Ucrania en Eurovisión 2022, que ha obtenido la victoria gracias a los 439 puntos otorgados por el público frente a los 192 que le dio el jurado.
El jurado, un complemento al público
Optar por un sistema en el que la elección dependa exclusivamente del jurado profesional tampoco es la opción más adecuada. Con la polémica de los votos manipulados de seis países en Eurovisión 2022 se ha evidenciado que las votaciones de los miembros pueden responder a intereses que van más allá de lo musical o lo televisivo. Además, en España ha habido representantes aupados por el jurado en contra de la voluntad del público que, finalmente, han obtenido pésimos resultados en Eurovisión, como fue el caso de Manel Navarro en 2017.
Confiar todo el peso de un certamen musical en un jurado profesional supondría, además, depositar sobre un número muy reducido de personas la responsabilidad de elegir a un artista o grupo que tendrá la tarea de representar a millones de españoles en la competición europea.
Tampoco hay que olvidar que tanto Eurovisión como las galas de preselección españolas son programas de televisión antes que certámenes musicales. Su objetivo, por tanto, es atraer al mayor número de audiencia posible, algo que se dificultaría si se arrebata al público la opción de votar por sus candidaturas favoritas.
Un sistema mejorable
Basándose en los casos analizados, el sistema por el que optó el Benidorm Fest en su primera edición parece sin duda el más adecuado. Dividir el resultado en un 50% para el jurado y un 50% para el público (televoto y muestra demoscópica) ayuda a contrarrestar los efectos negativos de cada una de las dos opciones. Sin embargo, el sistema sí puede aplicar cambios que mejoren considerablemente su funcionamiento en 2023 y que eviten el voto estratégico del jurado para distorsionar el resultado final.
Así, la próxima edición del Benidorm Fest tiene un margen considerable para afinar todavía más el sistema de votación del jurado profesional.
En primer lugar, se podría evitar el voto estratégico que 'invalide' a las cancidaturas favoritas del público si los miembros del jurado valorasen cada actuación de forma individual con una puntuación del 1 al 10, en lugar de elaborar un ránking entre todas las candidatas.
La valoración de cada propuesta podría hacerse en cuanto termine la actuación en cuestión, sin que el jurado tenga que esperar a ver todas las canciones participantes. Además, la puntuación global de cada candidatura podría obtenerse estableciendo distintas categorías a valorar: voz, puesta en escena, coreografía, etc.
Por último, para evitar suspicacias como las surgidas en la primera edición, el jurado debería estar totalmente aislado de los artistas y de la organización del certamen durante la celebración del mismo, incluso se podría optar por la opción de que voten desde Madrid y no estén presentes en las galas. Se ahorrarían así imágenes como las que se vieron este año de los miembros del jurado compartiendo distendidos planes con varios de los participantes en la ciudad alicantina.
[Más información: La verdadera victoria de España con Chanel: el éxito que terminará de impulsar el Benidorm Fest en 2023]