Las entregas de premios cada vez son más aburridas. Los ganadores se ven venir de lejos y sólo casos como el de Moonlight este año en los Oscar animan unas ceremonias previsibles y largas. Este año los Emmy serán una excepción. La ausencia de Juego de Tronos (ganadora las dos pasadas entregas) y de una serie con un consenso crítico como el que tenía en su momento Breaking Bad, hacen la gala de esta noche una de las más emocionantes en años.
Todo el mundo se pregunta quién sucederá a Daenerys y compañía en el trono de los premios que entrega la Academia de la Televisión y hay opiniones para todos los gustos. Por número de candidaturas tendría que ser Westworld la que se hiciera con el premio. Eso, unido a que casi todos sus actores están nominados la hacen favorita, pero parece que es mucho más débil de lo que parece. La primera pista ha venido desde los Emmys previos que se han dado la semana pasada. Para agilizar la gala se entregan unos cuantos galardones con anterioridad, entre ellos uno bastante importante, y a pesar de contar con Anthony Hopkins o Evan Rachel Wood con ellos, Westworld ha perdido frente al otro fenómeno de la temporada, Stranger Things. La serie de Netflix es ese producto de consenso, tan nostálgico como difícil de odiar que podría llevarse el gato el agua. En la previa se hizo con otros dos premios: los de las categorías de sonido. La pista podría estar en el premio a la mejor actriz de reparto en drama, donde si lo consigue la joven Millie Bobby Brown por un papel mucho menor que el de sus compañeras será la seña de que la serie gusta, y mucho.
Otros creen que los Emmy volverán a la tradición, a esas series de época que tanto les gustan y le darán el premio gordo a The Crown. La serie de Netflix sobre la reina Isabel de Inglaterra es una de las niñas mimadas de la crítica. Una producción impecable que hace medio año parecía imbatible y que ahora nadie tiene claro cuántos premios pillará. Ganó el Globo de Oro y hay dos que debería ganar, los de Mejor actriz para la revelación Claire Foy y el de Actor secundario para un perfecto John Litgow como Churchill. Ya es hora de que en las categorías interpretativas haya también una revolución y Bob Odenkirk debería quitarle el Emmy al eterno Kevin Spacey.
En comedia lo previsible es que vuelva a ganar Veep. Tras el reinado de Modern Family durante cinco años, fue la serie de HBO la que se ha hecho con el trono durante las últimas ediciones. Este año tiene dos serias competidoras, Atlanta, un producto aupado por la crítica pero con escasa repercusión, y Master of None, escrita, dirigida y protagonizada por Aziz Ansari y que en su segunda temporada ha dado un salto de madurez que la convierten en una candidata a tener en cuenta, también en los papeles interpretativos, donde Ansari y Glover (por Atlanta), podrían aguar el enésimo premio para Jeffrey Tambor por Transparent. Entre las chicas Julia Louis-Dreyfus es, cómo no, la favorita, pero la Tracee E. Ross de Black-ish ya dio la sorpresa en los Globos de Oro, y la demanda de más diversidad en los premios pueden jugar a su favor.
Otra de las novedades de este año es que la categoría más fuerte es la de mejor Miniserie. Los productos televisivos han cambiado, y ahora muchos apuestan por temporadas cerradas que les hacen competir en esta categoría. Así, las series con mejores críticas del año se verán las caras en un premio que hace cinco ediciones era un premio menor: Feud, Big Little Lies y The night of pelearán a muerte por su Emmy. Y si este está reñido sólo hay que ver el de Mejor actriz de Miniserie, que parece un premio Oscar a la Mejor actriz: Susan Sarandon, Jessica Lange, Nicole Kidman y Reese Witherspoon (todas con un premio de la Academia) se enfrentarán a la revelación Carrie Coon y a una vieja amiga de los Emmy, Felicity Huffman.
Palabras mayores en una edición que será presentada por Stephen Colbert y que despejará dudas que planea desde hace meses: ¿quién será la sustituta de Juego de Tronos?, ¿quién ganará, Netflix o HBO? La respuesta en unas horas.