María José Galera y su hija Laura en ‘Gran Hermano’.

María José Galera y su hija Laura en ‘Gran Hermano’.

Bluper

‘Gran Hermano’ vuelve con un triángulo amoroso, un matrimonio, dos hermanas y la hija de María José Galera

Jorge Javier Vázquez condujo una gala en la que hubo algún que otro error, y en la que se jugó con la (presunta) sorpresa de los participantes al saberse elegidos.

6 septiembre, 2024 00:41

Después de siete años, la casa de Gran Hermano ha abierto de nuevo sus puertas a una hornada de concursantes anónimos. Este jueves, Jorge Javier Vázquez volvía a ponerse al frente del reality por excelencia de nuestra televisión, en una gala que aguantó casi una hora sin hacer un corte publicitario para enganchar al público.

La sensación que dejó el reality es la de encontrarse con un viejo conocido. Porque, a pesar de esos años fuera de la parrilla de Mediaset (desde el caso de Carlota Prado), lo que vimos no era novedoso. Un juego de dos casas separadas (una mejor que otra), concursantes que deben guardar secretos bajo amenaza de salir expulsados, y viejos conocidos, con cuentas pendientes, que se reencuentran en Guadalix de la Sierra.

Así, el programa nos presentó a Jorge, un militar gallego de 32 años, que en los castings se enamoró de Violeta. Ella entró de concursante, y, para rizar el rizo, a Violeta le metieron a Nerea, una vieja amiga que se la tiene jurada porque Violeta se enrolló con el chico que le gustaba. El muchacho en cuestión se llama Luis, y también ha entrado en la casa, y se queda a vivir con Violeta y no con su novia. Así pues, partimos con un triángulo amoroso y una posible carpeta, casi nada. 

Qué casualidad, como si no hubiera gente en el mundo”, exclamaba Violeta. Y sí, parece que entre esas 100.000 personas que nos cuentan que se han presentado no había lugar para meter a un puñado de desconocidos a convivir ante las cámaras, que hay que llevarse los dramas de fuera para que la cosa funcione. Y eso que todavía no habíamos conodido al matrimonio, o a las dos hermanas que también entraron más tarde.

La gala fue ágil, aunque no por ello dejó de tener algunos errores. Desde cúes que no ponen el texto a Jorge Javier Vázquez y provocan retrasos hasta la metedura de pata del nombre de los elegidos. Así, por ejemplo, Ion Aramendi se deslizó por una pared de Mediaset para deslizar la foto de un concursante, Adrián, pero Jorge Javier llamó a Ruvens, quien todavía no se sabía concursante de pleno derecho.

Y, por si fuese poco, hasta Aramendi admitió que el que había hecho el show no era él, sino su doble, al que tuvo el detalle de mencionar, Dieguito. Para qué mentir, si era evidente que era un especialista ese señor vestido de negro de arriba abajo que habíamos visto en nuestro televisor.

La hija de María José Galera

Poco a poco conocimos a Edi (Eduardo, que fue anunciado en El Diario de Jorge), a la colombiana afincada en Barcelona Daniela (que asegura que el universo sabe que ha nacido una estrella con ella), la cántabra Maite, el boxeador Adrián y el cineasta Ruvens.

Sin venir mucho a cuento, Jorge Javier Vázquez dio paso a una actuación de Ana Mena. Pero tenía una explicación: presentó su nuevo sencillo para anunciar a otra concursante, alguien que estaba en el plató, y que no se lo esperaba. “Hay un relevo generacional”, cantaba Jorge Javier Vázquez con la melodía del tema Contar mentiras de Ana Mena. Y es que la elegida para irse a la casa donde todo se ve y se oye es Laura, hija de María José Galera, presente en el programa junto a otros históricos concursantes del formato.

Nerea y Violeta en ‘Gran Hermano’.

Nerea y Violeta en ‘Gran Hermano’.

Allí, Laura dejó las costuras al aire de cómo el reality ha jugado sus cartas este año. Ha confirmado a los concursantes que entrarían en la casa, luego les decía que, finalmente, no serían participantes, para, a última hora, decirles que sí. La misma técnica que se había usado, por ejemplo, con Edi. Ella partía con cierta ventaja: sabe que hay dos casas, y que hay un triángulo amoroso, pero no puede decir ni mu, o saldría expulsada de forma inmediata.

Más tarde conocimos a Vanesa y Javi, matrimonio al que separaron viviendo en casas diferentes, a Elsa, una bilbaína a la que Payasín tiró una tarta como bienvenida, y a Juan, un bailarín y coreógrafo, y al vasco Óscar, quien cuenta sin tapujos que no tiene un duro. Y a estos sumamos las hermanas Lucía y Silvia.

Sin mucha sorpresa a estas alturas, Jorge Javier le encargó una misión a ambas: fingir que no se conocían. Algo que ya se había explotado en el pasado en este mismo reality. Por último, y con el reloj acariciando las dos de la madrugada, el programa anunció a su último concursante, el DJ que amenizaba fuera de las instalaciones, Vulcan, que fue anunciado cuando Jorge Javier parecía cerrar el chiringuito.

Ahora habrá que ver qué juego dan dentro de la casa todas estas personas. De lo que no hay duda es que Telecinco seguirá apostando por ellos, y que, delante de nosotros, tenemos a más de uno y de dos individuos que darán hora de entretenimiento. Y es que, siguiendo la corriente habitual de Mediaset, alguno ya tiene garantizado una participación en Supervivientes u otros realities de la casa. Porque hasta los que pasaron por Secret Story han tenido segundas oportunidades, como sucedió en aquel ¡Vaya vacaciones!. Como decía Daniela, el universo televisivo sabe que hoy, al menos, ha nacido una estrella.