En pocas semanas, los espectadores asistiremos a un verdadero déjà vu al sintonizar La 1 en una de las típicas sofocantes noches de verano que nos esperan. Como aquellas de antaño, donde la familia se sentaba frente al televisor, helados en mano y con el ventilador a tope.

Eran otros tiempos. La televisión se llenaba de una programación refrescante con estrenos sin demasiadas pretensiones más que las de entretener durante los meses de julio y agosto. Meses durante los cuales las diferentes cadenas se guardaban estrenos repletos de música, humor y concursos con el objetivo de hacerles más llevaderas las noches de verano al espectador. Y en cierta forma, este año volveremos a revivir esa sensación con el regreso del Grand Prix.

El mítico concurso de competición entre pueblos volverá de la mano de su icónico presentador, Ramón García. Y lo hará -tal y como prometen desde la cadena-, con el mismo colorido y espíritu de siempre, eso sí a excepción de su famosa vaquilla.

[Estos son los ocho pueblos que participarán en el retorno del Gran Prix de verano]

Y es que el Grand Prix, que llegó a amasar en pleno verano más de tres millones de espectadores, es el formato veraniego por excelencia. Todo un referente para la programación estival y también un oasis dentro de la parrilla de las diferentes cadenas.

Un tipo de programa muy común en los 90 y principios de los 2000 pero que hoy en día, ninguna cadena se atreve a producirlos. Se trata de productos demasiado caros y complejos para un medio, el de la televisión, donde actualmente el consumo alcanza cuotas de audiencia aún más bajas en verano, y sobre todo en prime time.

Música, humor y mucho dinero

En los 90, Telecinco fue precursora de los grandes formatos de música y actuaciones de todo tipo con programas deslumbrantes como Desde Palma con amor, La batalla de las estrellas o Bellezas al agua. Durante un par de meses, el espectador asistía frente al televisor a una especie de gran verbena de pueblo (rico) donde no faltaba de nada. Incluso actuaciones musicales de estrellas internacionales.

Poco a poco, los gustos de los espectadores cambiaron. Pero si desde hace más de una década prácticamente las series y el cine copan las noches de verano, tanto La 1, como Antena 3 y Telecinco estiraron la presencia de estos formatos hasta que se dieron cuenta que el coste por programa era más elevado que las audiencias cada vez más irrisorias que conseguían.

Echando la vista atrás, a hace 20 años, La 1 estrenaba uno de sus últimos espectáculos veraniegos de prime time, El verano ya llegó con Paloma Lago y Miguel Ángel Tobías. Más de dos horas y media de programa con 20 actuaciones musicales que no terminó de funcionar pese a que el año anterior, en 2002, El verano ya llegó con Ana Obregón, Ana García Lozano y Manuel Quijano obtuvo una aplastante media del 37,8% de cuota media.

En 2003, Antena 3 también apostaba por estas galas de verano de la mano de Andoni Ferreño con Verano 3, en uno de sus últimos trabajos como presentador antes de consolidarse en el mundo de la interpretación. Ferreño contó con la colaboración de Lucía Hoyos, Lara Dibildos, Eva Pedraza y Coral Bistuer. Sin embargo, el programa fue retirado a finales de agosto siendo superado ampliamente por la competencia y no pudiendo repetir la aceptada aceptación que cinco años antes, en 1998 obtuviera Vive el verano.

Un show similar presentado por Pedro Rollán y Paulina Rubio. Y que supuso el descubrimiento de la cantante mexicana en nuestro país, más allá de ser conocida por su relación con Ricardo Bofill.

Al año siguiente, Carlos Lozano se pondría a los mandos de El verano de tu vida en las noches veraniegas de La 1. Fórmula que la cadena repetiría en 2005 aunque con Ivonne Reyes, Jorge Fernández y Miki Nadal. Esta vez el programa conseguiría un 20% de share. Hoy sería todo un éxito, pero por aquel entonces significó un aprobado justo en la clasificación de los programas con más éxito del verano.

A partir de dicho año, ninguna cadena generalista apostaría ya más por este tipo de programas. Centrándose los estrenos, en el mejor de los casos, en talents y realities pasajeros o programas de recopilación de videos de todo tipo. Dejando con ello enterrado el formato de las grandes galas musicales de chistes, imitaciones, cantantes y desfiles en bikini para siempre.

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