Christian Gálvez es uno de los rostros más conocidos del universo de Mediaset. Era el presentador de Pasapalabra hasta que en 2019 Telecinco tuvo que dejar de emitirlo por una orden judicial. Desde entonces, este comunicador ha ido enlazando programas que no han sido precisamente un éxito, y más, si se le compara con su predecesor: El tirón, Esta noche gano yo o El precio justo. O, en estos momentos, 25 palabras, un quiz show que arrancó sus emisiones hace unas pocas semanas y cuya media está por debajo del 9%.
A pesar de esto, Mediaset no quiere tirar la toalla con el formato, y por ello lo ha renovado por una nueva tanda de entregas que empiezan a grabarse en estos días, tal como han apuntado en un comunicado. En el mismo explican que “experimenta una paulatina evolución al alza en su audiencia que le ha llevado a promediar su mejor dato de seguimiento en la última semana, con 912.000 espectadores.
Además, destaca su buen rendimiento en target comercial (11,2%) y en los públicos de 25-44 años (12,1%) y 45-54 años (10,3%), tres segmentos en los que marca además el liderazgo de su franja de emisión”. Hay que tener en cuenta que, al contrario que Y ahora Sonsoles, el concurso sí cuenta con cortes publicitarios en su hora de emisión.
Estos datos podrían parecer insuficientes para dar luz verde a una segunda temporada de otro programa. Pero eso sería, quizá, si el presentador del mismo no fuese Christian Gálvez, en quien hay cierta confianza ciega. Confianza y un contrato de exclusividad y larga duración que se renovó en enero de 2020, para que Gálvez no se fuese a Atresmedia a presentar Pasapalabra, que se había hecho con los derechos de este concurso. Además, el acuerdo contemplaba la creación de la productora Fénix Media, con la que Gálvez produciría sus próximos espacios.
No es la primera vez, de hecho, que Mediaset renueva un programa de Gálvez a pesar de que hayan saltado todas las alarmas con sus audiencias. Tras el tropiezo que supuso El precio justo con Carlos Sobera, Mediaset confió las tardes a Gálvez con el programa Alta tensión, que ya había sido un éxito en el pasado bajo la conducción de Constantino Romero o Luis Larrodera.
Se estrenó en prime time, y luego pasó a competir contra Pasapalabra. Huelga decir que no funcionó, pero a pesar de ello fue renovado, aunque sus emisiones se trasladaron a Cuatro, ocupando la franja que va desde las 12:50 hasta las 13:45. En esta segunda cadena de Mediaset logró un dato decente, pero cuando parecía que más oxígeno estaba tomando el formato, se decidió reestructurar la mañana de Cuatro y se mandó el concurso a las tres de la tarde, donde se hundió, hasta finalizar sus emisiones a finales del mes de octubre.
Que este concurso se despidiese con datos por debajo del 3%, menos de la mitad de la media de Cuatro, y con escasos 270.000 espectadores no mermó la confianza en Gálvez, y por eso se le puso al frente de 25 palabras, estrenado un mes y medio después del fin de Alta Tensión.
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Se esperaba, quizá, que el seguidor que antaño le veía enumerar los enunciados del rosco conectase de nuevo con él, con otro formato que también girase alrededor de jugar con las palabras, con famosos en el plató. Que pudiese recordar, salvando las distancias, a lo que en su día fue uno de los programas más vistos de Telecinco y de la televisión.
Ahora falta esperar un poco más, y comprobar si ese crecimiento paulatino es real, o un mero espejismo. Si 25 palabras echará raíces fuertes como para plantar cara a Sonsoles Ónega, o si acabará despachándose en Cuatro por la puerta de atrás, como ya ha pasado en otras ocasiones.