En el restaurante de First Dates, el programa de Cuatro ha reunido en la noche de este jueves a María, una chica de 19 años, con Nacho. Ella se define como una persona fría, que no ha tenido ninguna relación, pero que soñaba con ir al programa desde que cumplió la mayoría de edad; su prototipo serian los chicos morenos, con ojos verdes, y pijos. Sueña con casarse, y tener cinco hijos. Él, por su parte, se definió como amigo de sus amigos, y amante de las mujeres, aunque ninguna “ha conseguido cautivarme”.
El encuentro comenzó con puntos en común; los dos veranean en Rota, aunque él es de Jerez, y ella, de Sevilla. Al ponerse al día sobre cómo son sus vidas, María explicó que estudia en una universidad privada en Bromujos, su pueblo, porque la nota de selectividad no le alcanzó para la universidad pública. “En enfermería pedían un 12,4 y yo tenía un 6,14”, reconocía María. “Tú te has hartado de trabajar para la selectividad”, le respondía con humor su pareja. Una frase que a otra persona le podría haber sentado mal, pero que a la soltera le cayó en gracia. “Tiene una risa muy contagiosa, y eso es un plus”, decía en el confesionario.
Siguiendo con el asunto de la carrera, Nacho preguntaba que cuál era la nota más baja que había visto. “En Barcelona”, respondía ella. “Uf, en Barcelona. Está curioso Barcelona. Son de la hermandad del puño”, sentenciaba el comensal. “Qué poco les gusta soltar los cheles, ahí”, insistía el jerezano. “Mi madre es catalana”, le contaba ella. “Menuda patinada, derrape gordo que he pegado, soy un poquito bocazas”, reconocía entonces el andaluz.
María quería saber cómo es la chica ideal para Nacho. “Que sea mona, y personalmente, no sé, que sea divertida y que sea de derechas”, sentenciaba él. “Es importante. Yo todo lo que sea de izquierda no...” continuaba diciendo. “Se puede ser de izquierdas y ser buena gente”, le cortaba María. “Es que eso no es compatible”, sentenciaba el de Jerez. Ella quería saber qué sucedería si le dijese que es de izquierdas. “Que no eres de izquierdas, se nota”, le aclaraba. Y añadía, en el confesionario: “Es más de derechas que Mariano Rajoy, nada más hay que verla”. A pesar de todo, María insistía en que conoce “gente que es de izquierdas y no lo parece”, al menos, si no hablas de política.
A la hora de decidir si tendrían una segunda cita, María estaba a favor y dijo que sí, aunque con timidez.Nacho, sin embargo, prefirió no volver a quedar con ella, porque le faltó complicidad.