El próximo domingo 25 de junio atresplayer estrena una nueva serie, Las noches de Tefía, que recuerda cómo “en la España de Franco hubo campos de concentración” bajo el nombre de colonias penitenciarias. Y uno de sus protagonistas es Patrick Criado, quien ha acudido a El Hormiguero a promocionar esta nueva producción de Atresmedia, que recoge el suplicio que vivieron aquellos detenidos por la ley de vagos y maleantes.

“Se conoce poco esta historia de nuestro país”, le decía a Pablo Motos en su llegada al programa el intérprete, que considera que en su generación y las venideras “no se conoce tantos estas leyes”. La premisa de la serie como “el horror se salva con imaginación”, siguiendo, como decía el presentador, la línea que trazó hace dos décadas La vida es bella.

“Los presos de Tefía se cuentan historias de las que se imaginan libres, ser como ellos son, felices, cantando, bailando. Y la serie se traslada a ese momento lírico y pasa del blanco y negro y el terror a algo festivo con música y con baile”, asegura sobre la producción, en la que espectador pasará de “llorar, reír a bailar”.

En Las noches de Tefía hay muchas escenas de baile, y Patrick tenía “pánico a no dar la talla”, y para ello bailaba “delante del espejo, en mi casa, de fiesta”. El director le invitaba a que aprovechase esos momentos para descubrir “la corporalidad del personaje”. Su personaje en cuestión se llama Cádiz, “un gaditano puro”, y para ello tuvo que preparar el acento con un coach, para ver cómo se termina en esta ciudad las frases. Para practicar, viajó cada vez que pudo a Cádiz, y allí acabó “teniendo un grupo de colegas”. “Estás en Cádiz conociendo gente y yo diciendo: Estoy currando. Tengo el mejor acento del mundo”, comentaba entre risas.

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Para hacer de Cádiz le raparon la cabeza de verdad, algo que hicieron “en directo”, a pesar de que esto no estaba en el guion. Sí sabía que iban a cortarle su pelo, pero no ante la cámara. “Mi pelo que me lo alisaban parecía una peluca, pero no lo es. Toda la rapada es en directo”, insistía el intérprete.

Criado no ha podido hablar con supervivientes reales de estas colonias penitenciarias, pero para prepararse ha visto documentales, y todo lo que se cuenta en ellos está “reflejado en la serie, y es muy fuerte”. Para el que fuese hijo de Berlín en La casa de papel es una serie “difícil de digerir”, pero que traslada al espectador “a un lugar en el que hay alegría, libertad, y esa gente que has visto reprimida va a atreverse a vivir sus sueños y ser quienes somos. En nuestra imaginación está la libertad”.

El invitado de El Hormiguero reconoció haber tenido problemas con la policía en su juventud, pues le pararon “más de 200 veces”. Y es que a los 18 se compró un Seat León, y su diversión con los amigos era cogerlo “y dar vueltas a las cinco de la mañana”. Algunos policías le reconocían de Águila Roja, y entonces le pedían fotografías incluso.

Aunque Patrick es actor, durante unos meses trabajó de camarero en Vietnam. Tal como relató, en enero de 2020 cogió una mochila y se decidió viajar a Tailandia y Vietnam, y dormía en hostales. “Terminé en un pueblo pesquero en la costa de Vietnam en un hostal poniendo chupito, currando de camarero al lado de la playa, era una maravilla”. Allí, además de bebidas, servía “globos de la risa”, rellenos de óxido nitroso. “Acabé teniendo una técnica increíble”, recuerda con humor sobre esa experiencia, si bien detalla que se trata de algo peligroso como cualquier droga, “y he podido observar gente adicta a ello”.