Este lunes debía visitar El Hormiguero la cantante Laura Pausini, pero se encontraba indispuesta. Por ello, la cantante visitará el programa el próximo día 20, y el invitado de ese día, Josema Yuste, se acercó hasta el plató de Pablo Motos esta noche. Era para él un día muy especial, pues su hija estaba a punto de dar a luz. “Estoy un poco con nervios”, reconocía el actor, que será abuelo por segunda vez. Pablo, por eso, le dijo que atendiese el teléfono, por si quisiera hablar con su mujer. “O con el médico. O con el niño, nunca se sabe. Soy Gonzalito, acabo de nacer, es que soy un niño muy listo”, bromeaba Yuste, poniendo una voz infantil.
En esta ocasión, Yuste acudía para promocionar Que Dios nos pille confesados, su nueva comedia, que se representa en el teatro Muñoz Seca de Madrid. “Es la comedia más divertida de las que yo he hecho”, aseguraba, y aprovechaba para dar las gracias “a la gente de Madrid y toda España por ir a ver mis comedia, por vosotros estoy aquí”.
Según adelantó, el montaje trata de una marquesa venida a menos que tiene un cuadro de El Greco, que lo pintó en una noche loca, titulado El caballero en el pecho de su cuñada. Él interpreta a “un cura, ladrón de guante blanco, cutre, que quiere robar el cuadro. Lleva un cirio de Santa Encarnación de la Perpetua Penumbra, patrona del hogar, a la casa de estas señoras de la alta sociedad para que les proteja una semana y comienza una comedia loca”.
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En la obra aparece vestido como un sacerdote contemporáneo, con camisa negra y alzacuellos en lugar de sotana. Sin embargo, resulta que la camisa es bastante incómoda. “La compré en una tienda de objetos religiosos, donde venden santos, ropa de sacerdotes, crucifijos, y también camisas y alzacuellos”, contaba al público. Cuando entró a la tienda le preguntaron si se había ordenado sacerdote, y tuvo que explicar no, que es cómico e iba a hacer una función. “La camisa no transpira nada, y cuando digo nada, es nada. Es de algodón, pero compacto. Sudas como un cerdo. Suerte que no huelo”, admitía.
Eso sirvió a Pablo Motos para preguntarle por sus manías personales, y así, reconoció que no soporta la laca, el maquillaje de spray, las luces del techo (“soy de poca luz y cálida”) o las moquetas. Esto último tiene una explicación, y es que es alérgico a los ácaros y también tiene un poco de asma. Además, suele comer dos plátanos a diario, antes de la función, “y si tengo dátiles también, que soy muy energéticos”.
Para hacer este personaje, el ladrón que se hace pasar por cura, se inspiró el alguien real. “Iba a misa de pequeño y me confesaba con este cura, el padre Albendea”. Se trata de la misma persona que le inspiró para hacer un conocido cura que interpretaba en su etapa de Martes y Trece, y que por los datos que dio sería el del conocido sketch de "Ella no quería". “Y lo he incorporado a esta función, te habla con un pequeño ceceo, cercano, pero es un ladrón. Engatusa a la marquesa, la envuelve”, narraba.
La obra va de un robo, y por eso Pablo Motos le preguntó por la vez que le robaron su coche. Sucedió hace muchos años, en un restaurante de Madrid. “Le di llaves al aparcacoches y robaron 7 u 8 coches y entendimos que el aparcacoches estaba compinchado con los ladrones”, narraba. Cuando fue a denunciar, el policía le recomendó usar una pitón, y desde entonces la sigue poniendo. También narró cómo le robaron 1.800 euros de la cuenta con un hackeo. “Fue una compra en Ciudad del Cabo, que han comprado seis sacos de dormir, si no he comprado sacos de dormir en mi vida”, explicaba. No entiende cómo pudo suceder, pues “yo no cojo el teléfono nunca a nadie, borro los mensajes, soy muy exagerado para eso”.
Yuste también contó cómo en una representación de una obra de teatro le dio una lipotimia, y no pudo salir a hacer la segunda parte, pero el público lo entendió. “Para mí el público es parte de mi vida, mi mejor premio es la gente. Los premios profesionales me dan igual, lo digo de verdad, el mejor premio es el cariño de la gente”, aseguraba. Sin embargo, sí echa de menos premios de renombre que premien la comedia. “Hacer reír no es nada fácil, no digo que sea más difícil que hacer llorar, pero hacer reír, caray, no es fácil, es hacer feliz a la gente. Cuando te vas a casa y te has reído mucho hora y pico los haces felices”, sentenciaba el intérprete.