La vida de Lydia Lozano cambió de la noche a la mañana el pasado 5 de mayo de 2023 cuando todo el equipo de Sálvame se enteró por una filtración a la prensa de la cancelación del mítico formato de corazón. Tras catorce años siendo una de sus colaboradoras estrella, el futuro de la periodista quedaba en el aire, no solo por esta polémica cancelación sino por el veto que impuso la cadena a muchos de ellos.
Sin embargo, aquello se convirtió en una auténtica oportunidad y Lozano se ha convertido en una de las estrellas de TVE, primero como colaboradora de Mañaneros y ahora como concursante de Baila como puedas, el nuevo programa de baile de la cadena presentado por Anne Igartiburu.
Allí tendrá que enfrentarse a otros siete famosos entre los que se encuentran Fabiola Martínez, Álvaro Muñoz Escassi, Ana Guerra, Jaime Astrain, el Maestro Joao, Sabrina Salerno y Nicolás Vallejo-Nágera. Todos ellos serán las celebrities que asuman el reto de aprender, de la mano de 16 bailarines profesionales, complejas coreografías. De su rendimiento dependerá la continuidad de estos profesionales.
- ¿Te dio mucho vértigo cuando acabó Sálvame?
- Para mí fue como si me hubieran cortado al cabeza, fue una decapitación. Llevaba 25 años en Telecinco. Yo soy hiperactiva para el trabajo. Como dice Jorge Javier: "Yo no estoy para chupar cámara", como han dicho siempre mis compañeros, estoy porque me gusta trabajar. Soy un culo inquieto. Me vino muy bien porque he escrito un libro, mi libro. Me ha venido muy bien para la mente. Porque quedarme sin trabajo no era irse al paro, era cambiar mi vida. Y ahí es cuando me di cuenta que los que nos habíamos ido a Netflix, que fue un regalo de Dios, éramos como los vetados.
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La cancelación de 'Sálvame' para mí fue como si me hubieran cortado la cabeza, fue una decapitación.
- Pero no te han faltado oportunidades...
- Sí, me han llamado de muchísimas cosas, pero que no he podido. Y estoy en Mañaneros, ahora aquí... De repente me llamó Zeppelin y no pregunté nada. Tenía que haber preguntado algo más porque no me puedo ni mover.
- ¿Qué le dirías a esa gente que se piensa que trabajar en televisión es ir un ratito, pasarlo bien y cobrar una pasta por ello?
- Hay un señor que ha dicho que ser colaborador significa que vemos las noticias en Twitter o en Google antes de sentarnos. En todos los programas que he estado en televisión, creo que se ha visto que hay un curro detrás, empezando desde Tómbola hasta los debates. Yo es que alucinaba con mucha gente que iba a los debates y me preguntaban que quién estaba nominado. Y como mi memoria es así de frágil, pues yo me apuntaba a nominados. Pero es que yo me veía las galas hasta las 02:30 de la madrugada y luego hay gente que se acuesta a las 11, que ha salido a cenar y con verse los comentarios en Twitter tenía bastante. Ningún presentador puede decir de mí que ya no soy una curranta. Y eso es lo que yo me llevo. Yo trabajo con los mejores: con Jordi González, con Jorge Javier Vázquez... Si aceptas estar en un debate, te tienes que currar todas las galas.
- ¿Temías un poco al código que hubiera en TVE tras tantos años en Telecinco?
- Eso es lo que la gente piensa. Nunca me dijo Eduardo Blanco, que es el director, no se puede hablar de esto, prohibido hablar de esto, cosa que en Telecinco los dos últimos años teníamos una lista de vetados que te mueres para hablar. Por ejemplo, para hablar de Kiko Rivera yo tenía que decir el hermano de Chabelita. Y todos los que tenían demandas no se podían nombrar. Entonces, en un debate que estás eufórica, tenía que decir el hijo ese que tuvo un infarto, que está casado con la peruana que es una hija adoptada de Isabel Pantoja... Yo no podía decir la revista Hola y, de repente, me dijo Eduardo Blanco: 'Haz el favor de no volver a decir la revista del saludo'. Yo venía con el chip de Telecinco que decíamos: '¿De quién vamos a hablar? ¡Si están todos vetados!' Y aquí tengo una libertad que yo pensé que nunca iba a tener.
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Ahora ves los programas y no me extraña que la gente siga echando de menos a 'Sálvame' porque era desatino.
- Entonces, ¿eres feliz en esta nueva etapa?
- Esto es un regalo. Aunque me duela todo el cuerpo, pues es la alegría de mi vida.
- También has salido de tu zona de confort tras tantos años haciendo lo mismo...
- ¿Lo mismo? Sálvame era una programa que nunca sabías de cómo entrabas y cómo salías. Y cuando la tarde iba así empezaban los ataques. Mira, Antonio Tejado ha sido ahora detenido. Todo el mundo ponía ayer en Twitter: '¡Qué maravilla que esto lo comentase Sálvame'. Ya me imaginaba a Josep Ferré vestido de Antonio Tejado. Salta la rana sería asalta la casa. Yo me imaginaba haciendo un chuminero imitando a María del Monte y diciendo Asalta la casa. Y decía: '¡Qué aburrido!' Entonces ahora ves los programas y no me extraña que la gente siga echando de menos a Sálvame porque era desatino.
- ¿Cómo se vivía con tanto ataque? ¿Cómo volvíais a ser amigos?
- A ver, yo la cabeza no la tengo muy bien por eso, la tengo algo perjudicada. Era duro el el que de repente te diesen caña y un abracito en directo cuando te estás acordando de toda su familia.
- ¿Has necesitado de ayuda psicológica?
- No, porque tengo mucho respeto a los psicólogos. Creo que se volverían locos conmigo.
- Pero, ¿te sentabas luego a arreglar los conflictos con ellos?
- Había muchos mensajitos de noche: 'Lydia, mi gordi, que que te quiero, que tal'. Y ahí volvía a llorar porque yo lloro más con un halago que con una crítica.
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Esa televisión familiar que quiere.. Mira, no puedo hablar de esto.
- ¿Os vamos a volver a ver en directo?
- Te juro que no tengo ni idea. Hemos oído cosas, pero yo no tengo confirmado que tenga que preparar la maleta. Ojalá.
- ¿Y algún programa con tus compañeros en TVE?
- Todos habláis de Sálvame, pero a mí me duele que nadie hable del Deluxe. Esa televisión familiar que quiere.. Mira, no puedo hablar de esto.
- ¿Has podido ver Bailando con las estrellas?
- Yo a las 10:30 estoy en la cama porque aquí estamos grabando a las ocho y media de la mañana. Es verdad que yo le digo a Charlie: 'Oye, vamos a ver cómo va vestida Valeria Maza'. Soy fan de Sheila Casas, que es muy amiga. ¿Sabéis que es abogada? Trabajaba con Marcos García Montes.