El mundo del cine está de luto, pues ha muerto uno de los críticos más conocidos de nuestro país. Carlos Pumares fallecía este jueves 12 de octubre a los 80 años, tras una larga carrera dedicada a los medios de comunicación. Su programa más conocido fue Polvo de estrellas, que se escuchaba en las madrugadas radiofónicas de Onda Cero, y que llegó a tener una versión televisiva de la mano de la primigenia Antena 3, allá por los años 90.
Y fue adentrada esa década cuando Pumares brilló con luz propia en la pequeña pantalla, gracias a sus intervenciones en el programa de Javier Sardà Crónicas Marcianas, de Telecinco. Allí demostró que, como ya se sabía gracias a la radio, era un auténtico showman, y podía montar un auténtico cirio por un tema tan baladí como pudiera ser la forma en la que se cocina la tortilla de patatas en determinados locales.
“Uno en casa puede hacer lo que le dé la gana. Pero entrar en un bar, por la tarde, y ver la tortilla verdosa. Porque lo que están haciendo con la tortilla de patata no es tolerable. Congeladas y mal descongeladas por en medio. Y le echan cebolla. A la tortilla se le puede echar guisante, cebolla, o lo que quieras. ¡Pero la tortilla de patatas es patata y huevo! La cebolla nace después de la guerra civil, porque no hay huevo para que dé jugo. Que lo pongan en un anuncio”, llegó a pedir en una de sus intervenciones. Un momento que se ha vuelto viral en las últimas horas tras su defunción.
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Sardà le comentaba que la tortilla de patatas con cebolla estaba buenísima, y él no le quitaba la razón. “Y con jamón de jabugo. ¿Por qué no le echan jamón de jabugo? ¿Por qué le echan cebolla? ¡Que pongan un letrero! Dicen que está más rica. No, es otra cosa. No es tortilla de patatas. Es tortilla de patatas y cebolla”, aseguraba el crítico, ganándose el aplauso del público.
“A mí que no me mientan. A mí que no me mientan. Pero el insulto es con la patata frita. Hemos llegado a un extremo que no existe, nos engañan, nos estafan conque los restaurantes no quieren hacer esto”, continuaba diciendo con el tono bastante elevado, mientras sacaba un paño y unas patatas. Y así, se puso a mondarlas delante de todos, mientras sus compañeros le decían que tuviese cuidado, no se fuese a cortar.
“Se pela la patata, se lava y ahora se hace así, de este tamaño, no hay dos iguales”, continuaba diciendo, mientras la troceaba. “Como las compran congeladas es una basura, no cogen el aceite, no cogen la sal, no cogen nada. Esto hay que freírlo en aceite invierno para que se que se doren por fuera y por dentro quede blandita”, terminaba de decir, después de llevar a cabo una excesiva performance sobre cómo se debe hacer una tortilla de patatas.
A lo largo de su carrera, también participó en otros programas de televisión vinculados al séptimo arte como De película, La tertulia o ¡Qué grande es el cine!. Además, por su carácter irreverente y polemista, fue un habitual en debates como Moros y cristianos y El gran debate, e incluso, fue jue de ¡Mira quién salta!, el concurso en el que famosos de todo tipo saltaban desde un trampolín en Telecinco.