'Brooklyn', en 18 tuits
Este viernes llega a las pantallas lo nuevo de John Crowley, una película que narra el viaje desde Irlanda de una joven inmigrante que trata de labrarse un futuro en Nueva York.
Noticias relacionadas
1. Saoirse Ronan es Eilis. Joven irlandesa que emigra a Nueva York en los años 50. Otro ladrillo en el muro de la inmigración de primera generación.
2. Pelirroja, ojos agua verdosos, vistiendo siempre el verde hierba de los prados de Enniscorthy. Una irlandesa que las contiene a todas.
3. Brillante e insegura, Eilis no coquetea con chicos como las demás señoritas de la residencia y hasta va a bailes de la parroquia a socializar.
4. Pero, oh, todo cambia cuando el corderito conoce a un italiano que intentará conquistarle el corazón.
5. La una aprende a comer espaguetis, el otro grita mucho y habla sin parar de baseball. Qué entrañables caricaturas folclóricas.
6. Cuando Eilis empieza a notar el placer de la libertad en Brooklyn, la depresión llega en todas sus formas al pueblo isleño. Hay que volver.
7. Pero allí recuerda también el calor del terruño, el brillo de la saudade. El placer de volver a lo conocido con otras gafas y otra altura.
8. También pasa que por allí anda un buen mozo. Un irlandés de los de toda la vida que canta cual sireno por retenerla en su verdadero hogar.
9. John Crowley, director irlandés, adapta la obra de Colm Tóibín para realizar este estudio de personaje prototípico tan pequeño como universal.
10. Y en los estofados, rezos y tonadas a concertina le sale una vena nacionalista que tangencialmente se mira en el cine de James Grey.
11. De sus tres actos lo vemos todo. Irlanda, desaturada; Nueva York, sobreexpuesta; y de nuevo la nación irlandesa, ahora menos sombría.
12. Por las peripecias de Eilis, descubrimos que es este un cuento sobre el desarrollo del individualismo en la desarraigada sociedad moderna.
13. El de ella es un papel hecho a la medida de Ronan, que se consagra como talento en firme desde que la descubriéramos en Expiación.
14. Escenografía y vestuario elaborados, pero más complacientes con el lujo superficial que con su compromiso por expresar ideas visualmente.
15. La dirección es impecable. Impecable en el sentido de que ni mancha ni deja huella. Cuando el estilo verité se torna prosaico.
16. Al guión no le faltaban virtudes. El menage a trois es verdaderamente cómico, y el malmeter de las censoras figuras femeninas, casi chispeante.
17. Pero el halo amable de esta historia de inmigrantes y lo anodino de la puesta en escena hace que nos suene a mil veces visto.
18. Lástima que la película juegue a quedarse en esta media liga, a sentirse como un Terence Davis sin garra o capacidad para hacer visibles las raíces.