La Concha pasa de las mujeres
Las Secciones Oficiales de los principales certamenes olvidan las películas dirigidas por mujeres. Este año San Sebastián sólo lleva una directora a competición: Emmanuelle Bercot.
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El viernes da comienzo una nueva edición del Festival de Cine de San Sebastián, el certamen más importante de nuestro país. Lo hace a lo grande, con las visitas aseguradas de grandes estrellas como Richard Gere, Sigourney Waever o Ethan Hawke, así como de directores de culto como Bertrand Bonello o Terence Davies. Una cita con el buen cine, pero no con todo. Las mujeres siguen buscando un hueco en un certamen que las olvida en su Sección Oficial. Una situación que no es nueva. Sólo hay que mirar atrás y ver las ganadoras de la Concha de Oro (el máximo galardón del festival) de las pasadas ediciones. En sólo dos ocasiones fueron películas realizadas por una directora. Hubo que esperar 30 años para que llegara la primera de ellas. Diane Kuris se llevaba el trofeo por Entre nosotras en 1983. La siguiente fue otros 30 años después. La venezolana Mariana Rondón daba el campanazo con Pelo Malo. Y se acabó la cuenta.
La Concha pasa de las mujeres. Un olvido que viene desde la propia selección de la Sección Oficial a concurso, que no las da una presencia importante. Año 2016, 25 películas en la principal ventana del Zinemaldia y sólo una presencia femenina, la de Emmanuelle Bercot con La doctora de Brest. Para paliar un poco la situación, la única mujer tendrá el honor de inaugurar el festival. Bercot también abrió Cannes hace dos años con La cabeza alta, por lo que se consolida como una de las pocas presencias femeninas en los principales certámenes del mundo.
EL ESPAÑOL preguntó a José Luis Rebordinos, director del Festival de San Sebastián, sobre esta circunstancia y aclaró que “no seleccionamos en función del género” y subrayó las obras de otras directoras en otras secciones como Zabaltegui o Nuevos directores. “En total habrá en torno a un 30%, pero es verdad que nos gustaría que hubiera más en Sección Oficial, pero este año ha quedado así”, zanjaba Rebordinos.
El problema es que lo ocurrido este curso no es una excepción. El año pasado también hubo sólo una directora compitiendo por la Concha, Lucile Hadzihalilovic por Evolution. Hace dos se llegó al mejor escenario de los últimos tiempos. De entre las 17 películas a concurso tres (las dirigidas por Mia Hansen Love, Anahí Berneri y Susanne Bier) eran obras de mujeres, un 17% que no se consiguió en 2013, cuando sólo hubo dos directores ni en 2012, cuando Barbara Albert fue la única representante femenina.
No seleccionamos en función del género. En total habrá en torno a un 30%, pero es verdad que nos gustaría que hubiera más en Sección Oficial, pero este año ha quedado así
Un problema que no se queda sólo en San Sebastián, sino que se extiende al resto de festivales importantes. Este año en Venecia sólo hubo dos mujeres entre las 20 que compitieron por el León de Oro, pero peor fue en 2014 cuando no hubo ninguna de ellas. El mejor registro lo vivieron en 2012 cuando Valeria Sarmiento, Jessica Woodworth y Francesca Comencini pelearon por el premio frente a 15 filmes dirigidos por hombres.
Cannes este año vivió una buena añada con tres directoras entre las 21 películas de la Sección Oficial, pero en años anteriores fue peor, incluso en 2012 vio cómo ninguna mujer pudo pelear por la Palma de Oro. Berlín tampoco se queda atrás, y aunque siempre incluye dos o tres mujeres en su Sección Oficial tiene también años como el 2012, cuando Ursula Meier se quedó sola con Sister en liza por el León de Oro.
Falta de sensibilidad
Para la Asociación de Mujeres Cineastas y de Medios Audiovisuales (CIMA) esta situación se debe a una “falta de sensibilidad” por parte de los comités de selección de los festivales. Su directora, la guionista y productora Virginia Yagüe, cuenta a EL ESPAÑOL que “hay una representación muy minoritaria en los festivales”, una presencia que es incluso menor que el porcentaje de mujeres directoras en España, que según su último informe roza el 19%. Hace hincapié en derribar el argumento de que esto se debe a que hay pocas producciones firmadas por mujeres, ya que “en un festival hay una selección hecha por un comité que elige lo que entra”.
“Es una cuestión de sensibilidad, los festivales tendrían que tenerla para garantizar un equilibrio, aunque no sea pleno. El argumento de que las mujeres no hacen películas de calidad no es cierto, por estadística y porque en otros festivales se ven películas dirigidas por mujeres. Es una situación alarmante ver esta baja representación y hay que tomar medidas activas. Los festivales tienen una responsabilidad de visibilizar todos los trabajos y entre ellos también el de las directoras”, añade contundente.
Es una situación alarmante ver esta baja representación y hay que tomar medidas activas. Los festivales tienen una responsabilidad de visibilizar los trabajos y entre ellos también el de las directoras
Este problema lo han trasladado en varias ocasiones a los directores de los certámenes españoles, que siempre esgrimen alguna excusa. Para Yagüe esta situación “debería estar en el foco para que se corrija” y para tener cuidado ante medidas erróneas. “A veces hacen una sección especial para mujeres directoras, pero eso tampoco es la solución, porque nos aparta. Es un reconocimiento apartado y no competimos con el resto. Eso no habla de igualdad. Hay que plantear medidas de corrección respecto a la selección, pero no poner una cuota mínima. No tiene que haber una norma cerrada, pero sí un planteamiento que haga que exista una representación rica y diversa”, explica a este periódico.
El año pasado el Zinemaldia vivió el caso de Paula Ortiz. Su filme, La novia, no fue incluido en la Sección Oficial ante el enfado de la crítica al ver la que luego fue considerada una de las mejor,es películas del año. “Eso fue una decisión del festival, descartar a esta autora y fue una decisión muy controvertida”, recuerda Yagüe mientras se muestra optimista para que estos tirones de orejas sirvan para que cambie la situación.