¿Pero, exactamente en qué piensa cada vez que se viste Victoria Abril? Y eso que asiste a la Semana de la Alta Costura de París. Ella quiere destacar y lo consigue. Por segunda vez vuelve a protagonizar nuestra galería de los horrores. Peinado, vestido excesivo... Todo en ella estila poco glamour.
Unas por derroche de esfuerzo y otras por quedarse cortas. Pilar Bardem hizo gala de su aire de superioridad haciendo ver que no se preocupa de vestirse porque le parece snob. Menos mal que su sentimiento no abunda, la moda estaría abocada al ostracismo.
Sorprenderá la inclusión de asiduas en las listas de mejor vestidas. Penélope Cruz no sale de su palabra de honor y el sempiterno moño que no le favorece.
María Adánez se pasó de llamativa y con las aberturas, pero nos quedamos tristes al comprobar como una Juliette Binoche abusa de escote y lleva una cola de caballo bastante extraña. A ciertas edades mejor no experimentes por mucho que seas Juliette y lleves un Loewe.
Paula Ortiz o Nathalie Seseña se creen que viven en el siglo XVIII donde los tornasolados en terciopelo, con tules y formas decimonónicas te hacen más elegante. Deja a tu abuela que experimente con esas épocas. En serio, no favorecen a nadie.
Los hombres tampoco se libran de nuestra crítica: entre la desidia de Pablo Igleisias, Tim Robbins en un traje anticuado tres piezas o Fernando Esteso y Andrés Pajares sin fajín dejan claro que un esmoquin, también, puede ser feo.