M.B.
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El fraude del taquillazo sigue dando coletazos. La compra de entradas de cine para conseguir la subvención se convirtió durante años en una práctica habitual en la industria del cine. La ayuda dependía de los espectadores conseguidos, por lo que los propios productores inflaban la taquilla para llegar a unos números mínimos que les permitieran rentabilizar la inversión. Una práctica por la que fue imputado el año pasado el expresidente de la Academia de Cine, Enrique González Macho, y por la que ahora ha sido condenado el productor de grandes éxitos del cine español como La isla mínima, Gerardo Iglesias, según informa El Confidencial.

La Audiencia Nacional ha condenado a Iglesias por la compra de entradas de la película After, de Alberto Rodríguez (el director de El hombre de las mil caras). La película fue un fracaso durante sus primeros días de exhibición, pero después comenzó a repuntar gracias a pases matinales en los que se producía la práctica fraudulenta. Por ello ha sido condenado a devolver los 334.108 euros que el Ministerio de Cultura le concedió como subvención (cifra que incluye los intereses). El productor ha contado a El Confidencial que está tranquilo y devolviendo el dinero "con sangre, sudor y lágrimas" y que al ser cine de autor la distribución de la taquilla es especial.

La subvención fue concedida a la productora La Zanfoña, administrada por Iglesias, dos años después de la explotación comercial del filme, tal como mandaban las normas en las anteriores ayudas -sustituidas con la última reforma por una subvención concedida a priori para evitar estas prácticas- y nadie sospechó nada, pero una auditoría posterior de la Intervención General de la Administración del Estado descubrió que entre el 7 y el 17 de diciembre de 2009, la recaudación se trucó. Pasó a haber 97,88 espectadores por sesión y todos en sesiones matinales, casi la totalidad de estas fueron organizadas por cines de Alta Films, la empresa de Enrique González Macho.

En septiembre de hace dos años el ICAA pidió el reintegro de las ayudas, pero la productora recurrió a los tribunales. El pasado mes de julio la Audiencia Nacional dio la razón al ICAA. Iglesias ha explicado a El Confidencial que no está de acuerdo con la sentencia y que el comportamiento de la taquilla de su película no es anormal. "Esto es cine de autor y tiene un comportamiento específico".

La productora de Gervasio Iglesias ha intentado desvincularse y durante el proceso explicó que era la distribuidora quien "contrataba directamente con las salas exhibidoras de la película y se encargaba de la campaña publicitaria", también consideró que los informes del Ministerio de Cultura se movían por "conjeturas arbitrarias y que realmente no se inspeccionó por el ICAA si las salas exhibidoras en su momento estaban vacías". Tal como explica el mismo medio, el magistrado Adolfo Serrano de Triana ya rechazó esos argumentos y consideró que los indicios de Cultura eran suficientes para retirar la subvención y que "el único procedimiento concluyente hubiera podido ser que en cada sesión de exhibición de la película se hubiera hecho una comprobación física de venta por entrada o correspondencia con cada espectador, lo cual resulta sencillamente imposible".

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