Una de las noticias de la semana es la visita del rey Juan Carlos I a Sanxenxo para la temporada de regatas. Al monarca emérito apenas se le había visto desde su llegada a Galicia. Ha sido a su salida de la casa de Pedro Campos cuando un equipo del programa Así es la vida logró captarle. Con Juan Antonio Avilés cubriendo la noticia, lo que nadie esperaba era ver al padre de Felipe VI saludar efusivamente al exconcursante de GH VIP, hasta el punto de decir hola por su nombre de pila.
Fue a la hora de cenar en la que Avilés logró captar al Emérito. El antiguo jefe del Estado español acudió junto con Pedro Campos y su familia a cenar al restaurante Culler de Pau, que cuenta con estrella Michelin y es muy frecuentado por la realeza. Precisamente, como pudo verse posteriormente, la infanta Elena acudió también al local para acompañar a su padre.
A la entrada, Avilés saludó a Juan Carlos I, quien no dudó en derrochar carisma y saludarle amistosamente. “¿Cómo estás, José Antonio? Un gusto verte”, dijo el Emérito, sorprendiendo así con una familiaridad inesperada y mostrando total confianza en el colaborador. Sin duda, el padre de Felipe VI se acordaba perfectamente del televisivo desde su anterior visita, en la que le invitó a tomar un café en el club náutico. “Queríamos hablar con usted de regatas”, dijo Avilés, para lograr sacar alguna declaración más.
El Emérito se despidió del colaborador para entrar en el restaurante y probar un exquisito menú degustación de hasta 19 platos y que costaba 180 euros, según lo declarado por el programa. Juan Carlos I, la duquesa de Lugo, Pedro Campos y su esposa salieron pasada la medianoche del local, con la sorpresa de que Avilés seguía en los alrededores del Culler de Pau para lograr más declaraciones.
Con el televisivo preguntándole qué tal la cena, el Emérito optó por recordarle que estaba en deshora. “¡Tendrías que estar en la cama ya!”, exclamó sonriendo y volviendo a derrochar humor. “Mañana nos marchamos, suerte en la regata”, le respondió Avilés, dejando así que Juan Carlos I se marchase.
Tras mostrar las imágenes del encuentro, Avilés compartió con Sandra Barneda y César Muñoz que no fue fácil dar con el Emérito, “ya que querían que la cena fuese lo más privada posible”. “Han sido muy discretos, fue difícil. Ha sido en exclusiva, porque ningún otro medio de comunicación ni agencia ha logrado tener las imágenes”, explicaba el televisivo, quien se reivindicaba como “juancarlista”.
“¡Hombre! No todos los días te dice un rey: ¡qué gusto verte!”, expresó Barneda desde el plató. “Claro, se te cambia la cara. Te levantas con otra actitud”, agregó Muñoz.