Eva Soriano vuelve pisando fuerte. La humorista estrena este lunes 5 de febrero la segunda temporada de Showriano en Movistar Plus+. Lo hace con una puesta por todo lo alto, dado que la primera invitada es la mismísima Belén Esteban. La de Paracuellos acaba de estrenar en Netflix la segunda parte de su reality, Sálvese quien pueda, que ha protagonizado junto con otros excolaboradores del extinto Sálvame. Un regreso con el que la presentadora y cómica viene sin pelos en la lengua. “Me veo como una vedette del siglo XXI”, confiesa.

La ‘princesa del pueblo’ es la primera invitada de esta segunda temporada. Una entrevista que la presentadora reconoce disfrutar. “Me parece una persona divertidísima, no la conocía de antes. Lo que he aprendido a la hora de hacer entrevistas es que hay personas como Belén Esteban o como Paulina Rubio a las que deben dejar que hablen, que sean ellas las que lleven la conversación. En el caso de Belén, ¿qué voy a aportar yo a alguien que ha estado 14 años en un programa de televisión de cuatro horas diarias manteniéndolo al pie del cañón? Belén tiene la habilidad de enganchar cuando habla, aunque puedas perder el hilo. Es fascinante”, explica Eva Soriano en un encuentro con la prensa, en el que estuvo BLUPER, tras grabar el primer programa del show.

Eso sí, reconoce que no todos los invitados han logrado tener tanta buena química con ella, tanto en Showriano como en su programa de radio, Cuerpos especiales, que se puede escuchar en Europa FM. “Igual que disfrutas mucho con un invitado, te puede pasar todo lo opuesto. Intento predicar con lo que digo y me ha pasado de personas que no les apetecía venir al programa. Yo les digo que no hace falta que vengan. Tuve a un invitado en la radio que me dijo que lo habían traído ‘engañado’. Pues le dije que podía irse. Nadie le obligaba a estar en un sitio donde no estaba a gusto”, confiesa.

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La presentadora no puede ocultar su entusiasmo ante esta segunda temporada. “Como toda parte que tiene continuidad, espero que no se me quede mucha gente dormida en el sofá. Aunque lo que más deseo es tener la acogida que tuve el año pasado. Como todo nuevo proyecto que comienza, pues los inicios no son fáciles, toca saber posicionarse. Creo que tuvimos un impacto bastante bueno, con muy pocas entregas llegamos a un público que considero que es el mío y al que quiero llegar. Lo único que le pido a esta segunda temporada es que la gente que compró Showriano en la primera tanda, siga apoyándonos”, comparte.

Haciendo gala de su humor, Soriano ha dejado un mensaje muy claro para aquellos espectadores que no se asomasen al formato en la primera temporada y estén pensando en darle una oportunidad. “Es un programa de media horita que te lo ves en un chimpún, que tiene canciones, videoclips, invitados y una presentadora que tiene un culo que parte nueces. No sé qué más necesitan”, comenta entre risas.

Eva Soriano, una humorista 360

Entre las novedades es el haber logrado darle una mayor sensación de amplitud al plató, que la propia Eva Soriano se encarga de desmentir. “Mucha gente lo ha dicho, que el plató es más grande. No es que lo sea, es que lo hemos reestructurado, lo hemos abierto un poco más y lo hemos centrado. Ahora, parece como la entrada de un escenario y esa parte del decorado es un poco más grande. Donde sí se nota el aumento del presupuesto es que hemos incluido unas estupendas pantallitas leds que amplían la sensación de que el plató es más grande”, detalla.

Eva Soriano sería la plena definición de ‘mujer orquesta’. Es presentadora, humorista, monologuista, locutora de radio y, además, ha demostrado tener dotes para el canto, el baile y la interpretación, dado que ha estudiado Arte Dramático en la escuela de cine y teatro Metrópolis de Madrid, donde reside. Sobre si se siente más cómoda en una de sus facetas, la conductora de Reus responde una pregunta: ¿por qué quedarse sólo con una?

"Me veo como una vedette del siglo XXI, me siento una 'mocatriz'. Toco todos los palos"

“Me siento como una vedette, una del siglo XXI. Me siento como una ‘mocatriz’ totalmente. Creo que voy tocando diferentes palos. Lo importante en esta profesión es diversificar. Se me da bien la comedia, vale, pero también sé cantar. Por ello, ¿por qué no voy a hacerlo? Pues canto. Me gustaría hacer comedia musical. Mi profesión y mi carrera parece que se va montando según los deseos de una niña de cinco años, cosa que se le pasa por la cabeza, cosa que hace”, explica.

Soriano busca crear en España un movimiento que impulse una mayor popularidad de la comedia musical. “Es una cosa que, en este país, hace tiempo que no se hace, desde La Trinca, diría yo. No tenemos cultura de comedia musical, al menos en el nivel de Estados Unidos. Por eso, estoy intentando poco a poco ir creándola y espero conseguirlo”, comparte, aunque revela que tiene cierta debilidad por el teatro, concretamente en hacer shows de comedia en vivo, de stand up.

“Honestamente, lo que más me gusta es actuar en teatros, los shows en directo de stand up. El estar con la gente y saber que se ha creado un clima en el que surgen ciertas licencias que sólo pueden producirse en un lugar como ese. La gente lo disfruta y se pasa a otra cosa. No hay un soporte visual. Estamos en un punto en el que un vídeo, una entrevista o el fragmento de lo que sea se puede sacar de contexto y hacer daño con ello”, expone.

La televisión no es lo mismo que la comedia stand up

“O, incluso, decir algo que no deja una imagen amable de ti mismo o expresar algo que no predica con tus propios ideales. Pero, claro, se dice dentro de un contexto, uno que no tiene nada que ver con la televisión u otro tipo de formatos. En el teatro, hay una especie de contrato con el público, donde se permiten estas licencias. Entonces, todo es mucho más libre, hablando especialmente sobre la comedia. Por supuesto, es un ambiente concreto, en la televisión surge otro tipo de humor”, recalca.

“En televisión, hay un timing. Dura 30 minutos, así que tengo una escaleta con la que tengo que cumplir. En el teatro, el tiempo corre de otra forma y me lo estructuro como considero. Al final, soy yo con el público. En televisión o en radio, hay todo un equipo detrás. Ahora bien, reconozco que es importante tener un buen impacto para poder contra toda la oferta de teatro que hay. Hay mucha gente haciendo comedia y gente muy buena”, explica.

“La competencia es altísima. Con lo cual, contar con un soporte radiofónico o audiovisual para posicionarte en un lugar es una buena forma de destacar. Al final, la televisión o la radio, el poder contar con tus programas, sirven también de escaparate para un show de teatro”, reconoce.

"Las humoristas estamos viviendo un momento de cambio, pero va a cuentagotas"

Soriano valora que está habiendo un cambio en lo referente a mayor representación femenina en el ámbito del humor. “Está habiendo un cambio de escenario, aunque creo que de forma muy lenta y a cuentagotas. Al final, a proporción, el número de cómicas o comunicadoras es mayor del que está en televisión o en radio. Mi caso no es lo habitual, el contar tanto con un programa de radio como uno de televisión”, expone, señalando también que hay otros casos como los de Inés Hernand o Carolina Iglesias, aunque señalando que mucho, como los pódcasts, “son de producción propia”.

“El escenario está cambiando poco a poco. La industria sigue estando en un escenario muy masculinizado. Independientemente de que haya más mujeres en primera plana, la estructura sigue siendo muy masculina. El trabajo sigue siendo más laborioso, porque no es lo mismo tener una interlocutora femenina, porque al final puede tener unos códigos que compartes. Lo que buscamos es la paridad, porque cuando presentas un proyecto y el resto de personas no lee tu código, se provoca una barrera”, expone.

“Incluso, más que el sexo, también te toca enfrentarte a una lectura que no esté actualizada. Por ello, estoy muy agradecida a que Movistar me haya dado esta capacidad de poder hacer esto, contar con un presupuesto bastante amplio. El poder hacer entretenimiento en el que la voz cantante sea femenina”, razona Soriano, señalando que su humor “no es algo enfocado sólo en mujeres”, sino pensado “para todo el mundo”.

Diferentes voces en la comedia

Ahora bien, reconoce también que cuesta todavía quitarse ciertos sambenitos. “También nos equivocamos, cuando una mujer hace algo, automáticamente hay quien pienesa que es para chicas. Tenemos que romper esos conceptos”, explica, reconociendo que en sus shows de teatro, tiene “un público muy amplio y de edades muy diferentes”.

La presentadora también reconoce que tiene cierto público y cómo la difusión tanto de pódcasts como de distintos tipos de formatos han impulsado el que surjan voces diferentes, tanto de mujeres cómicas como de personas pertenecientes a diferentes colectivos. “Varias veces hago como ‘apartes’. En el programa, si te fijas en buena parte de la audiencia, al final sacas algún comentario. Por ejemplo, tanto el colectivo LGBT como las mujeres hemos estado huérfanos de contenido”, manifiesta.

"Ahora existe el humor con el que las mujeres y el colectivo LGTB nos sentimos representados"

“Había bromas que no nos hacían ni pizca de gracia o alguna que quizás te reías al principio, pero te dabas cuenta que se repetía. De repente, ahora hay toda una variedad en la que se asoman diferentes discursos”, explica, para después recordar que las cómicas han tenido que hacer mayores esfuerzos para posicionarse en diferentes que sus compañeros varones.

“Estamos en 2024, yo comencé en 2016. En 2018 fue cuando estuve en Late Motiv. Durante esos dos años que hubo hasta que entré en el programa, hice varios castings. Normalmente, éramos dos cómicas y varios cómicos. Usualmente, contrataban a cuatro hombres y sólo una mujer. Entonces, inconscientemente, veías a la otra compañera como una rival. Aunque las dos seamos muy buenas y superemos a alguno de nuestros compañeros masculinos, sólo contrataban a una”, detalla.

“Recuerdo que siempre me encontraba con Valeria Ros y la escogían a ella, porque es muy buena. Lo hemos hablado ella y yo infinidad de veces. Nunca quieres odiar a esa compañera contra la que te hacen competir. Lo analizas ya en retrospectiva. Ahora sí que ves formatos en los que hay muchas mujeres, en los que se prima por elegir el talento y si dos cómicas son muy buenas, entran las dos. Y están funcionando muy bien. Pero hemos tenido que llegar a 2024 para comenzar a ver cosas así”, argumenta.

Más mujeres en pantalla

“Antes, sólo veías a más de una mujer profesional en televisión en programas de corazón, que no digo que no esté bien, pero era encasillarnos en una categoría. Ahora, estamos demostrando que somos igual de válidas en otros ámbitos. Nos tiene que parecer inconcebible que una mujer no pueda tener las mismas oportunidades que sus compañeros varones”, prosigue.

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"Concibo el humor como un arma reivindicativa y no aleccionadora"

Soriano defiende poder reivindicar discursos a través del humor. “Cualquier tema me parece guay. Mis monólogos tienen una estructura en los que a mí me gusta mucho hablar de cualquier chorrada”, explica. “Creo que, al final, el humor sirve precisamente para quitarle peso a lo que estamos viviendo, pero también para reforzar discursos. Quiero visibilizar lo que está ocurriendo en la sociedad, desde un tono amable, a sabiendas que abordamos temas graves. Por ejemplo, vemos que falta mucho camino por recorrer respecto a muchos temas”, manifiesta.

“Es curioso que sean siempre señores los que salgan implicados en situaciones de abuso de poder. Igual está fallando algo. Pero, insisto, en mis monólogos lo que prima es la comedia. Ha habido chistes de todo tipo, aunque algunos hayan rascado más que otros, pero todos son humor”, continúa. “Concibo la comedia como un arma reivindicativa, pero nunca aleccionadora”, aclara.

“Me gusta hacer pensar, pero jamás diré cómo debe reflexionar una persona o cuál debe ser su opinión. Me encanta que haya distintas voces, enriquecen las conversaciones. Eso sí, que tú tengas tus ideas está bien, pero que tu libertad de expresión no signifique que debe recortar la mía propia”, exclama.