Jordi Évole no se ha quedado callado. Después de que un sector del independentismo catalán sacase de contexto una frase suya en el programa Col·lapse de TV3, en el que hablaba de ‘españolizar’ a la cadena autonómica, el periodista no ha dudado no sólo ha reaccionado en la radio, dado que habló en el programa Aquí Catalunya, sino que ha escrito una amplia columna de opinión en la que retrata a esta ala del independentismo radical. “El objetivo es deshumanizar, linchar al disidente, sacarlo lo antes posible de circulación, si ven peligrar su relato”, manifiesta.

El director y presentador de Lo de Évole ha escrito en su columna en La Vanguardia sobre la polémica, señalando cómo ésta ya partía de una premisa artificial y manipulada. “No pasó nada hasta el lunes [refiriéndose a su intervención en Col·lapse], en que un usuario de la red X [antes Twitter] colgó mi intervención en TV3. Lo hizo con audacia: sólo colgó 25 segundos y no el minuto y medio que duró mi respuesta a la pregunta sobre la españolización de la tele pública catalana”, escribe.

En plena promoción de la quinta temporada de su programa para el prime time de laSexta, que ofrecerá este domingo 28 de enero un episodio dedicado a la tragedia del accidente del vuelo 571 de la Fuerza Aérea Uruguaya en la cordillera de los Andes en 1972 y que ha retratado J.A. Bayona en La sociedad de la nieve. El barcelonés acudió al programa que dirige y presenta Ricard Ustrell en TV3.

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Évole habló sobre la ‘españolización’ de la televisión autonómica en el sentido de realizar proyectos que pudieran trascender el ámbito regional, logrando una mayor penetración de la cadena y también otra imagen. Unas palabras relacionadas con la difusión de formatos locales para el resto de España. Évole comparte en su columna cómo dos ciudadanos catalanes, una antigua simpatizante del procès y un actual militante de Junts, le felicitaron por el programa antes de que estallase el revuelo.

Jordi Évole durante una entrevista EFE

“Al día siguiente, domingo, seguí recibiendo mensajes. Nadie me habló de ninguna polémica. Al contrario”, comparte. Évole no sólo habla de cómo en redes sociales se tergiversaron sus palabras. “El corte [la parte de las declaraciones] iba acompañado de un texto muy sutil: ‘Me parece increíble que no se esté linchando a este energúmeno (o sea, yo). Al ministro Wert se le pusieron cuernos y cola por menos’”, reprodujo el periodista.

Évole hace referencia a cómo la palabra ‘españolización’, sectores independentistas la relacionan solamente con las palabras del exministro José Ignacio Wert. A pesar de ello, el periodista recuerda que la manera en la que él se refirió al término era un sentido muy distinto. “Da igual que yo lo utilizase de otro modo, en otro contexto, con aclaración a posteriori”, escribe, para luego hablar de “la élite tuitera indepe, algunos a sueldo de juntsvergència” y de cómo está ha interpretado de forma maliciosa sus palabras.

Jordi Évole, en una foto de archivo.

"Decidieron malinterpretar mis palabras"

Decidieron no querer entenderme, o malinterpretar deliberadamente mis palabras. Así les resultaba más fácil ponerme en la picota, desacreditarme, hacer una caricatura y pintarme como un monstruo que odia lo catalán”, escribe en su columna, recordando cómo medios independentistas han cargado contra él. De la misma forma, Évole ha recordado cómo recientemente, vivió algo similar por su entrevista al líder de ETA y terrorista Josu Ternera. “Envueltos en la bandera española, que consideran de su propiedad, me llamaron etarra, terrorista, antiespañol. Ahora eran los del lado contrario los que ponían en funcionamiento la máquina del fango. Facha, ñordo, español de mierda”, manifiesta.

Y es justo cuando Évole habla de cómo estos grupos independentistas buscar “deshumanizar” a todo aquel que no piensa como ellos. “Lo llaman democratización de la opinión. Salen en tromba en las redes sociales. Como una manada. Como una jauría. Ahí son los putos amos, que diría Guardiola. Aunque si te los encuentras y les rebates, se convierten en la Patrulla Canina”, expone.

El periodista termina su columna recordando cómo al día siguiente de crearse la polémica, recibió llamadas tanto de personas que sufrieron un acoso similar como de aquellos acosadores “profesionales de lapidar y ajusticiar públicamente al enemigo”, terminando con una nota esperanzadora, al hacer referencia de las primeras impresiones que tuvieron sus declaraciones antes de que surgiese el revuelo por redes sociales.