David Broncano ya está en la tele de todos. La Revuelta se ha estrenado en Televisión Española y lo ha hecho sin perder ni un ápice de la esencia que encumbró a La Resistencia en Movistar Plus+ a lo largo de siete temporadas. Además de intentar competir de tú a tú contra El Hormiguero, la pública se ha puesto manos a la obra para captar a un espectador que busca otro tipo de contenidos en la pequeña pantalla.
Pasadas las 21:40 y bombo en mano, Broncano aparecía en La 1, irrumpiendo como un terremoto en el escenario del teatro Príncipe de la Gran Vía. El presentador se ha lanzado a romper con su propio cuerpo telas con mensajes como "desigualdad", hasta que se le ha colocado un enorme lienzo de la bandera rojigualda. El jiennense se ha frenado: "romper España" en la primera entrega no parecía buena idea.
Quedaba claro: David iba a ahondar en 'access prime time' las polémicas que acarreó su fichaje por la Corporación. "Se han dicho muchas cosas que no son verdad estos meses. Quería decir, por aclarar, tres cosas", avanzaba el comunicador andaluz.
"No me ha puesto Pedro Sánchez, como si yo fuera aquí su primo tonto del pueblo. No cobro 14 millones de euros. Lo he intentado, pero no. Hay que pagar a esta gente. Y esos 14 millones no salen de los enfermos de ELA ni de la Guardia Civil", ha señalado el maestro de ceremonias.
No tardaría el presidente del Gobierno en volver salir a colación. De la forma más gamberra, por cierto. Cuando Ricardo Castella y Grison saludaban a los televidentes de La 1, el segundo se descamisaba y enseñaba orgulloso su pectoral tatuado con la cara de Sánchez. En el otro pecho, el retrato del otro hombre en discordia, el conductor del programa de Trancas y Barrancas.
Broncano y los suyos han querido bordear los límites, como hacían en la empresa de Telefónica. En una de sus interacciones con el aforo, Castella ha comentado: "Broncano, ¿me estás diciendo en serio que no le vamos a lavar el cerebro a toda esta gente? Yo pensé que al final del programa la mitad serían gais y la mitad MENAS".
Después, hacía su aparición estelar Jorge Ponce, gruñendo por "lo flojo" del nuevo título de La Resistencia. El socio de David ha sido el encargado de subrayar a la audiencia ciertos detalles, como la alarma de 'la pregunta parlamentaria'. Esta se activará cada vez que se trate un asunto susceptible de ser abordado en el Congreso de los Diputados. No cabe duda de que David ya está preparado: "Por este programa se va a preguntar mucho".
La cosa ha ido de señales sonoras, pues, antes de las 22:00 horas -horario protegido-, las palabras malsonantes han sido tapadas con un pitido. Así lo marca la legislación. A esa hora, 'un hombre mágico' se colará en plano con su "hasta mañana, niños" y dará por empezado el horario adulto.
A La Revuelta no le falta de nada. Ni siquiera sus propias mascotas, a lo Trancas y Barrancas. Son tres y sus nombres son Divulgación, Respeto y Agustín. O, lo que es lo mismo, un conejito, un perro y un hombre trajeado. La entrada de los entrevistados también se producirá de manera surrealista: en tirolina, en una cabina de teletransporte -Ponce se ha empeñado en demostrar su eficacia- o incluso portando un plato colmado de sopa.
Hablando de invitados, el primero de la nueva etapa de La Resistencia ha sido toda una declaración de intenciones. David Broncano ha decidido romper con Motos, con Carlos Latre y con su propia tradición en la época Movistar, y no anunciar al invitado que apadrinaría el estreno de La Revuelta.
Tras la sección de la cómica Lalachus, entraba en el 'set' un entrevistado de presunto perfil más bajo que la que visitaba el 'show' de Antena 3 a esa misma hora, Victoria Federica de Borbón. El campeón del mundo de surf adaptado Aitor Francesena ha sido el elegido por el formato que producen El Terrat y Encofrados Encofrasa.
El surfista ciego, lejos de recrearse en el dolor de su historia personal -perdió la vista muy joven-, ha sido la mejor representación de la vocación de servicio público que debe albergar La Revuelta, ahora que su casa es La 1. El de Zarauz ha hablado con toda naturalidad del deporte que practica, tirando continuamente de chascarrillos típicos del País Vasco, su tierra.
Como colofón, las cuestiones clásicas que muchos dudaban que tuvieran cabida en la televisión pública. "Lo tengo debajo del colchón, con un colchón en Suiza" y "desde que amanece, apetece" han sido las respuestas de Francesena a las preguntas del dinero y el sexo.