El Hormiguero ha comenzado 2024 con candela. La visita de Sofía Vergara el pasado lunes 8 de enero ha marcado un inicio de año que ha dejado multitud de anécdotas y zascas de la actriz colombiana a Pablo Motos. Este pasado martes 9 de enero, fue el turno de Javier Gutiérrez y Nathalie Poza, quienes iban a promocionar el thriller con tintes de comedia negra Honeymoon, que se estrena en cines este viernes 12 de enero. Aprovechando la visita de ambos intérpretes, el programa quiso tener un detalle tanto con ellos como con el público. Por eso, mostró uno de sus rostros más desconocidos.
Antes de comenzar la entrevista, el formato mostró una de sus zonas que nunca se había visto: el taller de carpintería. Se trata de unas de las instalaciones más importantes del programa y que nunca había aparecido delante de la pantalla. El motivo fue porque el actor ganador del Goya por La isla mínima y El autor tiene el ritual de tocar madera antes de salir a escena. Por ello, el intérprete asturiano se paró unos segundos en el estudio donde había varios trozos de madera.
Por supuesto, esta situación provocó que el propio Pablo Motos aprovechase para explicar a la audiencia la importancia que tiene el taller de carpintería para el buen funcionamiento del programa. “La mitad de El Hormiguero se hace en este rinconcito. Nunca lo habíamos enseñado”, revelaba el conductor.
La presencia de Gutiérrez y Poza recordaba cómo el programa es también plataforma de difusión para proyectos más pequeños. Ambos actores acudían para promocionar una película que carece de la financiación de grandes televisiones detrás, no estando ni Atresmedia ni Mediaset ni RTVE. Según narra la propia distribuidora de la película, Filmax, Honeymoon es una película que narra cómo “Eva y Carlos son un matrimonio en destrucción, una pareja en ruina”. “Ya no les une nada, hasta que una circunstancia inesperada los lleva a emprender un viaje geográfico y emocional, con el fin de conseguir dinero para remediar una situación que les ha cambiado la vida”.
“Es un viaje de huida y vuelta el que propone Quique Otero”, señalaba Nathalie Poza. “Con los tiempos que corren, me enorgullece decir que es una historia de amor. Por fin he podido hacer esta rara avis, como la define avis, que es una película absolutamente excepcional. Está totalmente deslocalizada, mezcla géneros, recuerda a los hermanos Coen, es muy setentera, y tiene mucho sentido del humor”, proseguía.
Gutiérrez comparaba el film con una historia “a lo Bonnie y Clyde”. “De un dramón, a un humor muy negro con toques de thriller, a la road movie. Es un Bonnie y Clyde contemporáneo”, afirmaba. Una producción que ha resaltado los más de 30 años de amistad de ambos actores, algo que han trasladado a la gran pantalla para encarnar a un matrimonio de muchos años.
“La primera vez que vine a Madrid, que llegué con 18 años fantaseando con la idea de ser actor, me encontré a esta mujer. Era el Día de la Madre y yo estaba currando. Le di unas 2.000 pesetas para que le comprara un regalo a mi madre, hasta ese punto. Y luego la vida y la profesión nos ha llevado a encontrarnos muchísimas veces en el teatro, en la tele y en el cine”, recordaba Gutiérrez.