La emisión de En el nombre de Rocío, la segunda docuserie de Mediaset protagonizada por Rocío Carrasco, llega este viernes a su final en Mitele PLUS.
Con la entrega del episodio 14 se cerrará la dura historia familiar de la heredera universal de Rocío Jurado, un relato que ayuda a entender cada una de las acciones de la protagonista en estas dos décadas, así como el sufrimiento que algunos de sus familiares le generaron y que se sumó al dolor de ser víctima de violencia de género.
Como ya sucediera con Rocío, contar la verdad para seguir viva, La Fábrica de la Tele ha hecho una auténtica demostración de profesionalidad y saber hacer. Con una factura visual impecable y un lenguaje a veces más propio del universo cinematográfico, la docuserie presenta a todos los personajes en los primeros episodios, para luego desgranar el papel de cada uno de ellos en la historia de Rocío y, sobre todo, en su dolor.
['En el nombre de Rocío': un impecable formato que remata la catarsis televisiva de Rocío Carrasco]
En el nombre de Rocío es un producto televisivo impecable, una joya audiovisual que eleva la apuesta de la primera serie documental para rendir homenaje a la parte más íntima y desconocida de una de las mayores estrellas de la historia de la música española. Sí, esta serie es un homenaje a Rocío Jurado porque su hija la eleva al pedestal del que nunca debió caerse, separándola de la inmundicia que sus familiares se encargaron de esparcir por las televisiones nada más fallecer.
Pero, sobre todo, En el nombre de Rocío es un nuevo ejercicio de justicia mediática con Rocío Carrasco, que tras año siendo dilapidada por su propia familia da un paso adelante y saca a relucir verdades documentadas e irrefutables: ella sí estuvo con su madre en Houston, ella no ha sido el impedimento para la apertura del museo en Chipiona, ella pagó multas de Amador... Ella, Rocío, ya no tiene miedo de contar lo que nunca debió haber callado.
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Por fortuna para Rocío y para todos los espectadores que disfrutaron de la primera docuserie en abierto y que no han podido ver la segunda en la plataforma de pago, Mediaset ha cambiado de estrategia y finalmente sí se podrá ver en Telecinco En el nombre de Rocío, permitiendo así que el mensaje de la hija de 'la más grande' llegue a un público mucho mayor y que, además, se pueda incidir en los debates en plató en los aspectos más importantes y llamativos del relato.
Y es que la justicia con Rocío Carrasco no sólo pasa por entender el maltrato al que fue sometida y que la acabó alejando de sus hijos. La historia de Rocío y su sufrimiento también tienen mucho que ver con la forma de actuar de los Mohedano, esas personas a las que la protagonista define como "alimañas", que se alinearon con su verdugo para seguir sacando rédito mediático ante la ausencia de la figura que les alimentó durante décadas: Rocío Jurado.
En definitiva, el regalo televisivo que La Fábrica de la Tele ha ofrecido a los espectadores con esta docuserie es insignificante en comparación con el ejercicio de reparación y justicia que se le ha brindado a Rocío Carrasco, un paso más en su catarsis televisada que, independientemente de lo que se opine desde redacciones, sofás y demás reductos, le permite avanzar en el proceso de sanación que inició tras tocar fondo el 5 de agosto de 2019.