MasterChef, su versión celebrity, Cocina abierta con Karlos Arguiñano, Pesadilla en la cocina u otros formatos de las últimas décadas como Top Chef, La última cena, Torres en la cocina o Esta cocina es un infierno. La historia de la televisión española está plagada de formatos gastronómicos que han pretendido conquistar el estómago y el interés de la audiencia, aunque eso sí con resultados bastante dispares.
Sin embargo, ninguno de ellos ha rozado tanto la excentricidad y la falta de complejos como el que emite Mega cada tarde de 20 h a 22 h aproximadamente: Crónicas carnívoras. Uno de los puntales de la joven cadena de Atresmedia que se ha consolidado con cuotas de audiencia alrededor del 2% de share en los diferentes maratones que se emiten a diario.
Un formato made in USA que aún no ha sido versionado por ninguna cadena española, ¿falta de interés o falta de valentía para emitir un programa gastronómico que se ríe de la alta cocina y, en general, de la considerada como “buena cocina”?
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Crónicas carnívoras es un programa gastronómico sin complejos. Titulado originariamente Man vs. Food, se emite en la cadena de pago estadounidense Travel Channel desde diciembre de 2008. Convertido en uno de los productos más exportados de esta cadena especializada en programas de viajes y documentales, Crónicas carnívoras tiene un argumento tan simple como efectivo.
El programa de los retos ¿imposibles?
Su presentador, el actor y escritor Casey Webb, recorre todo EE. UU. visitando las diferentes peculiaridades gastronómicas del país. En cada programa, realiza un primero paseo turístico por la ciudad o municipio en particular y más tarde prueba algunos de los restaurantes más típicos y también aquellos que ofrecen platos más gigantes y espectaculares. Finalmente, termina cada programa llevando a cabo un reto: debiendo de ingerir un espectacular bocadillo, hamburguesa, postre o cualquiera otra opción de tamaño gigante en un tiempo concreto.
De superarlo, el presentador suele llevarse como premio una camiseta del local donde ha tenido lugar el reto y su foto es colgada en el muro de la fama del susodicho recinto. Eso sí, los retos son cuando menos imposibles, y es que poca gente puede llegarlos a hacer. Ingredientes extremadamente picantes, kilos y kilos de comida en una sola ración o guarniciones monstruosas que debe ingerir mientras los lugareños le animan con gritos y vítores.
Un auténtico show que, a diferencia de otros programas de cocina, promociona restaurantes modestos pero de gran éxito. Opciones a precios populares pero alejados de las grandes estrellas de la cocina y de ofertas con cocinados mucho menos elaborados pero que, sin embargo, ha conquistado a gente de todo el planeta. Tanto es así, que Crónicas carnívoras incluso ha inspirado, también en España, a decenas de personas en redes sociales como TIK Tok e Instagram a crear perfiles de este tipo. Gente que recorre restaurantes, probando platos gigantes y, en realidad, convirtiéndose en los mejores prescriptores de la marca.
Las cuatro primeras temporadas de Crónicas Carnívoras se emitieron de 2008 a 2012 y fueron presentadas por el actor Adam Richman. Después de cinco años de interrupción, Travel Channel retomó el espacio en verano de 2017 con Casey Webb, que ha logrado igualar los rating de su antecesor.
Para prepararse antes de cada grabación, sus presentadores eso sí debe comer lo menos posible, hacer ejercicio dos veces al día y beber grandes cantidades de agua, tanto mineral como carbonatada los días anteriores.
Sin embargo, el exceso de azúcares y grasas obligó a Richman a dejar el programa en 2012, y la cadena decidió parar de producirlo hasta dar con una cara potente capaz de sobrellevarlo. Webb ya ha sumado seis años al frente del programa y ha conseguido adelgazar desde sus inicios y pese a los innumerables retos, gracias a un constante apoyo nutricional profesional y médico.
Aparentemente fácil y asequible de producir, por ahora ninguna cadena se ha interesado por producir una versión patria de Crónicas carnívoras. El promover la comida basura y las grasas de cada reto podrían no ser de mucha ayuda para la popularidad mediática del programa.