La octava edición de MasterChef Celebrity prometía ser menos bronca que lo que ha sido la undécima entrega con concursantes anónimos. Sin embargo, la tercera gala ha demostrado que esta temporada también tendrá momentos de grande tensión. Por primera vez en la historia del talent culinario, el formato tuvo que comprar un plato preparado para los comensales en la prueba de exteriores, algo que nunca había sucedido ni en la versión de anónimos ni en la de famosos ni en la de niños ni en la de abuelos.
Tras una desastrosa prueba inicial, en la que los aspirantes debían preparar una pizza, en la que debían prepararlo todo, hasta la masa. A pesar de su aparente facilidad, fueron pocos los que lograron realizar una pizza en condiciones. Finalmente, los actores Laura Londoño y Miguel Diosdado fueron elegidos como los mejores participantes de la prueba y les tocó ejercer de capitanes en la prueba de exteriores por equipos.
El actor de Acacias 38 y Las chicas del cable lideró el equipo azul, compuesto por Jorge Cadaval, Toñi Moreno, Palito Dominguín, Eduardo Casanova y Tania Llasera; mientras que la actriz de Café con aroma de mujer ejerció el liderazgo del equipo rojo, compuesto por Jorge Sanz, Álvaro Escassi, Jesulín de Ubrique, Sandra Gago, Blanca Romero y Daniel Illescas.
Los capitanes debían elaborar un menú propuesto por el chef Jesús Sánchez, del restaurante Cenador de Amós, en Villaverde de Pontones (Ribamontán al Monte, Cantabria). Las pruebas de exteriores no suelen ser fáciles y se le añadía la dificultad de ser una prueba de equipos por relevos. En ese sentido, Miguel Diosdado fue el que demostró tener mejor sentido de la organización y consiguió que su equipo rindiese completamente, sabiendo calcular los relevos y sabiendo lo que podía rendir cada miembro de su equipo.
Todo lo opuesto fue el equipo rojo, que, además, mostró que Jesulín de Ubrique no se lleva bien ni con Laura Londoño ni con Álvaro Escassi. De hecho, el extorero está sacando la peor versión de sí mismo, al mostrarse en contra de todos. Más allá de su mala relación, el equipo rojo tuvo una organización caótica y eso fue lo que provocó que se produjo un hecho inédito en toda la historia del talent culinario.
El postre del equipo rojo, directamente, no salió. El equipo rojo tuvo el hándicap de contar con un miembro menos, Sandra Gago, quien tuvo que abandonar las cocinas al ponerse mala. Ella y Escassi eran los encargados del postre, unas natillas en forma de bola con un caramelo por dentro. Para el merengue del postre, debían añadir una gelatina... que fue puesta por error en el primer plato.
Un postre comprado a última hora
En el momento de emplatar, Jordi Cruz ya veía que el postre no iba a salir. El chef de Manresa tuvo que pedirle a uno de los invitados, David Bustamante, que fuese a comprar unos sobaos pasiegos a una passtelería cercana para ofrecer un postre a los comensales. Por primera vez, el programa ha tenido que intervenir para evitar el desastre en la prueba de exteriores.
Jordi Cruz, quien ha demostrado en todas las temporadas tanto MasterChef con anónimos como en la versión Celebrity, tener poco humor para los errores garrafales, optó por el sarcasmo, el cual lanzó con un gesto de enfado pero de una manera más tranquila de lo habitual. "No se podía fallar como hemos fallado, de no sacar absolutamente nada", sentenció.
Londoño buscó defenderse, mostrando que no conocía del todo el carácter del barcelonés. "Lo que hemos sacado, no ha sido mérito vuestro. Lo ha sido mío", le replicó el chef. Por supuesto, frente a la correcta organización del equipo azul y el caso del rojo, este último fue el enviado a la prueba de eliminación.
Sandra Gago, tercera expulsada
Con el delantal negro, Laura Londoño logró librarse de la prueba, dado que consiguió adivinar una serie de hierbas aromáticas en un reto previo a la prueba de eliminación. Con la capitana salvada, el resto tuvo que enfrentarse a cocinar un plato libre en el que el protagonismo del sabor y del aroma debían ser de, al menos, una de las hierbas, brotes o flores que lograron identificar en el reto.
En esta prueba, los que peor rendimiento tuvieron fueron Daniel Illescas y Sandra Gago. Finalmente, el jurado optó expulsar a la modelo y esposa de Feliciano López. La madrileña entrega su delantal y se convertía en la tercera expulsada de la octava edición, uniéndose así a los ya eliminados César Cadaval y Genoveva Casanova.